sábado, 29 de diciembre de 2018

Acaba de morir Amos Oz: Escribió sobre el humor y el fanatismo

 Acaba de morir Amos Oz, y reproduzco ahora lo que escribí aquí sobre él el 15 mayo 2018


Vi un titular, y me entusiasmé: "No he visto nunca un fanático con sentido del humor". No recordaba conocer al autor que dijo esta frase, pero al verla pensé que merecía un comentario. Con el recurrente e invasivo tema catalán como trasfondo, la frase ofrecía una opinión muy sugerente: seguramente el humor podría ofrecer un resquicio de salida al fanatismo, que tanto distancia a unos de otros.

Autor muy conocido
El entrevistado (Babelia, 12 Mayo 2018) que dijo la frase "Nunca he visto in fanático con sentido del humor" resulta que es un escritor famoso, Amos Oz, tal vez el autor más conocido de la literatura hebrea israelí actual, con más de una veintena de libros publicados y casi todos traducidos al castellano. Este autor ha recibido importantes premios en diversos países, entre ellos el español Principe de Asturias de las Letras, en 2007.
Ha cultivado casi todos los géneros, pero nacido en 1939, ahora con 79 años, reconoce humildemente que ya no tiene edad para escribir más novelas: "Mi salud ya no me permite viajar con la imaginación". De su propia biografía arranca la preocupación que actualmente más le preocupa. Su último libro, Mis queridos fanáticos, lo publica casi como un legado o testamento: "He concentrado lo que he aprendido en la vida, pero no de una manera abstracta, sino como un cuento. Se lo he dedicado a mis nietos". Habrá que intentar leer este libro.

Llegar a la condena del fanatismo no es tarea fácil en Israel. La entrevista (bien realizada por J.C. Sanz) resalta bien su trayectoria. Nació en un barrio ultraortodoxo de Jerusalén: Se recuerda como "un pequeño extremista, educado en la convicción del nacionalismo; nuestros enemigos están equivocados, somos los buenos de la película y los otros son los malos". Tuvo que distanciarse mucho del "gen fanático" tan arraigado en todos, de "la tendencia del ser humano de querer cambiar a los demás", hasta poder arribar a la condena del simplismo manejado por el fanatismo: "Cuanto más complejos se van haciendo los problemas, más y más gente está hambrienta de respuestas muy simples, de respuestas que lo cubran todo".

El peligro está en los extremos. En un país en el que todos -"cristianos, musulmanes, judíos, pacifistas, ateos, racistas"- creen poseer la "formula personal para la salvación o la redención" de los demás, donde "una parada del autobús se puede convertir en un seminario académico" ("completos desconocidos discuten de política, moralidad, religión, historia o sobre cuales son las verdaderas intenciones de Dios, pero nadie quiere escuchar al otro, todos creen tener la razón"), resulta sorprendente que este autor aventure que "mi problema no es la religión, sino el fanatismo religioso; no es el cristianismo, sino la Inquisición; no es el islam, sino el yihadismo; no es el judaísmo, sino los judíos fundamentalistas; no es Jesucristo, sino los cruzados". Para Amos Oz, el extremismo es el principal problema.

Problema incandescente
El dedo de este autor señala resueltamente a un problema que abrasa: "Lo más peligroso de siglo XXI es el fanatismo. En todas sus formas: religioso, ideológico, económico... incluso feminista. Es importante entender por qué regresa ahora: en el islam, en ciertas formas del cristianismo, en el judaísmo...".

El fanatismo es una "idea común", que se hace presente en todo el mundo. Apunta en concreto a Estados Unidos, a Rusia y al Este europeo, a la Europa occidental. El problema más acuciante radica en el simplismo: "la mayor parte del mundo se está moviendo rápido desde una perspectiva compleja a otra muy simplista". El afán de soluciones seguras resbala hacia el fanatismo, el que ofrece los argumentos más simples y penetrantes.

Al aplicar a los casos concretos toda esta carga de ideas, las soluciones no resultan obviamente tan evidentes. En el problema israelí-palestino, Amos Oz se inclina claramente por la solución de los dos estados. Opina que, "cuando un maldito y cruel conflicto dura más de cien años", surgen "imágenes oscuras del otro" y las terapias de grupo y otras soluciones blandas no surgen entonces efecto, hay que acudir a la separación -dos pisos por separado, dos estados-, desde la que muy lentamente se podrá ir reconstruyendo un camino hacia la mutua comprensión y la posibilidad de actividades comunes. Y siguiendo con las concreciones siempre más discutibles, para la consecución de esta solución separadora, opina que "el corazón del conflicto está en la falta de liderazgo", en la ausencia de impulsos que conduzcan a estas soluciones más extremas. Por ser tan simple en la solución apuntada, el entrevistador le recuerda al autor que "en Israel hay quien le cree un fanático de la fórmula de los dos Estados".

El problema israelí-palestino nos queda más lejos, pero la entrevista conduce al final el análisis de este autor del tema catalán, y en él, por más concreto e inmediato, todavía nos puede chocar algo más su parecer. Reconoce que "una nueva fragmentación de Europa no me hace feliz", pero, "sin entender por qué", estima inevitable que "si una mayoría del pueblo en Cataluña quiere vivir por su cuenta, lo hará. Puede que sea una gran equivocación, una tragedia para Cataluña y para el resto del país. No se puede obligar a dos personas a compartir la cama si una de ellas no quiere". Al hablar en concreto, puede fácilmente ser tachado de desconocer suficientemente la situación.

Elevación al humor
El humor no es que aporte la solución a todos los problemas. Cuando éstos se enconan, se suele decir que "no está la cosa para bromas". Pero la ausencia del humor sí denota que los problemas pueden estar enconados, que no resulta posible una mirada desde otro lado, más ingenua y más distante. Por esto resulta tan descriptiva la frase de Amos Oz. Que en el momento presente resulte tan inviable el humor parece claramente indicar que hay fanatismo en Cataluña.
 


lunes, 24 de diciembre de 2018

NAVIDAD, ¿fiesta pagana?

 

 













Me sorprende cada año más el proceso de laización al que está sometida la Navidad. De ser una fiesta religiosa ha pasado a ser una celebración meramente secular, en la que el olvido del elemento religioso está esmeradamente perfeccionado. Sólo algunos ejemplos.

Nacimiento vs Árbol. El enfrentamiento más antiguo entre los símbolos navideños está entre estos dos elementos. El Nacimientosigue siendo la manifestación navideña más representativa, y se sigue poniendo no sólo en los hogares y en las iglesias, sino en lo locales públicos para ser visitados y contemplados por las personas más diversas. El Nacimiento tiene por centro el Portal de Belén (con María, José y el Niño), y tiene cubiertos sus caminos y su montañas de serrín y de corcho por los motivos directamente evangélicos (pastores, Reyes Magos, Herodes...). El Árbol ha ido introduciéndose progresivamente en todos los espacios sin símbolos religiosos expresos, sino con su verde intenso y sus bolitas y sus cintas de colores, cubiertas muchas veces de las felicitaciones navideñas. Evidentemente algunos exclusivizan intencionadamente uno solo de los dos elementos, pero no está exacerbado el enfrentamiento entre ambos y en muchos espacios conviven amorosamente el Nacimiento y el Árbol. Un signo de madurez, que se extiende incluso a los sitios religiosos.



