Relaciones entre la Iglesia católica y la masonería ha sido el título de la conferencia impartida ayer por José A. Ferrer Benimelli, dentro del ciclo del presente año en el Aula P. Arrupe de Málaga. Me ha sorprendido mucho tanto el contenido de la conferencia como las reacciones manifestadas por buena parte del público.
El conferenciante -jesuita y catedrático de la Universidad de Zaragoza- confesó llevar ya cincuenta años dedicado al estudio de la masonería y demostró tener un conocimiento realmente apabullante, casi exhaustivo, del tema. Ha publicado decenas de libros sobre la masonería, ha dirigido más de diez congresos internacionales sobre este específico tema y es una autoridad mundialmente reconocida sobre la materia. Resulta imposible resumir todo el contenido de su conferencia, dedicada a exponer la historia, el desarrollo y las relaciones con la Iglesia católica que ha tenido en la historia la masonería. Ya en el coloquio, precisó que no se puede hablar de la masonería, porque sólo en España hay dieciséis modalidades diferentes de masonería, y las enumeró una a una sin apenas esfuerzo. Detalló también el cambio que se ha producido en la última edición del Código de Derecho Canónico de la Iglesia católica, que ha suprimido la directa excomunión de los que se adhieran a la masonería, dejando sólo una genérica condena de los que luchen contra la Iglesia sin mención expresa de ningún grupo. El tono general de la conferencia no fue de condena encarnizada de la masonería, sino de exposición de hechos, mirando más bien con simpatía este tan peculiar grupo social.
La reacción del público ante el contenido de la conferencia fue tal vez lo más sorprendente del acto. Por lo pronto, al iniciarse el diálogo, en contra de lo que es normal en este tipo de actos, casi nadie se fue de la sala, demostrando un interés general atípico por el tema expuesto. Hubo algunas preguntas más circunstanciales, preguntando matices o detalles. Pero hubo también un par de exposiciones abiertamente contrarias a lo expuesto, con manifestaciones de malestar porque las condenas de la masonería no hubiesen sido más explícitas. Un catedrático de la Universidad de Málaga intentó la "contra-conferencia", con documentación condenatoria de la masonería preparada y traída de antemano, culpando al conferenciante de haber ocultado opiniones oficiales también actuales contrarias a la masonería (el principal testimonio en contra, sin embargo, ya había sido mencionado por el conferenciante) y exponiendo sus actitudes abiertamente enfrentadas con la masonería. El silencio general era expectante, cuando, pasada hora y media del comienzo, ya hubo que cerrar el acto. A la salida, uno comentaba: "No me ha gustado la conferencia, porque no he oído las condenas que yo esperaba escuchar".
El acto demostró que el tema de la masonería sigue interesando, incluso de forma apasionada y todavía parcial. Los muchos años que en España se han vertido desde arriba condenas furibundas contra las conspiraciones masónicas, contra los comportamientos -reales o supuestos- de los masones, siguen aún pesando en la opinión pública. No resulta todavía posible un acercamiento tranquilo al estado de la cuestión, a los datos del problema. Resulta lamentable que este tema -¡uno más!- divida aún a los españoles.
La reacción del público ante el contenido de la conferencia fue tal vez lo más sorprendente del acto. Por lo pronto, al iniciarse el diálogo, en contra de lo que es normal en este tipo de actos, casi nadie se fue de la sala, demostrando un interés general atípico por el tema expuesto. Hubo algunas preguntas más circunstanciales, preguntando matices o detalles. Pero hubo también un par de exposiciones abiertamente contrarias a lo expuesto, con manifestaciones de malestar porque las condenas de la masonería no hubiesen sido más explícitas. Un catedrático de la Universidad de Málaga intentó la "contra-conferencia", con documentación condenatoria de la masonería preparada y traída de antemano, culpando al conferenciante de haber ocultado opiniones oficiales también actuales contrarias a la masonería (el principal testimonio en contra, sin embargo, ya había sido mencionado por el conferenciante) y exponiendo sus actitudes abiertamente enfrentadas con la masonería. El silencio general era expectante, cuando, pasada hora y media del comienzo, ya hubo que cerrar el acto. A la salida, uno comentaba: "No me ha gustado la conferencia, porque no he oído las condenas que yo esperaba escuchar".
El acto demostró que el tema de la masonería sigue interesando, incluso de forma apasionada y todavía parcial. Los muchos años que en España se han vertido desde arriba condenas furibundas contra las conspiraciones masónicas, contra los comportamientos -reales o supuestos- de los masones, siguen aún pesando en la opinión pública. No resulta todavía posible un acercamiento tranquilo al estado de la cuestión, a los datos del problema. Resulta lamentable que este tema -¡uno más!- divida aún a los españoles.
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