domingo, 30 de octubre de 2011

LIBERTAD DE VOTO

La semana que mañana se inicia comienza en toda España la campaña para las Elecciones Generales. Este domingo, en Málaga, el Obispo ha recomendado que en todas las homilías que se prediquen en la Diócesis se lea una Nota publicada por la Conferencia Episcopal española para los católicos y para cuantos quieran escucharnos.

Esta Nota incluye un texto del Papa Benedicto XVI, pronunciadas hace pocos días en el Parlamento alemán: “el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurídico derivado de una revelación. Se ha referido, en cambio, a la naturaleza y a la razón como verdaderas fuentes del derecho..., la razón abierta al lenguaje del ser”. Los Obispos Españoles añaden a este texto que nosotros hacemos nuestras consideraciones desde ese horizonte de los fundamentos prepolíticos del derecho, sin entrar en opciones de partido y sin pretender imponer a nadie ningún programa político.

Esta última observación me parece que merece ser destacada. La Iglesia no impone a nadie ningún programa político. Al afirmar esto, así de claro, los Obispos no hacen más que recoger la enseñanza del Concilio Vaticano II, que ya dijo que la Iglesia no se confunde en modo alguno con la comunidad política ni está ligada a sistema político alguno, por la sencilla razón de que ningún sistema o partido político consigue adecuar las exigencias completas que se derivan del Evangelio.

Es muy oportuno, antes de que se desencadene la abalancha propia de las elecciones, recordar que la Iglesia ni se identifica con una sola opción ni defiende a un solo partido político. Es muy oportuno recordar esto porque tal vez mucha gente piensa que la Iglesia, en España y en este momento, está ligada a un sólo partido político y que los católicos tienen que inclinarse a la fuerza por una sola opción política.

Es cierto que la libertad de opción de los católicos debe hacer previamente el análisis de qué opciones políticas se acomodan mejor a las exigencias de una razón bien orientada. En este sentido la Nota de los obispos españoles formula orientaciones sobre seis temas de particular interés en el momento presente: defensa a la vida, crisis económica, educación, unidad del Estado, terrorismo y paz. Otro escrito también orientativo sobre las elecciones, publicado por la Comisión de Apostolado Social de la Compañía de Jesús, añade la reflexión sobre otros cuatro temas afines a la realidad social que más le incumbe: exclusión social, inmigración, presión fiscal y políticas de desarrollo con otros países.

El voto no debe ser arbitrario, sino realizado después de un serio discernimiento sobre las respuestas que dan las diversas opciones políticas a las exigencias provenientes de la realidad. Pero este discernimiento lo realiza cada cual personalmente y no debe centrarse exclusivamente en unos determinados aspectos. La consideración completa sobre la realidad deja por tanto todas las opciones inicialmente abiertas, no se tiene que inclinar a la fuerza por una sola respuesta y llega de hecho -como consecuencia de los análisis realizados por las diversas personas- a decisiones finales diferentes. La libertad de voto es cierta, aunque tenga que ejercerse con la más seria responsabilidad. Esto es bueno recordarlo antes de que caiga sobre nosotros el aturdimiento de las elecciones.

viernes, 21 de octubre de 2011

¡HA ESTALLADO LA PAZ!

No estoy seguro si con señales de admiración, pero así recuerdo que titulaba el ya trasnochado José Mª Gironella su tercera novela sobre la guerra civil española. Ahora, sin tener que establecer comparación con aquella situación pasada,  también se puede decir lo mismo o algo parecido.

No todos han digerido este "estallido" de paz. Para unos es "el fin del terror" (EL PAÍS), mientras que para otros "ETA ni se disuelve ni entrega las armas" (ABC), remachando incluso alguno que esto de ahora ocurre "mil asesinatos después" (La Gaceta). El titular más rotundo es "20 Octubre 2011 ¡Agur, ETA!" (PÚBLICO).

La digestión de esta noticia la realiza cada uno según tenía dispuesto el estómago. La inquina contra la institución terrorista se niega a admitir su rendición, y destaca los aspectos aún no resueltos. Los proclives a la alabanza de los últimos "procesos de paz" lanzan ya las campanas al vuelo. 

La palabra sagrada "paz" ha resultado en estos últimos años equívoca, por haber sido usada con sentidos muy diferentes y hasta contrapuestos. ¡Ojalá ahora recupere un sentido unívoco y universal para todos!

martes, 18 de octubre de 2011

Prensa contradictoria, ¿cómo conocer la verdad?

Al día siguiente de la" Conferencia Internacional de Paz" de San Sebastián, la prensa muestra versiones muy contradictorias sobre lo ocurrido. Las primeras páginas son realmente confusas.

La misma denominación de la reunión ya es muy dispar: El "foro de San Sebastián" (EL PAÍS) o la "conferencia de paz" (LA VANGUARDIA) es, para otros, "el día de la infamia" (LA RAZÓN), "el festival de San Sebastián" (EL MUNDO) o "conferencia-trampa" (ABC). 