Reyes vs Papá Noel. Estos dos elementos también al principio fueron antitéticos, sobre todo en España pues en muchos otros países la fiesta de los Reyes se celebra sólo en la liturgia católica, sin connotaciones populares. Tradicionalmente en España, sin embargo, los regalos a los niños los traían los Reyes Magos, resultando la Cabalgata de la víspera una apoteosis de la imaginación infantil en torno a estas figuras emblemática. Contra esta más antigua costumbre, la figura cordial del barrigudo y cubierto de rojo, Papá Noel, ha ido invadiendo también los hogares, trayendo los regalos más tempranamente, normalmente el mismo día de la Nochebuena. También estos dos símbolos conviven pacíficamente en muchos casos, sin establecer rivalidad entre ambos. El exceso, con todo, también ha surgido, con una insólita cabalgata de Reyes el año pasado en Madrid, que excluía y mixtificaba los signos de identidad tradicionales de los Reyes Mago; o como el presente año en Barcelona, donde al Ayuntamiento ha puesto una inverosímil "nacimiento" repleto de elementos nada religiosos. ¡Muy propio de España esta mescolanza entre lo laico o secular y lo irreligioso!.

Cambiante iluminación de las calles. En lo que tal vez se advierte más la progresiva transición hacia elementos exclusivamente laicos en los adornos navideños es en la forma de iluminar las calles de las ciudades. Hace ya bastantes años, la iluminación se reducía a un ¡FELIZ NAVIDAD! compuesto por luces de colores, acompañado por figuras de ángeles o estrellas elaboradas también con bombillas relucientes. En la actualidad, la iluminación de las calles ha llegado a una sofisticación extrema de búsqueda de elementos luminosos no figurativos, eludiendo la mención de la Navidad o la representación de las figuras evangélicas del entorno navideño. Es notable la belleza que consiguen las iluminaciones callejeras en algunas ciudades: en Vigo, el Alcalde -el socialista Abel Caballero- reconoce que -"el concepto de Navidad ha cambiado sociológicamente... Hace tres años, se me ocurrió hacer de las luces un atractivo para la ciudad y el turismo". La excepción que confirma la regla es la iluminación de las calles de Málaga en el presente año: no la he visto personalmente, pero las luces de la calle Larios reproducen a la Catedral y hay incluidos además elementos figurativos relativos a los motivos navideños, con lo cual ya han surgido airadas protestas por no respetar el carácter no confesional de la Constitución y también la respuesta de su Alcalde, revindicando el derecho a representar y defender los valores de sectores respetables de la ciudadanía. ¡Muy español también este enconamiento entre ambas posturas contrapuestas!.
Revistas y escaparates. El eco de toda esta evolución histórica se advierte cada año particularmente en los números extraordinarios de ls revistas en el tiempo navideño, y también en la variedad del exorno de los escaparates.

Revistas y escaparates. Los números extraordinarios de Navidad de los periódicos y revistas -muy engordados de páginas, para recoger la publicidad de los productos "navideños": perfumes, comestibles, complementos, regalos...- constituyen un ejemplo paradigmático a este respecto. El número de EL País Semanal recoge en su portada una imagen nada navideña, una auténtica orgía de muy bien compuestas piernas femeninas, porque en el llamado "Especial Navidad" (el título de este número no puede evitar la palabra "navidad", que casi se elimina en las 96 páginas siguientes)se incluye un amplio reportaje sobre "la fiesta de las series" televisivas, y todo el número constituye además una constante referencia a la "celebración", sin concretar expresamente a qué celebración se refiere: "las citas más hedonistas del año están a punto de llegar... para el día después, los cuidados faciales ayudan a recuperarse y a seguir con la celebración"; "un menú, a base de vegetales de temporada..., una celebración de equilibrio con el medio ambiente"; "el poner la mesa está a punto de convertirse en el eje central en torno al que pivotarán las celebraciones"...; hasta para recomendar lecturas navideñas, se evita el término especifico Navidad: "tiempo de paz, tiempo de lectura". Los restantes periódicos, en sus informaciones y en sus anuncios, inciden en la misma tendencia: las referencias a la Navidad se obvian, sustituidas por las solas alusiones al consumismo y a la celebración de las fiestas... Una corriente imparable.

En la decoración de los escaparates, cada cual opta por sus preferencias. No es tan general la eliminación de los motivos religiosos navideños, porque el instinto comercial intuye que todavía está presente en buenos sectores de la población -en el escaparate ¡de una zapatería!, este año, he visto instalado un Belén grande, en toda regla-, aunque la gran mayoría sigue la costumbra actual de referirse a la celebración de las "fiestas", sin alusiones expresas a qué es lo que se está celebrando.

VALORACIÓN DEL FENÓMENO
La tendencia está muy clara en la sociedad española actual, aunque no resulta lo más procedente levantar siempre por ello voces indignadas al cielo. El crecimiento del laicismo -cuando no se reduce a ser anti-religiosidad o anti-catolicismo-, la invasión del secularismo, pueden ser también miradas con otros ojos.

El actual P. General de los jesuitas, Arturo Sosa, en el reciente Sínodo de los Obispos celebrado en Roma, se atrevió a sugerir que el proceso de la secularización no tiene por qué considerarse como sólo negativo: "Se trata de ver la secularización, y el mundo secular que surge de ella, como uno de los modos como el Espíritu nos está hablando y guiando en este tiempo. En lugar multiplicar lamentos por el pasado idealizado que se fue, preguntémonos sinceramente qué nos está diciendo el Señor a través de la secularización, hacia dónde nos lleva el Espíritu Santo a través de ese camino que está viviendo la humanidad". Positivamente afirmó también que "percibir el proceso de secularización como signo de los tiempos nos lleva a hacernos conscientes de cómo el mundo secular nos libera de ser cristianos automáticamente, por costumbre, porque vivimos en un ambiente cristiano, porque se es parte de una familia cristiana en una sociedad cristiana. En una sociedad secular -sigue afirmando Arturo Sosa- se es cristiano porque se quiere, porque se ha hecho la pregunta, se ha informado, se ha discernido, y se elige ser cristiano". El sentido positivo que tiene la secularización de los modos y de las costumbres sociales actuales es patente: "La sociedad secular nos libera también de fundar en la religión la identidad tribal, la identidad nacional o cualquier otra identidad ajena a la experiencia espiritual que nos invita a reconocernos humanos, hermanos y hermanas, hijos e hijas del mismo Padre. La sociedad secular nos lleva a recuperar la importancia del anuncio de la fe y del acompañamiento pastoral de la maduración humana y cristiana". Una valiente actitud frente al crecimiento de lo laico y del secularismo, todavía no muy frecuente en los ambientes cristianos más tradicionales.

Causa ciertamente alguna pena todo el fenómenos descrito. Apena sobre todo el que hay mucha gente que no llega a percibir el sentido más hondo de la Navidad. Como he encontrado en un Misal, al introducir el Tiempo de la Navidad, "ninguna otra fiesta ha sufrido más un proceso de secularización: todos celebran la Navidad, pero pocos saben por qué lo hacen". Para muchos, la Navidad es ya sólo fiesta pagana. Pero este elemento negativo del fenómeno actual abre a un redescubrimiento de la Navidad para aquellos a los que les ha sido revelada como manifestación del Amor de Dios hacia los hombres. Para el que busca y encuentra este sentido, que es gracia y don de Dios, el gozo de la Navidad es más pleno e intenso.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Análisis e hipótesis sobre un comportamiento de Pedro Sánchez

 

 






El análisis directo de los temas políticos no es a lo que más presto atención en estos comentarios "tras mi vidriera". Pero en una reacción del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, he reparado algo que me parece requiere atención. No he visto el tema muy resaltado en los medios, y por eso hago este breve comentario.

