lunes, 20 de agosto de 2018

Misa en Huelva por el jesuita de Huelva asesinado en Perú. Comentario a la muerte del P. General de los Jesuitas



 



En la Iglesia de los jesuitas de Huelva , el jueves 16 de agosto, se ha celebrado una misa por el P. Carlos Riudavets, sacerdote asesinado en el Vicariato peruano del Marañón el pasado 10 de Agosto.

La celebración de esta ceremonia en Huelva ha estado motivada porque Carlos Riudavets había nacido en la pequeña localidad onubense de Sanlucar del Guadiana, habiendo sido posteriormente alumno del cercano Colegio jesuita de Villafranca de los Barros. La misa fue presidida por el obispo de Huelva, don José Vilaplana, y concelebrada por los jesuitas de la Comunidad de Huelva.

Un previo contacto había establecido conexión con los dos hermanos vivos del jesuita muerto, Amadeo, que vive en Ayamonte, y Blanca, que vive en Madrid. Los dos asistieron a la misa celebrada en Huelva, acompañados de varios de sus sobrinos. Los familiares han agradecido mucho la organización de esta Eucaristía, que ha puesto claramente de manifiesto la vinculación entre Huelva y el jesuita ahora muerto en Perú.

COMETARIOS DEL P. CARLOS SOSA
En una carta dirigida a "los familiares del P. Riudavets", el P. General de la Compañía de Jesús, Carlos Sosa, afirma: "La muerte del P. Carlos me ha recordado las siguientes palabras de nuestra más reciente Congregación General: `En el centro de la obra de la reconciliación de Dios, se encuentra la cruz de Cristo y también nuestra participación en ella. Esta misión puede conducir al conflicto y a la muerte, como lo hemos testimoniado en la vida de muchos de nuestros hermanos´(CG 36, D1, n21).

El P. Carlos ha dado testimonio de que éstas no son palabra retóricas, sino que expresan una comprensión profunda del sentido radical de su vida como misionero de la Amazonía peruana … Sin lugar a duda, su entrega a esa misión ha sido radical, desde la partida de su España natal para sumarse a la misión de la Compañía en el Perú. Por casi cuatro décadas, estuvo al servicio de los pueblos awajun y wampis, la misión central en toda su vida de jesuita en el Perú. Se entregó a ella en cuerpo y alma ha sido total, hasta la oblación total y definitiva de su vida

A la vez que damos gracias por la vida del P. Carlos, pedimos la consolación de Dios para que no nos desanimemos en el servicio por la construcción de un mundo en el cual, la violencia, como la que injusta y brutalmente ha sufrido el P. Carlos, no pueda prevalecer, y en el cual toda vida humana sea respetada en su dignidad.
 
En cuanto a los responsables de su muerte, pedimos que, una vez identificados, tengan la oportunidad de tomar conciencia del mal que han realizado y, arrepintiéndose de su crimen, abandonen el camino de la violencia y de la muerte. Desde ahora les ofrecemos nuestro perdón a ejemplo del Padre de Jesús, Nuestro señor, y deseamos se abran a su Espíritu y recobren la humanidad perdida".
  
 
 

miércoles, 15 de agosto de 2018

Esto también es el Rocío. Ha muerto "Curro el Largo"

Podría eliminar el "también". Sencillamente, esto es el Rocío. Explicaré por qué una persona muerta se identifica con el Rocío.

La fotografía es mala. No es bella, ni está bien tomada. Pero recoge una imagen que desentraña mucho de las auténticas esencias del Rocío.

Sin necesidad de más explicación, la fotografía se ve que recoge la imagen de un hombre solo ante la Virgen del Rocío. Sin público alrededor, un día cualquiera entresemana, en los pocos momentos en los que la ermita está vacía, en los que no hay otras personas agolpadas ante el altar de la Virgen.
Este hombre acaba de morir. Se llamaba Curro el Largo, así le llamaban todos en Almonte, habiendo muy pocos que supiesen con exactitud sus dos apellidos. Curro el Largo es un hombre típico de la devoción rociera más honda.

Su foto solo ante la Virgen lo retrata adecuadamente. Sin estudios especiales, aunque no bruto, hombre bien educado y que podía expresarse bien en privado y en público. Antiguo miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz de Almonte, sin puestos de relumbrón, pero siempre muy cercano a las actividades y a la vida de la Hermandad. Trabajador manual, creo que electricista. En todo se distinguía no por el brillo de sus actuaciones, sino por su honradez y por su bonhomía.

