domingo, 24 de junio de 2012

PRESENTACIÓN DEL ESPAÑA-FRANCIA, ¡UNA PASADA!

          Comprendo que al fútbol no hay que tomárselo del todo en serio, que no es un tema trascendente, pero me parece que en esta ocasión la información sobre el partido con Francia se ha pasado un pelín, ha caído un poco en el ridículo, ha cometido una pasada.
      Todos los periódicos destacan la noticia en primera página, por supuesto, ... con la que está cayendo en temas económicos, políticos y sociales. 
     Casi sonrojo causa el reproducir que "España toma la Bastilla" (ABC), por las pretendidas resonancias políticas y revolucionarias. 
         La contundencia no falta: "España liquida a Francia" (La Gaceta), o "España baila a Francia" (El Periódico), o "Inapelable victoria" (El Mundo). Un poco de humildad, sí que falta.
      Muchos titulares desbordan autosuficiencia: "Se desató la fiebre roja" (Diario de Sevilla), "A semifinales sin despeinarse" (SUR de Málaga), "La roja da un paso más hacia la gloria" (EL PAÍS). Y el periódico de más tirada de España sentencia: "Ni la olieron" (MARCA). 
          Algunos miran al futuro, personalizando el tema: "Semifinal contra Cristiano", con su toque además triunfalista: "España bate a Francia" (LA VANGUARDIA), "Cristiano nos espera el miércoles en semifinales... Y OLÉ" (AS). 
          No renuncio a reproducir dos subtítulos, uno breve: "España desafía a la historia en busca de la triple corona" (EL CORREO DE ANDALUCÍA); y el otro delirante: "Una memorable exhibición de de tiki taka de la Roja condena a los franceses a correr detrás de la pelota como gallos sin cabeza" (MARCA).
          Se queda uno sin resuello, tras esta carrera de manifestaciones, no sé si de humor, de despropósito, o de ambas cosas a la vez...
          Dos consideraciones, muy simples. La primera es que no me imagino a la prensa alemana, o a la inglesa, ni siquiera a la francesa, con semejante galería de titulares, si la victoria deportiva les resultase propicia: la altanería demostrada en esta ocasión por la prensa española puede ser manifestación de que estamos en baja; quiero pensar que sea así, para consolarme. Y la segunda es que no hay que darle excesiva importancia a este fenómeno deportivo-mediático. Todo el mundo necesita "desaguaderos" (la expresión es nada menos que de Santa Teresa), y en este momento tal vez le venga bien a España una expansión de este tipo, un "chute" según la expresión que creo usó Rajoy antes del comienzo del campeonato.
          ¡Preparémonos para la que nos puede caer encima, si consigue España -¡ojalá!- ganar la Copa Europea!

domingo, 17 de junio de 2012

NO USAR EL NOMBRE DE DIOS EN VANO

          "Dios no puede equivocarse", era el sensacionalista titular de un amplio reportaje aparecido en un periódico hace pocos días.

          ¿De qué se trataba? De una información estrictamente técnica en torno a la velocidad de la luz. Un físico italiano, Dario Autiero, desde el Instituto Nacional de Física italiano y en colaboración con el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), había hecho públicos los resultados de un experimento, que intentaba demostrar que "la velocidad de vuelo de los neutrinos era superior a la de la luz". El titular sensacionalista del periódico, asociando a Einstein con Dios, insistía en que la velocidad de la luz resulta del todo insuperable: "Eistein tenía razón: el experimento del CERN ha muerto y la teoría de Einstein sigue viva". El nombre de Dios era ligeramente utilizado, banalizando la esencia divina en apoyo de la ciertamente respetable teoría física de Einstein. Un caso típico de uso del nombre de Dios en vano.

          Pero el caso es que, en el mismo ejemplar de este mismo diario, páginas más adelante, se encontraba otra información con el siguiente título: "La 'Hija de Dios' sube al escenario".