REACCIÓN ANTE LAS ALECCIONES ANDALUZAS
Me refiero a la reacción del Presidente al resultado de las elecciones en Andalucía, con la irrupción de VOX que dejaba la pelota en el tejado del PP y de Ciudadanos y hacía del todo insuficiente el triunfo numérico de Susana Díaz y del PSOE.

Ante estos hechos, algunos aventuraron que Pedro Sánchez convocaría de inmediato las elecciones generales, para entremezclar de algún modos ambos procesos electorales e intentar lograr evitar el triunfo de la derecha. Pero las cosas no discurrieron de este modo. Pedro Sánchez, que oí había seguido muy cercanamente todo el proceso de los resultados de las elecciones desde Ferraz con los miembros andaluces de su Consejo de Ministros, se sacó de la manga sobre la marcha una solución del todo distinta.

La solución fue anunciar la presentación de los presupuestos de la nación en el próximo mes de enero, con o sin apoyo de los restantes partidos para aprobarlos en el Parlamento. Esto lo hacía yendo en contra de lo que anteriormente había mantenido, pues decía que, mientras no hubiese suficiente mayoría para aprobarlos, no quería "marear" y entretener inútilmente al Parlamento.


¿QUÉ LE HIZO CAMBIAR DE PARECER?
¿Cuál es la hipótesis que explique la nueva solución adoptada? El drástico cambio de opinión del PSOE puede responder, en primer lugar, al autoproclamado convencimiento de que los independistas, ante la irrupción clamorosa de la derecha, podrían cambiar su opinión y decidirse a apoyar los presupuestos para evitar males mayores. Esto es lo que más se ha aireado para justificar el cambio de opinión realizado.

Pero puede haber también una motivación más profunda. Caer en la cuenta de que el tradicional voto del PSOE ha votado otras alternativas, o se ha abstenido de ir a votar, por no estar de acuerdo con que Pedro Sanchez se haya apoyado y se quiera seguir apoyando en el voto de los independentistas, que están situados más al margen de la Constitución que los presentados airadamente como fascistas de VOX. Tal vez ésta no sea una segunda razón, sino incluso una primera y más importante motivación, para explicar el radical cambio de opinión del PSOE.


HABILIDOSO PROCEDIMIENTO
Con todo, la solución adoptada es habilidosa porque puede salir ganando el PSOE por los dos caminos, tanto si los independentistas cambian de opinión como si siguen en sus trece.
Si los independentistas cambian de opinión y se deciden votar a favor de los presupuestos, se habría conseguido lo que se había estado intentando desde el principio, conseguir unos presupuestos más a su gusto y proseguir en el poder hasta el final de la legislatura. En este sentido les habría venido bien la carambola de Andalucía.

Pero si no cambian de opinión y mantienen su negativa a aprobar los presupuestos, el PSOE habría podido conseguir lo que, después del fracaso en las elecciones andaluzas ahora le interesa, demostrar que no existe ningún convenio formal con los independistas y que el PSOE mantiene íntegras sus opiniones frente a ellos. Esta demostración les vendría muy bien, tanto para celebrar elecciones de inmediato como para aguantar un poco más el plazo para convocarlas.


¿VOLUNTAD DE ENTENDIMIENTO?
En otro tema también muy vidrioso, las relaciones con la Iglesia católica en torno a la enseñanza, también ha movido pieza el PSOE intentando un acuerdo. Sobre los asuntos más difíciles de conciliar, los conciertos y la forma de mantener la clase de religión en la escuela, ha habido reuniones entre los representantes de la Iglesia y del Gobierno. Al menos en apariencia, se han querido guardar las formas.

En ambos temas, Andalucía y la relación con la Iglesia, ¿ha habido voluntad de entendimiento o sólo habilidosas maneras de sacar la suya adelante? Tal vez no haya que buscar el enfrentamiento entre ambas posturas. A lo mejor se puede encontrar un buen camino de en medio. ¡Ojalá!

domingo, 2 de diciembre de 2018

Ha muerto Carlos Muñiz


Hace ya algunos días que murió ese jesuita singular, pero no quiero dejar pasar la ocasión sin decir una palabra sobre él. Merece la pena.

Gran escritor
 La singularidad mayor de Carlos Muñiz era que fue un gran escritor, mejor de lo que él por supuesto aparentaba y de lo que la fama externa le solía reconocer.

Cuando leí un primer libro suyo, quedé del todo sorprendido de lo bien que usaba el lenguaje. El libro creo que fue Los caballeros del hacha, una novela ambientada en Lima, donde tuvo un corto tiempo de destino como jesuita, pero que es un claro libro de autor andaluz, que le valió el Premio Angel Ganivet de la Universidad de Granada. En ese libro demuestra ser un escritor de raza, con ambición creativa y poderío de la lengua.

Pero en lo que llegué a descubrir más su potencia literaria es en algunos de sus cuentos. Escribió muchos, y en ellos revelaba una finura literaria muy poco normal. Alguna vez le oí decir que él era perezoso para escribir, y tal vez por ello trabajó más el cuento que la novela, que necesita más arrestos (además de la que ya he citado, sólo publicó El llanto de los buitres). En el cuento resulta más difícil hacerse literato muy famoso, pero dicen los críticos que es donde mejor se reconoce la valía del escritor.

Otra cualidad que descubrí en sus escritos es lo bien que reflejaba los ambientes populares, sobre todo la vida de su terruño de la sierra de Huelva. (Nació en Rosal de la Frontera, y posee allí una plaza dedicada; tiene familia en Galaroza, pero él se identificaba mucho con el más famoso Jabugo, donde creo que también vivió). No sé en cuál de sus libros tiene un recuento de vocabulario específico de la sierra y, más en general, de toda Huelva y Andalucía, que merecería ser ahora reproducido póstumamente.

Por su auto reconocida pereza para escribir, creía que tenía menos obra publicada. Pero en la semblanza "oficial" jesuítica que ahora ha hecho pública su amigo y algún tiempo Superior, Guillermo Rodríguez-Izquierdo, enumera hasta quince libros suyos, literarios los más y algunos de temática religiosa. El escritor José Mª Burgos le ha dedicado una de sus columnas en el ABC de Sevilla, en la que le llama "inquieto, animoso e ilusionado", le proclama "capellán laico de aquella generación de novelistas andaluces", cuando a éstos "les dio por ganar todos los premios importantes de la novela en España". Ahora todos han reconocido que Carlos Muñiz fue el creador del término "narraluces", que identifica a la no corta promoción de escritores andaluces de la época.

Hay un directo estudio literario de Carlos Muñiz, el de María Teresa Mérida, Análisis crítico de la novelística de Carlos Muñiz Romero (de su segundo apellido se preciaba él mucho, por lo que tiene "romero" de poético). Particularmente acertada me parece una cita que ahora he visto de Manuel Moya, al referirse a Carlos Muñiz como "uno de los narradores más brillantes y acaso divertidos de la actual literatura en español", añadiendo que "ha conseguido transmitir en sus cuentos y en sus novelas el pálpito, la atmósfera vital de esta tierra. Cultivador de un estilo rico y de muy singular viveza, minucioso y siempre lleno de tensión narrativa, que combina con rara habilidad el humor con la tragedia". De muy pocos escritores se podrá decir con verdad un elogio tan encendido.