Si su foto ante la Virgen es significativa es porque era uno de los hombres, no escasos, que guardan una honda y profunda relación con la Virgen. Probablemente no serán capaces de pronunciar palabras bonitas y elegantes ante los otros, pero saben quedarse a solas ante la Virgen y expresarle todos sus sentimientos más íntimos y personales. Hombres que siempre se ven ante la Virgen, en las ocasiones solemnes y también los momentos en los que no se va para que te vean, en silencio y a solas.

Hombre además de buena estatura y de gran fortaleza en sus años de plenitud física, de los que imponen su presencia y su fortaleza para dirigir de alguna manera la masa de personas más jóvenes que llevan sobre sus hombros las andas de la Virgen del Rocío. Desde fuera no se nota, pero debajo de la Virgen siempre hay algunos pocos hombres hercúleos que imponen su fuerza y sus directrices entre los vaivenes que caracterizan de forma inigualable sus procesiones.

Ha muerto Curro el Largo, una de las verdaderas columnas de la devoción rociera, un representante de la especie -¡ojalá no se acabe!- de los que mantienen en pie las esencias más puras de la devoción a la Virgen del Rocío. Descanse en paz Curro el Largo.


viernes, 10 de agosto de 2018

Nuevas impresiones de Cataluña

 



La vuelta a Cataluña me impresiona siempre mucho. Es un mundo algo distinto, que, por su situación actual, provoca además especial curiosidad y en el que siempre se encuentran variaciones sobre lo que es la vida en otros territorios. Esta vez he estado una semana muy larga en Manresa, la que se presenta estos días en las banderolas que cuelgan de los postes urbanos de la luz, como “corazón de Cataluña”, “una ciudad con alma”, “capital de la cultura catalana 2018”. Un buen mirador para asomarse de nuevo a Cataluña. Con mucha sencillez, ofrezco las recientes impresiones que me ha provocado esta vez el contacto con Cataluña.

TODO DIFERENTE. Si no todo, muchas sensaciones distintas produce el simple contacto con Cataluña. Para un residente en el Sur, cualquier ciudad catalana ayuda para un sentimiento de estar más “fuera de casa” que la visita a Madrid, Salamanca, Valladolid, o incluso La Coruña o Bilbao. No sólo es lo que se escucha por las calles, o el ver todos los rótulos en un idioma diferente, sino el que la comida y hasta los envases de los yugures y del agua mineral son distintos. La fisonomía de las personas no ofrece las diferencias que se encuentran -por ejemplo- en los países sajones, el carácter latino es patentemente común, pero el ambiente general de la calle sí ofrece normalmente aspectos diferenciados.

TODO ACABADO. La cultura catalana es muy antigua, y ha producido un desarrollo también antiguo y consolidado. Cataluña no es un mundo joven, donde todo está en construcción. Las ciudades, las carreteras, los pasadizos urbanos, el ambiente externo y aun el mobiliario urbano, se nota que llevan tiempo en funcionamiento, que están ya “acabados”, que no hay más construcciones que las de los recambios inevitables, pero que las ciudades y sus elementos adicionales llevan ya muchos años funcionando.

DISEÑO PRIMOROSO. No es la primera vez que me sorprende en Cataluña la calidad del diseño. Me llama la atención el primor con el que están elaborados los carteles externos que inundan las calles y aun la pequeña cartelería de las instalaciones en los interiores de los edificios. Todo en catalán, hasta las cajetillas metálicas -en los suelos de las calles- de los “bombers”. He visto en una calle una valla anunciando una firma elaboradora de diseño y cartelería, señal de que este producto tiene y demanda mercado. Las culturas menos elaboradas no cuidan tanto este aspecto de la vida social, lo dejan a la improvisación y al amateurismo. Tal vez la reelaboración de todo en catalán propició hace ya años una presentación más cuidada de toda la cartelería interna y externa a los edificios.

INCURIA. No es contradictoria esta palabra con todo lo anterior. Los alrededores de Manresa, en una carreterita que bordea las orillas del río Cardener –famoso en los ambientes jesuíticos, porque en sus orillas tuvo San Ignacio su visión mística más elevada, en el año del siglo XVI que permaneció en esta ciudad orando en una Cova, que es actualmente uno de los lugares más visitados de toda la ciudad- , los bordes de este río están llenos de probablemente más de una veintena de grandes edificios desvencijados, ruinosos, muestra de un lamentable y todavía no resuelto abandono. Son las antiguas fábricas textiles que, en otro tiempo movidas por la fuerte corriente del río, dieron fama a Manresa por la producción de tejidos y de mantas. El desarrollo tecnológico, la aparición de la fibra y la poderosísima competencia posterior del mercado chino, llevaron a la ruina a todo este antiguo imperio textil, como aún muestra la incuria de las fábricas abandonadas. Este signo de frustración y de aparente pobreza contrasta con la vegetación exuberante de las orillas del río y con la presencia impávida y tranquila de los patos, que sin enterarse de los cambios aún navegan por las aguas que antes dieron movilidad a las fábricas.