          ¿De qué se trataba, en este otro caso? Una historia aún más superficial. Una hija del futbolista Diego Armando Maradona y de Claudia Villafañe ha estrenado en Buenos Aires una pieza teatral con el osado título de "Hija de Dios". Los comentarios se ceban en la pretendida divinización del futbolista: "la pieza es una reflexión en primera persona sobre las vicisitudes y las responsabilidades que conlleva la condición de heredera del todopoderoso futbolista". Con la típica ambición argentina de presentarse como "tesis, ensayo reflexión y catarsis", dice la primeriza actriz que la pieza "Hija de Dios" me da la posibilidad de expresarme, de compartir mi mirada sobre papá y sobre el fenómeno que representa". Sorprende mucho que tan "en vano" se pueda usar el nombre sagrado de Dios.

          No he querido citar al comienzo el nombre de diario que publicaba en la misma edición estas dos alusiones, porque quería ante todo resaltar el hecho paradigmático del uso insustancial del nombre de Dios. Pero no me parece ocioso añadir ahora que el diario en el que se publicaban estas dos alusiones era EL PAÍS. Los titulares de las informaciones y reportajes los elige siempre el periódico, según sus preferencias y de acuerdo con su ideología. Lamento mucho que un periódico que pretende ser serio y riguroso lleve su tan particular concepción de lo religioso hasta banalizar y usar en vano el nombre de Dios. ¡Los creyentes que se mantienen como lectores de este periódico merecen un poco más de respeto!.


sábado, 9 de junio de 2012

PROBLEMAS SIN ROSTRO

          No termino de acostumbrarme a que los problemas no tengan rostro humano, a que detrás de cada situación no pueda encontrarse la cara del que la ha provocado, la ha echado a rodar, o la mantiene actuando.
          Me estoy refiriendo al verdadero aluvión de información económica que en los últimos tiempos se viene produciendo, sin rostro, sin contornos humanos detrás. Bajo la genérica alusión a "los mercados", se esconden las fuentes originales de donde dimanan todas estas noticias casi siempre apabullantes. Me gustaría llegar a conocer la persona o las personas concretas que adoptan las decisiones que hacen subir o bajar la "bolsa", que provocan la subida o la bajada de la "prima de riesgo". El que se aluda a "los mercados" de forma anónima, sin precisar ni las instituciones, ni mucho menos las personas, que hay detrás de este impreciso genérico del "mercado" o los "mercados", es algo a lo que no puedo acostumbrarme y que continuamente me subleva.
          Evidentemente influye el saber más o menos economía, el dominar o no la jerga y la teoría de esta ciencia tan escurridiza. Pero otras ramas del saber no resultan tan impenetrables. Puede uno no saber de electrónica o de física cuántica, pero estas ciencias no poseen una máscara para encubrir el rostro de los que en ellas actúan. Una bomba atómica cae sobre un territorio, y siempre se sabrá el país del que ha partido el avión que la ha lanzado y hasta el nombre de la persona que lo pilotaba. En el terreno económico, en cambio, ni la persona, ni la institución, ni el país, de donde han salido las ordenes que producen los auténticos psunamis financieros que revolucionan la situación de nuestro bienestar, llegan a ser conocidas. El anonimato más estricto cubre perfectamente la identidad de los que han tomado las  decisiones que desencadenan tales cataclismos.
          Si hasta en los estadios de fútbol, se pretende ahora descubrir la identidad de las personas que inician o mantienen una pitada dolosa contra la bandera o el rey, mucho más debería poder averiguarse quien adopta la decisión que provoca el enriquecimiento o la ruina de una entidad, de una empresa y de un país. Toda persona interesada debería poder tener acceso al "rostro", a la identidad, de la persona o las personas que han decidido actuaciones económicas que influyen fuertemente en el propio bienestar, en la "subida" o en la "bajada" de las acciones de las que dependen la economía personal o nacional de cada uno. Los Gobiernos, y hasta la misma justicia, deberían poder llegar a conocer los nombres de los que provocan estas revoluciones económicas, para poder defenderse o actuar en contra.
          Sé que todo esto no es más que un grito en el vacío. Pero conviene lazar estas demandas airadas para soñar con que las condiciones cambien, para intentar que el problema se reblandezca y estos problemas lleguen algún día a tener también un rostro, con el que poder enfrentarse cuando se sufren las consecuencias de estas actuaciones. Sólo demando que estas actuaciones problemáticas tengan también detrás un rostro.