Buen religioso
Licenciado en Derecho antes de hacerse jesuita, literato notorio, más conocido tal vez entre la población general por su punzante comentario diario en Radio Popular, y por sus anuales acompañamientos con la palabra a las procesiones de Semana Santa que en Sevilla es tal vez lo máximo a lo que puede aspirar un locutor radiofónico, Carlos Muñiz era además y sobre todo un buen religioso.

Muy chispeante siempre en su conversación, apasionado incluso al discutir cualquier tema banal, alegre y jocoso normalmente en la vida diaria, contaba además con la total confianza de la Compañía de Jesús. Así lo demuestran los cargos de responsabilidad que le fueron confiados durante toda su vida: Superior de los jesuitas largas temporadas en Málaga y Córdoba, Director de un Colegio Mayor, Delegado del Provincial para los Medios de Comunicación Social, Asesor oficial de los Superiores, experto en apostolado familiar... Siempre unió de forma notable el carácter jovial en la via diaria con la seriedad en los trabajos que asumía o que le fueron encomendados.

El secreto de la personalidad última, probablemente radique en su honda espiritualidad religiosa. Puedo dar testimonio del entusiasmo contagioso a la persona de Jesucristo que trasmitía, por unos lejanos Ejercicios Espirituales que hice con él hace muchos años en Las Palmas de Gran Canaria. Es el mejor recuerdo que conservo de Carlos Muñiz Romero, al que ahora deseo que descanse en paz para siempre.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Uso de la pederastia para denigrar


La pederastia es un comportamiento claramente reprobable, pero el uso de la pederastia para denigrar a una persona o institución es también un comportamiento que merece ser claramente reprobado, denunciado.

Lo que viene haciendo El País en los últimos tiempos es un uso claro del estigma de la pederastia para atacar directamente a la Iglesia católica. La condena más radical de los abusos sexuales con menores no da derecho a dar por hecho que la Iglesia comete abundantemente estos abusos y que practica una política de ocultamiento de estas realidades.

Destacar, con todo, el uso denigratorio de la pederastia resulta peligroso, porque al instante se interpreta como si no se le diese importancia al abuso sexual con menores o como si se quisiesen ocultar los casos existentes. Pero una cosa es una cosa y otra cosa es manipular algunos casos o algunas sospechas para atacar virulentamente a la institución eclesial.


ALGUNOS APUNTES DESCONEXOS en torno al tema planteado:

+Abrir una cuenta de correo electrónico para recabar información sobre los casos de abusos sexuales con menores en la Iglesia es incitar, meter los dedos en la boca para vomitar estos hechos, creando como una cierta obligación de declararlo, dimensionarlo o inventarlo. Poner el reclamo de la dirección de esta cuenta de correo electrónico en la primera página del periódico es manifestar el deseo que tiene el medio de recabar información al respecto, para dejar mal a la Iglesia que los oculta.

+ Después de un tiempo de "recogida de datos", publicar las declaraciones de una escasa media docena de casos existentes -en 50 años (desde los 40 hasta los 90), basadas en recuerdos de hechos muy pretéritos, con imprecisión de las culpabilidades-, manifiesta que la avalancha de confesiones denunciatorias no se ha producido pero que se mantiene la voluntad de recoger más información sobre el tema.

+ Traer reiteradamente a la primera página del periódico el reclamo de "pederastia en la Iglesia" presupone el dar por hecho que el problema existe y abrir alas a la imaginación para hacer pensar que existe de forma muy extensa.

+ Publicar alguna de estas "informaciones" sin firma real o pseudónima de autor, sólo con la referencia "El País", supone que no hay quien quiera dar la cara para firmarlo o que es manifiesto el interés del propio medio para subrogarse la autoría y la voluntad vindicatoria.

+ Insertar en una "información" un recuadro en negrita y sin firma con el título de "Trasparencia contra la pederastia" es tirar la piedra y ocultar la mano de que no se quiere mantener por parte de la Iglesia esta trasparencia.

+ Destacar que "Conferencia Episcopal, diócesis, órdenes y congregaciones consultadas aseguran que no tienen previsto recabar información sobre los casos de pederastia que han conocido en las últimas décadas" presupone que los casos existen de hecho y que existe también una voluntad de ocultarlos. Presupone también que otras instituciones civiles, a las que no se les ha demandado una información similar, sí estarían dispuestas a hacer investigaciones y a facilitar sus resultados, lo cual no es nada evidente.

+ Cuando el aún Secretario de la Conferencia Episcopal, José M. GIL TAMAYO, sale al paso, da la cara y ofrece declaraciones sobre todo este tema, la recensión recogida por el periódico resalta en el titular que la Iglesia asume un "silencio cómplice" e ironiza, acorta o presta poca atención a lo también declarado sobre el silencio paralelo de toda la sociedad sobre el tema o -según la referencia más minuciosa de otro periódico-  sobre la "campaña mediática y política intencionada para desacreditar y criminalizar a esta institución y en la que no se duda, incluso, en instrumentalizar a las víctimas y convertir su testimonio en un espectáculo". Tampoco he visto que se recoja la alusión de Gil Tamayo a una auténtica "inquisición laica": "Estamos trabajando en esto, pero no queremos vernos puestos en un foco de sospecha porque se haya erigido una inquisición laica, con unos intereses que no son los de defensa de las víctimas sino de desacreditación de la Iglesia". Lo que no se dice contrasta mucho con lo que sí se afirma sobre esta turbia materia.


TESTIMONIO DE UN EXPERTO EXTRANJERO

 En el fragor de toda esta polémica, me han llamado la atención los comentarios de un italiano, Stefano GUARINELLI, psicólogo y psicoterapeuta en el Seminario de Milán, que, al asistir a un Congreso en Madrid y con mayor distancia del problema, ha hecho algunos comentarios también sobre este tema (Ecclesia, 3 Noviembre 2018,10):

* "Algunos medios de comunicación reaccionan de manera desproporcionadamente agresiva. La Iglesia ha perdido credibilidad, tenemos que escuchar a las víctimas, pero también habría que decirles a los jueces y periodistas que aprendiesen un poco de Psicología y Psiquiatría y no adoptasen la versión de las víctimas sin intentar una interpretación de su relato".

* "No se utiliza el mismo criterio para otras realidades... Se insiste mucho en la Iglesia católica, pero por qué no se meten con los equipos de futbol, con el mundo del cine, la familia... Hay cierta hipocresía en el modo de tratar la sexualidad".

* Dentro de la Iglesia hay que aplicar también "procedimientos rigurosos", pero "el problema es que con procedimientos muy estrictos puede que lleguemos a culpabilizar a sacerdotes que no han hecho nada". Algún caso ha habido ya en España, en Granada, de lo señalado por el experto italiano.


CONCLUSIÓN. La pederastia es muy reprobable, todo lo que se pueda hacer por evitarla es poco, pero también hay que reprobar y denunciar el uso de este crimen para atacar intencionadamente a la Iglesia.


martes, 6 de noviembre de 2018

La fuerza del Rocío

 


La fuerza que tiene el Rocío la ha demostrado estos días la experiencia de la Magna en Huelva. En una sola provincia/diócesis, sin toda la parafernalia que únicamente es para algunos el Rocio (exotismo del Camino, todos los adjuntos festivos y /diversionales que tiene la Romería: el paisaje singular, el cante y el baile, la comida y la bebida, la compañía de amigos, la diversión, etc.), dentro del ambiente urbano del centro puro y duro de una ciudad, con el componente prácticamente exclusivo de la devoción rociera, la experiencia de la Magna en Huelva ha puesto de manifiesto la potencialidad del Rocío.

