domingo, 8 de enero de 2017

Huelva recuerda a San Manuel González

         
          Ya tenía con anterioridad una calle, con el nombre de "Arcipreste don Manuel González", y una estatua grande, en la Plaza de San Pedro. Pero ahora, al celebrarse su festividad por primera vez ya como santo, el 4 de enero, la diócesis de Huelva ha querido conmemorar de manera especial la figura de San Manuel González.
 
           La vinculación de don Manuel González con Huelva arranca de la decena larga de años que permaneció como Arcipreste de la ciudad, en una época en la que, por no tener Huelva todavía obispo, dependía en lo eclesial en todo de Sevilla y el Arcipreste era la máxima representación de la Iglesia en la localidad. Sevillano de nacimiento, fue nombrado por el Arzobispo de Sevilla Párroco de la Iglesia onubense de San Pedro en marzo de 1905 y sólo tres meses después, en el siguiente mes de junio, ya es nombrado Arcipreste de Huelva, cargo y función en la que permanece hasta 1916. En esta fecha pasó a ocupar el puesto de Obispo de Málaga, diócesis que regentó hasta la Guerra Civil española. En 1936 fue nombrado Obispo de la diócesis de Palencia, pero en esta función estuvo pocos años, pues en Palencia murió y fue enterrado el 4 de enero de 1940.
 
           Don Manuel González sólo tenía 28 años cuando fue nombrado párroco y arcipreste de Huelva, pero ya contaba con una notable preparación -Doctor en Teología y Licenciado en Derecho Canónico-, formación académica que contrasta con la dedicación pastoral y social que tuvo toda su actividad posterior.
 
           Durante su prologada permanencia en Huelva ya apuntan sus principales directrices apostólicas. En los años primeros del siglo XX, Huelva tiene importantes problemas sociales y educativos en los que el joven Arcipreste se concentra. La educación es su principal empeño y, contando con la colaboración del acreditado abogado y publicista Manuel Siurot, funda unas escuelas infantiles -en la calle que todavía lleva su nombre, en la actual sede de la Iglesia y Residencia de los jesuitas-, que todavía siguen en funcionamiento, actualmente en locales del Seminario Diocesano.
 
 
          Desde la honda experiencia que tuvo en la pequeña localidad sevillana de Palomares del Río, don Manuel González tuvo la obsesión de los "sagrarios abandonados". Por esto en Huelva ya inicia la campaña escrita sobre este tema, en la revista "El granito de arena" (fundada por él en 1907), y crea además la institución de las "Marías de los Sagrarios" (en 1912), de la que posteriormente (1921) surgiría la Congregación Religiosa de las "Misioneras Eucarísticas de Nazaret", las dos instituciones que continúan el carisma apostólico de don Manuel hasta el momento actual.
 
         La conmemoración del ya San Manuel González que ahora ha tenido la diócesis de Huelva ha consistido en la bendición e instalación de una imagen suya, en la Iglesia de San Pedro, de la que él fue párroco durante todos los años de su permanencia en Huelva. La estatua recoge la amplia corporalidad de Don Manuel, de 1,80 metros, y tiene en el rostro una clara sonrisa, característica del buen humor que siempre tuvo su personalidad. La imagen es obra del acreditado escultor de la ciudad onubense de La Palma del Condado, Martín Lagares.
 
          Tras la bendición de la imagen, en la homilía de la Eucaristía, el Obispo de Huelva, don José Vilaplana, destacó que la estatua tiene la mano hacia adelante indicando un lugar que, en el sitio donde va a ser colocada, señalará -lo mismo que su sepultura en Palencia- aquello a lo que él quiso dedicar su atención durante toda su vida: "Ahí está", dirigiendo su mano hacia el Sagrario.
 
          La Diócesis de Huelva, al recordar ahora la figura de San Manuel González, ha querido eternizar su intención y su gesto, en la imagen conmemorativa del que fue su Arcipreste y, en menos de un sigo, ya es santo.

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