Los reunidos son presentados como "enviados de ETA" (LA GACETA), "estrellas de Hollywood" (LA RAZÓN), "pregoneros de ETA" (EL MUNDO), mientras que en ocasiones, para otros, son sin más "mediadores" (LA VANGUARDIA, EL PAÍS, ABC) o "personalidades internacionales" (PÚBLICO). 

La confusión mayor la provoca la descripción de los contenidos. ABC titula "Al servicio de ETA" y comenta que "los mediadores asumen la hoja de ruta propuesta por la banda terrorista". LA RAZÓN editorializa "De farsa a burla" y afirma que "la `Conferencia de Paz' (sic entrecomillada) termina sin exigir a ETA la entrega de las armas y asume todas las peticiones de los terrorista". LA GACETA estima que los que llama "enviados de ETA", en realidad "exigen al Gobierno que negocie con urgencia con los terroristas". El otro sector de la prensa ha asistido, por lo que dicen, a otra reunión...: EL PAÍS entrecomilla "llamamos a ETA al cese definitivo de la actividad armada"; PÚBLICO asegura que "por primera vez, la izquierda aberzale asume expresamente la petición a ETA para que abandone".

La manzana de la discordia, al parecer, está en que la Conferencia ha hecho una petición dual: "diálogo y el final de ETA" o "el cese del terrorismo y abrir una negociación" (LA VANGUARDIA), con alguna alusión también a las dos caras de la moneda en otros medios. Pero, de hecho, algunos no admiten la alusión al "diálogo" y exigen la humillación radical y completa de los que han hecho terrorismo.

Para llegar a entrever lo que de verdad ocurrió en San Sebastián no basta con ver las letras gordas de los titulares. Hay que estudiar las informaciones completas, y leer también entre líneas, para sacar algunas conclusiones personales sobre la almendra oculta de la verdad.

domingo, 16 de octubre de 2011

¿POR QUÉ SE MANIFIESTAN?

La celebración de alrededor de 1000 manifestaciones de los indignados por todo el mundo, con carácter global, plantea múltiples interrogantes.

La pregunta, tal como yo la he formulado, ya me sitúa fuera de este movimiento. La pregunta está en tercera persona, hablando de "ellos"; y no en primera persona, preguntando por qué "nos" manifestamos. El colectivo de los que se manifiestan ha demostrado en esta ocasión ser muy amplio, centenares de mil o tal vez millones, por todo el mundo. Pero, obviamente, todavía son, somos, muchos más los que no han, hemos, tomado parte en la manifestación. Esta circunstancia, esta forma de plantear la pregunta, ya plantea una evidente falta de sintonía con los que se han situado en la opción de manifestarse.

Resulta claro que unos hablan con más simpatía que otros respecto a estas manifestaciones. El País dedica varias páginas al tema y habla con connivencia, casi con sublimación, de las opiniones de los manifestados. ABC desplaza la información a páginas interiores, disminuye mucho el espacio dedicado y presenta con fuerza la alternativa violenta que el suceso ha tenido en Roma. Esto respecto a los medios. Las conversaciones particulares también se dividen, con más o menos simpatía de los hechos, en unos y en otros casos. La postura personal frente a estas manifestaciones, las preguntas que cada cual se formula frente a las mismas, ya clasifican de alguna manera a la persona que se interroga.

La pregunta más extendida entre los que no entienden -no entendemos- bien el fenómeno es cómo se llega a una manifestación tan numerosa, quién hay detrás de todos estos acontecimientos. Con esto se está aludiendo a alguna fuerza política o económica que mueva el inmenso cotarro, a algún estamento que con intereses muy concretos dinamice y haga posible el fenómeno. Y está claro que la búsqueda de responsables no se dirige a las llamadas fuerzas de orden, sino a las ordinariamente presentadas de revolución, por no hablar de la denostada clasificación de derechas e izquierdas.

Aún más sorprende el que este movimiento sea no-violento, el que -en su inmensa mayoría y salvo contadas excepciones- las manifestaciones se desarrollen cívicamente y sin expresiones de violencia. En el caso de esta manifestación global el dato adquiere especial relevancia, en contraste con las últimas derivaciones del 15-M español, con recalcitrantes que no respetaban los derechos de los demás en las plazas españolas y con actitudes y personajes más cercanos a la violencia que al pacifismo.

Los interrogantes que el hecho plantea son muchos más. Casi todo el mundo está de acuerdo en que los motivos actuales para el descontento son muy abundantes -paro generalizado, crisis económica no resuelta, dinamismos políticos muy defectuosos, etc., etc.-, pero no todos se explican que estos ciertos motivos puedan conducir a este tipo concreto de manifestaciones.

Interrogarse sinceramente sobre el fenómeno, por ahora, parece más procedente que llegar a conclusiones muy claras -en contra o a favor- sobre el mismo.