¿Qué es la Magna?
En años anteriores, por tres veces se había repetido esta experiencia. Antes en Córdoba y luego en Madrid y en Toledo, una celebración semejante congregó las Hermandadessimpecados (los estandartes con la imagen de la Virgen del Rocío, que son transportados en carretas de honor cada año acompañando a las Hermandades hasta la aldea almonteña) para compartir las vivencias rocieros que cada cual experimenta durante los días de la Romería. En estas tres provincias, esta experiencia era más explicable pues, al tener en ellas menos desarrollo la devoción rociera, resultaba de alguna manera más conveniente darla a conocer.

En Huelva, la Magna ha sido una auténtica explosión. La provincia con más presencia rociera (junto con Sevilla), donde está además situada la localidad de Almonte y la aldea del Rocío, esta celebración no ha sido para fomentar la devoción sino para expresar públicamente la fuerza que esta devoción ya tiene, también para "agradecerle a Huelva lo que hace por el Rocío", como expresó en uno de los actos el Presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Juan Ignacio Reales.

Cada una de estas celebraciones ha tenido un lema, que simbolizaba sus objetivos y sus pretensiones: "Rocío de la Fe", en Córdoba (2.013); "Rocío, camino de Esperanza", en Madrid (2.014); "Rocío de la Misericordia", en Toledo (2.016); y "Rocío de Amor y Caridad", en esta celebración de 2.018 en Huelva. La realidad ha desbordado el significado de los lemas, con el uso más frecuente de la expresión simbólica de la Magna.

Los participantes en esta ocasión han sido las 24 Hermandades existentes en la provincia/diócesis de Huelva (23 constituidas, más 1 en trámite del último reconocimiento); las 2 Hermandades de la capital (Huelva y Emigrantes), que han sido las organizadoras y las anfitrionas; como invitadas, las 3 que habían realizado antes esta experiencia (Córdoba, Madrid y Toledo); más la Hermandad Matriz de Almonte, cuyo simpecado presidía todos los actos, como representación titular de la Virgen del Rocío en todo el evento.     
                                                                       
                                                                               Actos celebrados

Toda la celebración ha sido como una cierta repetición de los actos que tienen lugar cada año en la Romería: entrada de las Hermandades y de sus simpecados, hasta las Parroquias donde han sido acogidas; Rosario por un recorrido céntrico de la ciudad, en la tarde del 2 de noviembre; solemne Eucaristía el 3 de noviembre, en el mismo emplazamiento en el que el Papa San Juan Pablo II celebró también una misa, cuando hace 25 años visitó Huelva y tuvo en la aldea del Rocío una discurso memorable; procesión final de todas las Hermandades por las calles más céntricas de la ciudad, con los simpecados en las carretas hermosamente engalanadas, con los bueyes y los mulos atípicamente introducidos en el territorio urbano. Sin la imagen de la Virgen y sólo con el recuerdo emotivo de su presencia, los devotos del Rocío han podido evocar con estos actos lo que en la fiesta de Pentecostés se celebra cada año.

Todas las opiniones coinciden en que lo ocurrido ha superado las previsiones (hasta 80.000 posibles participantes, habían calculado previamente algunos). La ciudad, desde luego, se paró y se inmovilizó para el discurrir de los participantes por sus calles principales. Las televisiones locales lo dieron todo en directo y la prensa de la ciudad concedió -cada uno de los dos días- la portada casi completa y cuatro o cinco páginas interiores para la información de los actos. Circulaban entre los participantes amplios programas de mano, como en Andalucía ocurre en la Semana Santa. Aunque no todos hayan asistido, toda la población se ha enterado y ha hablado alguna vez de este evento tan singular.



Respaldo institucional
El experimentado periodista que ha seguido todos estos actos -Eduardo J. Sugrañes- ya anunció que el Alcalde de Huelva siempre valoró la importancias de lo que se organizaba. Ha sorprendido con todo a algunos que el Alcalde, el socialista Gabriel Cruz, firmase una página en uno de los programas de mano que se han distribuido estos días afirmando que lo que se anunciaba era una manifestación de "esa devoción que los onubenses no dejamos de sentir nunca y que siempre está presente en nuestras vidas". Al evento le concedía "un componente social, turístico y festivo muy importante", pero añadía también que "encuentra su sustento fundamental en la fe". Más rotundamente, "la esencia de este encuentro no deja de ser un testimonio de nuestra fe rociera, una expresión de que el amor mariano implica en quien lo procesa una serie de valores, sobre todo un compromiso social y de solidaridad hacia el prójimo". Todas las autoridades locales, incluida la Presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se han hecho presentes en los actos y, al pasar la comitiva de la procesión de las carretas y los simpecados por sus edificios tenían una parada para saludar a los representantes de la Diputación y del Ayuntamiento.

El respaldo del clero a los actos de la religiosidad popular no siempre es tan explícito. En esta ocasión he oído a algún sacerdote no entender por qué se organizaban estos actos, que no figuraban en los programas pastorales diocesanos y que no habían dimanado de los órganos eclesiales de gobierno. A un eclesiástico muy bien preparado le he oído la constatación de que la liturgia oficial de la Iglesia, que el Vaticano II quiso impulsar, no avanza suficientemente, mientras que la religiosidad popular tiene cada vez más presencia e importancia. El hecho es cierto y cabe incluso sospechar que existe una cierta envidia o impotencia o incomprensión al ver que las actividades directamente organizadas por los seglares de las Hermandades y Cofradías tienen más seguimiento popular que los actos directamente dependientes de los sectores eclesiásticos más oficiales. Reacción humana, muy explicable.

La postura en este caso, con todo, de la Iglesia oficial de Huelva no ha podido ser más explícita. Secundando la orientación del Papa Francisco sobre la religiosidad popular, el obispo, don José Vilaplana, acogió y mostró su apoyo a este proyecto, desde que hace bastantes meses le fue presentado por las Hermandades rocieras de Huelva y de Emigrantes, y ahora, ha estado presente y ha presidido con expresiones entusiastas tanto el Rosario como la Eucaristía; después del primer día, ya declaró el obispo que el Rosario celebrado había supuesto "una corona hermosa de sonrisas, suspiros, oraciones, hermandad, paz y alegría, una corona que alegra a la Reina del Rocío".

La fuerza del Rocío
En un anterior comentario sobre la procesión extraordinaria de la Virgen del Rocío, el primer gran acto para conmemorar el Centenario de la coronación de la imagen que estos actos de Huelva también han querido ahora evocar, ya formulé en este blog la pregunta de "¿por que tanta gente?" en los actos del Rocío. Ahora esta pregunta se puede formular con más fuerza.

Sin que las causas estén hasta el fondo del todo explicadas, sí hay desde luego que constatar que la fuerza del Rocío es muy evidente; que aquí hay un fenómeno que, a pesar de lo turbio de todo lo humano, merece respeto, apoyo, estudio y también agradecimiento a Dios y a la Virgen porque así sea.

miércoles, 31 de octubre de 2018

P. Arnaiz, Beato































La declaración formal del P. Arnaiz como Beato ha tenido lugar el 20 de octubre en la Catedral de Málaga, como muestra la foto. Una palabra, unos rasgos sueltos, unos recuerdos personales, sobre este personaje, que fuera de Málaga es mucho menos conocido.