¿FLORECIMIENTO, DE NUEVO? En el AVE que me conducía desde Sevilla a Barcelona, me encontré con un antiguo amigo andaluz, que iba a pasar unos días de vacaciones en Barcelona con su mujer y sus dos hijos pequeños. Todo un símbolo. En los últimos recientes tiempos pasados, un síntoma de este tipo probablemente no se hubiese producido. En los días más álgidos de la agitación política, cuando las fábricas y los trasatlánticos huyeron de Cataluña, cuando el tráfico turístico y la ocupación hotelera registraron disminuciones importantes, la situación de Cataluña parece que estuvo mucho peor que en el momento actual. El bienestar parece florecer de nuevo en Cataluña.

SIN HOJA DE RUTA. Sobre la situación política de Cataluña en el momento actual he tenido una larga charla con un cualificado representante del independentismo moderado, un profesor universitario recién jubilado, que ha seguido siempre con interés todos los intrincados y variadísimos vericuetos del procés, una mirada culta y bienintencionada sobre todo lo que ha ocurrido en Cataluña durante los últimos tiempos, aunque muy diferente a la que suele ser común fuera de Cataluña. Coincidíamos en que lo que más separa a las dos posturas es la actitud ante el cumplimiento riguroso de la Constitución, unos creyendo que hay que respetarla y defenderla como norma suprema de convivencia y otros defendiendo que lo que ha pasado en la última decena de años justifica en Cataluña el adoptar ocasionales medidas en contra de su cumplimiento. Coincidíamos también en que el posicionamiento en la defensa de estos dos actitudes desborda lo intelectual y se apoya más en lo pasional y en lo afectivo. Mi interlocutor insistía en que esta pasionalidad se da por las dos partes, pues ellos notan mucho la carga emotiva y la falta de acercamiento empático a sus planteamientos en todos los defensores a rajatabla de la Constitución, muy particularmente en prácticamente todos los medios de comunicación, salvo en los contadísimos que entienden las posturas respetuosas con el independentismo. Le manifesté la dificultad también por la otra parte de comprender las posturas que se separan unilateralmente de la Constitución, valorando más sus dificultades para cumplirla -sobre todo, que no existe otro camino viable para lograr el independentismo,siendo así que, según ellos, la justicia se ha convertido en parcial- que el riguroso acatamiento de la norma suprema de comportamiento que es la Constitución, incluso cuando no coincide con las propias opiniones. Estas dos posturas, por ahora, resultan irreconciliables. Lo que sí parece suficientemente claro es que la situación se ha distendido un poco en los últimos meses y que muchos independentistas consideran ya inútil proseguir en lo que no se ha demostrado posible hasta ahora. Los más radicales independentistas consideran que el tema aún no se ha cerrado, pero que no se sabe qué va a ocurrir en un próximo futuro, que no existe una clara hoja de ruta.

FINAL EN LA SEU. El último rasgo de Manresa lo proporciona una visita a la SEU. Esta impresionante iglesia gótica es, sin dudarlo, el edificio más emblemático de Manresa. El gótico más puro del siglo XV resulta majestuoso en la estructura perfecta del gran edificio y en las pinturas de la media docena de retablos de los altares laterales del templo. La visita a la SEU, con todo, inspira algo de perplejidad porque surge la duda de si la religiosidad va ser capaz de superar la carga imparable de secularismo ejercida por la presencia avasalladora de turistas (muy bien aprovechada, por cierto, por la Fundación que se hace cargo de la coordinación y explotación de las visitas). Un grave problema, con todo, que no es exclusivo de Manresa ni de Cataluña, sino que se muestra patente en todos los más importantes edificios de la Iglesia en todo el mundo.

CATALUÑA AMABLE. Estas ligerísimas y sencillas impresiones sólo pretenden destacar que los no catalanes a Cataluña siempre tenemos que acercarnos con respeto, porque, aun con sus problemas, Cataluña es una parte muy amable de nuestra tierra.