Castellano, traspasado a Málaga. No nació en Andalucía, sino en Valladolid. La costumbre de la antigua Castilla de poner al recién nacido el nombre del santo del día, movió a sus buenos católicos padres a darle el nombre tan poco común de Tiburcio, un signo de identidad muy característico de este personaje. Él emplazamiento, con todo, que le ha dado carácter al P. Arnaiz es Málaga, ciudad en la que permaneció los últimos 24 años de su vida, donde murió y donde yacen desde entonces sus restos mortales. Su vinculación tan estrecha, ha conseguido que desde siempre que sea llamado el “apóstol de Málaga”.

Sacerdote secular, antes de ser jesuita. Antes de entrar en la Compañía de Jesús, Arnaiz desarrolló bastante actividad. Tras sus estudios iniciales, hizo la carrera sacerdotal completa en el Seminario de Valladolid, se ordenó como sacerdote diocesano, y ocupó diversos puestos de responsabilidad en las Diócesis de Valladolid y Avila. Tenía pasados los 40 años, cuando ultima su decisión de entrar en la Compañía de Jesús. Su decisión se había demorado porque se sentía obligado a acompañar a su madre anciana y enferma. Sólo cuando muere su madre, se siente suficientemente libre para hacerse jesuita. Hace entonces un comentario, que denota el carácter ya radical de su espiritualidad: “Ya no se me vuelve a morir a mí nadie, porque voy a morir yo a todo lo que no sea Dios". Un rasgo bien definido de su carácter.

Máxima popularidad en Málaga.

Lo que más me sorprende en la figura del P. Arnaiz es la inconcebible popularidad que tenía en Málaga. La hermosa Iglesia neogótica de los jesuitas de Málaga permanecía casi toda la jornada abierta, sobre todo para acoger a la gente que acudía a visitar su tumba. Era una fila ininterrumpida, también a las horas más insospechadas, de personas que acudían a rezarle un rato, a traerle unas flores o -siguiendo las indicaciones que desde esta Iglesia se hacían- a traer algún paquete alternativo de alimentos para los pobres que él tanto trató. Eran personas sencillas, mayoritariamente de clases humildes, mujeres y también hombres, todas con recogimiento y respeto. Algunas entraban y salían, con escándalo de algunos, incluso durante la celebración de las Eucaristías que se estaban celebrando en el altar mayor de la Iglesia. Llamaba mucho la atención que la fila de visitantes casi no se interrumpía. En grupos grandes, también, la misa que mensualmente se celebraba en su honor, en los días 18 que conmemora su muerte, se convertía en toda una manifestación, porque había que añadir muchas sillas a los bancos de la amplia Iglesia, y siempre había gente de pie. Todo esto, además, cuando el P. Arnaiz no era ni Beato, ni siquiera todavía Venerable. Esta presencia masiva en su tumba, siempre lo consideré el mayor testimonio de su santidad, más que la ejecución de un milagro por su intercesión (también lo hizo, cumpliendo el requisito que aún mantiene la Iglesia para los procesos de beatificación y canonización). La popularidad en Málaga saltó además fuera de la Iglesia, pues se colocó una escultura suya de cuerpo entero, en una céntrica rotonda de la ciudad, inmediata al visitadísimo edificio de El Corte Inglés. Ciertamente, era un personaje muy popular en Málaga.

Sus preferencias, en el pueblo sencillo. Se podría decir que el pueblo pagaba a Arnaiz, después de muerto, la preferencia que él siempre tuvo por las clases más populares. Su largo apostolado en Málaga se centró siempre en los más pobres, en los pequeños pueblos de la provincia (los que recorría recurrentemente con sus Misiones Populares) y en los barrios de la ciudad, en los "corralones" (casas muy grandotas, con varios pisos de muy pequeñas viviendas en derredor y un gran patio común en el centro),zonas ambas a las que consagró la mejor parte de su actividad apostólica. Es notable como en su tiempo ya lejano, la primera parte del siglo XX, siempre unió dos aspectos en su apostolado, el directamente religioso y el cultural-social, simultaneando la construcción de capillas con la implantación de nuevas escuelas. Murió el 18 de julio de 1926 y su entierro fue una auténtica manifestación popular, porque ya en vida había adquirido una gran fama de santidad. En la oración fúnebre que entonces se le dedicó, el entonces obispo de Málaga y que ya ha sido también declarado santo -don Manuel González-, dijo estas enfáticas frases definitorias sobre el difunto: "¿Qué haces, Jesús mío(…)? ¿Cómo quieres que lleve la carga que has impuesto sobre mis hombros, si me privas de los mejores operarios de esta viña?". En su muerte, ya recogió lo que había sembrado durante su vida.

Con el título de doctor. Al ver ahora las informaciones sobre su beatificación, me ha sorprendido la fotografía del P. Arnaiz revestido con su birrete y su toga de doctor universitario. Y es que este hombre había sido revestido en 1896, antes de su ingreso en la Compañía de Jesús, como doctor en Teología en Toledo. Es claro que viró una posible vocación intelectual anterior por una posterior dedicación a los más pobres y humildes.

 


Elogio del P. General de los jesuitas. Para comunicar la noticia de la beatificación del P. Arnaiz, el ahora P. General jesuita, Arturo Sosa, ha escrito una carta a toda la Compañía de Jesús resumiendo lo principal de su vida. Cierra esta carta con una enumeración de "las ricas cualidades" que podrían ahora ser recogidas del P. Arnaiz, lo que, "en modos adaptados a los contextos actuales", podría ahora ser de él imitado: "su prontitud para detectar y atender urgencias estructurales, su enérgica determinación para emprender nuevas obras y perseverar en ellas, su hábil capacidad de atraer y juntar a personas de distinto origen social para socorrer a los pobres, su admirable fortaleza a la hora de afrontar las contrariedades, su valiente afán evangelizador incluso en épocas y circunstancias difíciles, su convencida confianza en la providencia, su firme amor personal d Jesucristo, o su amistad, generosidad y afabilidad con toda clase de gente". Una lectura moderna de la ya lejana vida de este gran apóstol de Málaga. Como termina la carta de Arturo Sosa: "demos gracias a Dios por el regalo de este nuevo beato para la Iglesia". Amén, así sea.









viernes, 19 de octubre de 2018

DOMUND: De verdad, ¿no hay dinero?

 



Una campaña benéfica, como el día del DOMUND, plantea el interrogante de si hay dinero para sufragarla. Con tantas demandas de dinero por todas partes, con el fantasma de la crisis todavía presente, con los apuros de fin de mes para tantos, con los datos de que la pobreza rigurosa azota a poblaciones crecientes, surge la duda de si resulta posible recoger dinero para las causas altruistas que se quieren también sacar adelante.

DATOS IMPRESIONANTES
Los interrogantes sobre la posibilidad de llevar adelante las causas altruistas se vuelven hirientes al conocer ciertos datos sobre los lujos que todavía se dan también nuestra sociedad.

Los expertos de la FAO solicitan 30.000 millones de Euros anuales para la solución del hambre urgente en el mundo, y esta cifra se vuelve irrisoria al conocer que llega a 90.000 millones el gasto que se produce cada año para alimentar los 190 millones de mascotas (perros y gatos) que hay repartidos por los hogares del mundo.

Todavía impresiona más conocer que las grandes firmas del mundo del lujo están empeñadas en luchar contra el "anti-descuento", en conseguir que no se vendan nunca sus productos más baratos en las rebajas, para evitar así que se degrade el prestigio de sus marcas. Apabullante resulta así el dato de que la firma de ropas Burberry, en 2017, incineró ropa nueva por valor de 32 millones de Euros (diez más que el año anterior). Sólo la tienda de H&M en Estocolmo, en un sólo año, carbonizó 15 toneladas de ropa para evitar sus posteriores rebajas más baratas, aunque esto lo disimulase bajo la expresión más digna de "convertir en energía". En el sector de los relojes de lujo, más de 400 millones de Euros de las marcas Cartier y Jaeger-Le Coultre fueron convertidos en chatarra para impedir sus segundas venta abaratadas.

Estos datos los he encontrado en un periódico (El País Semanal, 7/10/2018) y no figuran allí con mucha precisión las fuentes de donde están tomados, pero lo que en esto importa no es tanto el rigor de las cifras sino la clara tendencia a desperdiciar sumas enormes de posible dinero para luchar contra las segundas ventas y los descuentos, para evitar el supuesto desprestigio de sus marcas, sin contemplar los desajustes éticos que sus drásticas medidas producen. Consideran que están en su derecho al destruir unas mercancías que son sólo suyas, y prefieren descaradamente quemar antes que malvender

ESFUERZOS DESORBITADOS
Frente a las anteriores cifras, el desorbitado esfuerzo altruista realizado en España por la Obra de Propagación de la Fe al reunir 14.487.710,07 € en el Día del DOMUND de 2017, resulta casi meramente simbólico.

Que en atender a las mascotas domésticas se gaste infinitamente más que en ayudar a las personas y a las obras de las personas esforzadas que abandonan su propio país para convertirse en misioneros y misioneras en países distantes, es un dato que literalmente clama al cielo. Que determinadas marcas renuncien por mantener su prestigio a cantidades que superan y hasta doblan el enorme esfuerzo español por la finalidad altruista del DOMUND provoca también un gran sentimiento de pesar.
No es que, por la situación económica actual, no haya dinero para las causas altruistas. Las anteriores cifras económicas, más allá de la rigurosa precisión de sus datos, muestran claramente que los objetivos y las metas se han descolocado, que interesa más el bienestar que proporcionan las mascotas o el prestigio de las propias marcas que la ayuda a los demás. Dinero hay mucho más que suficiente para las acciones altruistas. Lo que falta es sensibilidad y convencimiento para detectar que la ayuda a los demás merece también -o más- la pena.

Aportar estos datos no es caer en la demagogia. Es ayudar a la reflexión de dónde se ponen los intereses, hacer pensar sobre si la ayuda desinteresada a las causas nobles puede, en cada uno y en la sociedad, competir con los intereses más personales y egoístas. Ayudar a los otros debe poder competir, en el ranking de los propios intereses, con otras satisfacciones y deseos. La ayuda a los demás, en la medida de las propias fuerzas, siempre debe valer la pena.

viernes, 12 de octubre de 2018

Más de lo mismo, y la "exasperación" como postura vital

 

 


Ocurre con cierta frecuencia que el descubrimiento de algo, al instante se ve confirmado por la repetición de la percepción recién experimentada. Puede ser la primera noticia de una moda en el vestir, de un comportamiento social o el vislumbre de una idea particularmente sugerente: cuando alguien cae en la cuenta de uno de estos hechos, comienza inmediatamente después a ver repeticiones de lo mismo, a experimentar que lo descubierto era enormemente cierto.

Hace pocos días incluí en este blog una reflexión sobre la "extensión del mal", el fenómenos por el que, al disminuir las manifestaciones de un problema, aumenta el empecinamiento con los restos del problema que aún perduran. Durante los días siguientes, múltiples impresiones y lecturas han venido a confirmar este planteamiento.


Steven Pinker, un "posibilista serio"

 De este renombrado profesor de Harvard, me ha llegado estos días un ponderado ataque contra "los profesionales del apocalipsis". Con una actitud serena y equilibrada, expone las tendencias enemigas del "progreso", una actitud que se mantiene en lugar de captar las mejoras que en la sociedad también se vienen produciendo.

Aporta el dato sorpresivo, tomado del economista Max Roser, de que, "desde hace 25 años, cada día, 137.000 personas han escapado de la pobreza extremasabe, porque los periódicos no recogen este tipo de noticias. El nudo de la cuestión está ante la postura ante el capitalismo (lo considera derivado de la Ilustración) y el mercado, en si pueden ser controlados por las medidas coercitivas y las instituciones (la postura que el entrevistado mantiene), o en si sus desmanes conducen inevitablemente al más negro derrotismo.

Frente a los que "reconocen el valor del progreso", condena severamente el "hábito muy extendido entre intelectuales y periodistas" de "destacar sólo lo negativo, en describir el mundo como si estuviera siempre al borde la catástrofes son calificadas con la misma severidad: "Cuando los países abandonan el mercado, como Venezuela, se hunden en la miseria. Ocurrió con la Unión Soviética, la China de Mao, la Alemania del Este anterior a la caída del Muro...".

Con estas opiniones no se considera un optimista ingenuo, se denomina un "posibilista serio", pero sí condena a los pesimistas radicales, que sucumben ante el "riesgo del fatalismo". Mantiene un cierto equilibrio pues, frente a "falacia muy común" que valora "el progreso como una fuerza mística que destina a los humanos a ir a lo mejor", sólo mantiene "una esperanza razonable de progreso, si las instituciones humanas sacan lo mejor de nosotros, si nos permiten adquirir nuevos conocimientos y resolver problemas".

Los entrecomillados los he sacado de una entrevista que le hizo a Steven Pinker el periodista Jan Martínez Aherens (El País Semanal, 17 Junio 2018, pp 550 ), con ocasión de la publicación en castellano de su libre En defensa de la Ilustración (Editorial Paidós, páginas 56-61). El "más de lo mismo" respecto a la "extensión del mal", resulta muy patente en toda la entrevista, que no resumo completa.


La "exasperación", como postura vital 

 Exasperación es una palabra extrema, para indicar la demasía en la manifestación de un estado de ánimo. La utiliza Javier Marías, en uno de sus habituales artículos en la última página de El País Semanal (precisamente en el mismo número veraniego de la entrevista con Pinker).
Aunque arranca afirmando que "la situación de nuestro país no invita al optimismo ni a la tranquilidad", al instante afirma que "desde hace por lo menos un lustro percibo en la gente un estado de exasperación al que personalmente no veo mucha justificación". Se refiero a "los sulfurosos que saltan por cualquier causa, y a la primera". Lo mismo sucede con las masas: "en seguida se encolerizan, no vacilan en echarse a la calle para protestar o maldecir, una veces con razón y otras con exageración. Están de moda -triste y desagradable moda- la ira, la indignación, el furor. Todo es 'intolerable' e 'histórico' y 'cataclísmico', cualquier abuso es calificado como genocidio" (aquí se refiere al uso de este término el 1 octubre en Cataluña). El asunto más baladí se convierte en cuestión de Estado o por lo menos de referendum…". Parece que le cuesta a Marías hacer estas afirmaciones, pero las hace.

Reflexiona sobre las posibles causas del fenómeno, la redes sociales y los medios de comunicación ("disparan sus decibelios para tratar cualquier tontada"), para concluir: "Los sucesos que hasta hace unos años eran noticias secundarias, se han adueñado de los informativos, trasladándole al espectador una sensación de que se delinque sin parar, de que estamos amenazados por mafias internacionales sin cuento, de que millares de ciudadanos son asaltados o violados, de que vivimos acogotados (…) Este alarmismo perpetuo, esta exageración deliberada, esta alerta inducida va minando nuestro ánimo y nuestra templanza. La gente vive en vilo e innecesariamente sobresaltada, va de susto en susto y de irritación en irritación". De nuevo se incide en el mal que provoca la anteriormente comentada "extensión del mal".


Perplejidades

 La entrevista con Steven Pinker arranca con la afirmación de que hace mucho tiempo que "mató a Dios", que desde la adolescencia descubrió que no lo necesitaba: "Cuando empecé a pensar en el mundo, no le encontré sitio y me di cuenta de que no me servía ni siquiera como hipótesis". Esta parece ser como la excusa del medio que quiere presentarse siempre como progresista para ofrecer luego sus opiniones más bien conservadoras.

Perplejidad, con todo, levanta el pensar si el contar seriamente con Dios provocaría sentimientos igualmente tranquilizadores sobre la situación actual del mundo y de la sociedad. Un sentido radical del amor que hay en Dios -que debe ser la norma de vida del creyente- conduce a la crítica de la sociedad actual española a la que nos tiene frecuentemente acostumbrados CARITAS. El cristiano no debe ser un conformista ante el mal, aunque casi todo lo dicho en esta ocasión se refiere a las exageraciones que trae a la consideración humana la extensión inmisericorde del mal cuando éste tiende a desaparecer. Ni conservadurismo ni angustia constante, es la sana máxima para el creyente responsable.

Perplejidad también despierta el que sobre el populismo, la manifestación más clara de los extremismos condenados, afirme paladinamente Pinker que "nadie sabe con certeza" por qué el populismo tiene el desarrollo que ha conseguido en el mundo actual. El populismo está muy cercano a las "fake news", a la confusión intencionada de la mentira con la verdad. En este sentido, la condición de creyente no favorece el populismo, porque Dios es la Verdad e induce a los creyentes a vivir y desenvolverse -también en lo político- en el ámbito de la verdad.
Las verdades muy tajantes suelen conducir a los fundamentalismos. Más en los temas sociales y políticos, conviene introducir un margen de perplejidad a las opiniones extremas, sin que esto suponga desvirtuar el valor de las expresiones más arriba expuestas. El relativismo es también un mal del que conviene precaverse.


martes, 9 de octubre de 2018

Ni "expansión de los problemas" ni conservadurismo



La botella medio llena o medio vacía es una sencilla imagen que refleja bien el tema de hoy. El diagnóstico de una situación no resulta fácil cuando existen datos contradictorios, a favor y en contra de una determinada valoración. La tensión está a punto de estallar cuando se contraponen las valoraciones opuestas sobre una misma situación.

Sea cual sea el posicionamiento que se adopte, surge el temor de ser calificado de partidista: de retrógrado o de progresista, de pesimista o de optimista, de izquierdas o de derechas. Sin uno mudarse de sitio, se encuentra a veces calificado por los demás desde posturas contradictorias.

CONTRADICCIONES APARENTES
La situación social es de los temas más inabordables. Teniendo memoria de bastantes años ya pasados, siempre me ha chirriado escuchar que "los ricos cada ves son más ricos, mientras que los pobres son cada vez más pobres", que la situación social va progresivamente degradándose, que el mundo empeora a pasos agigantados. Posturas pesimistas extremas.

La consecuencia de estas extremas valoraciones sociales es también la postura política que se adopta: hay que arramblar con la situación nefasta actual (postura de las izquierdas), o conviene mantener lo bueno actual para corregir lo malo también existente (posicionamiento de las derechas); el liberalismo/capitalismo es el demonio con patas, o es algo menos malo cuyos defectos hay que corregir; hay que cambiar todo o hay que conservar lo bueno. Las posturas se vuelven antitéticas.
Y no es extraño, por ello, que, sin cambiar la propia postura, sea ésta sucesivamente descalificada desde extremos opuestos.

LUMINOSA INTERPRETACIÓN
Por lo hasta ahora dicho, resulta luminoso un lejano artículo, Vivimos en Matrix , publicado precisamente en El País (9 Septiembre 2018, p11), firmado por Victor Lapuente, un profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Gotemburgo, colaborador frecuente pero no miembro de la redacción de este medio. Dada la orientación que se da al escrito, contrasta que sea precisamente en este periódico -con tanta voluntad siempre de mostrar progresismo- en el que este artículo se publique.

La imagen de Matrix se usa porque se trata de entrar en una fantasía virtual, de percibir que no es real el mundo que muchas veces percibimos. Citando estudios del psicólogo Daniel Gilbert mantiene que, cuando un problema se reduce, los humanos ampliamos su extensión: a medida que un problema se vuelve menos frecuente, incluimos en él más elementos; esto es, ampliamos la extensión del problema: cuando las propuestas poco éticas se tornan más esporádicas, rechazamos también iniciativas que antes habríamos calificado como éticamente correctas. Así, mediante esta forma de proceder, el estrés social se ha ampliado, nos preocupamos y protestamos por problemas y situaciones que antes no considerábamos como criticables.

Consecuencia de este fenómeno es la inhabilidad para reconocer el progreso. Vivimos actualmente en el mejor de los mundos, y lo criticamos como si fuese el peor de todos los tiempos. Los ejemplos son muy sencillos: hace treinta años, uno de cada tres ciudadanos vivía en extrema pobreza, mientras que ahora sólo uno de cada diez vive en la pobreza extrema; antes la esperanza de vida era de 30 años, mientras que ahora vivimos hasta los 70 y hasta los 80 años, como media. La gran paradoja está en que, mientras que los datos nos indican que vivimos en la era de mayor prosperidad y paz de la historia, la percepción que percibimos de los medios de comunicación es que atravesamos la época más "crítica" y "convulsa". La ley psicológica que determina este fenómeno es que, porque justamente todo mejora, vemos problemas por todas partes . Esta es la impresión que produce la "extensión o ampliación del problema".

El autor de este buen artículo se extiende aplicando esta teoría al problema catalán o al problema de la discriminación femenina: la situación es ahora mejor que antes, y la sensación y las protestas la perciben como progresivamente empeorando. Los humanos tendemos a expandir los problemas, a medida que los solucionamosada conclusión de esta ensayística pequeña teoría.

TAMBIÉN EN EL ÁMBITO ECLESIAL
La ambivalencia de la situación actual es particularmente aplicable al ámbito eclesial: medio llena y medio vacía. Y también aquí se puede aplicar la teoría de la extensión del mal: cuando la situaciones mejoran, los diagnósticos que se formulan claramente los presentan como empeorando. La pederastia será probablemente en la actualidad menor que en otras épocas, y la percepción del problema no puede ser más catastrofista. Más claro aún resulta el tema en la valoración del papado: cuando mejor resulta para casi todos la situación actual, peor la estiman algunas opiniones, llegando al caso absolutamente insólito de que un Cardenal haya solicitado la renuncia de Francisco. Cuanto mejor, peor.

DIFICIL EQUILIBRIO
No es para tranquilizarse ingenuamente, ni es tampoco para caer en una postura cómodamente conservadora ante todos los problemas. Pero ante la casi innata tendencia a la "extensión de los problemas", conviene mantenerse alertas para no caer en una constante intranquilidad o a una actitud de protesta ante todo lo que se presente por delante. Aunque resulte difícil, cierto equilibrio resulta siempre necesario entre el pesimismo radical y el optimismo ingenuo. Los dos extremos son perniciosos.