sábado, 28 de febrero de 2015

Globalización de la indiferencia


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Globalización de la indiferencia es el tema del mensaje que el Papa Francisco ha dirigido este año a todo el mundo durante la Cuaresma.
Los términos global,globalidad, globalización no son en si malos. Se refieren a un hecho que ha conseguido una dimensión mundial, que desborda los márgenes de una comunidad concreta y se convierte en un fenómeno que afecta a todo el mundo, a todas las personas y naciones del planeta. Antes, no había o era muy difícil que un hecho se convirtiese en global, porque los medios de comunicación social, los mass media, estaban muy poco desarrollados y era prácticamente imposible que una noticia o una costumbre o un comportamiento llegase a todo el mundo, adquiriese dimensiones mundiales. Pero actualmente los mass media han convertido al mundo en una aldea -como repetimos todos desde Mac Luham- y los hechos más o menos importantes llegan fácilmente a todos, nos enteramos todos de él como cuando en una aldea un vecino llega a su casa tarde por la noche o se pelea fuerte con su mujer y llegan las voces a la calle. El mundo no tiene ya fronteras para los hechos significativos. La globalización es un proceso al que nuestro mundo está ya muy acostumbrado.
Las noticias, los hechos globales, son más frecuentemente malos que buenos. Lo malo discurre más, se extiende mejor por todo el mundo. Por esto, cuando se usa la expresión globalización de indiferencia, se está también indicando que es un hecho negativo el que la indiferencia se convierta en un fenómeno mundial. Es una mancha de aceite que ha invadido toda la estancia, es un sonido desagradable que molesta todos los oídos, es un comportamiento nefasto que se ha extendido como la pólvora, es una mala forma de proceder que se ha convertido en denominador común de toda la humanidad.
Francisco se refiere a la indiferencia como al hecho de que nos olvidamos de los demás, que no nos interesan ni sus problemas, ni sus sufrimientos, ni las injusticias que padecen. En un proceso realmente contradictorio, cuando todo en el mundo adquiere una dimensión global y todos en la pequeña aldea que ya es el mundo nos podemos enterar de todo lo que hacen los demás, nos encerramos de hecho en nuestra pequeña concha, cerramos los oídos a todo lo que no nos agrada y convertimos en global la indiferencia hacia todo lo que le ocurre a los demás y de lo que nosotros no queremos enterarnos. En un mundo oceánico y global, creamos islas incomunicadas de los fuegos que irrumpen en las otras islas: yo estoy relativamente bien y a gusto, y me olvido de quienes no están bien. Esta es la indiferencia globalizada ante los demás, sobre la que quiere llamar la atención el Papa Francisco durante la presente Cuaresma.
El objetivo de Francisco no resulta sencillo. El dirige su grito profético -así lo llama- a la Iglesia, a las parroquias y comunidades y a las personas creyentes. No resulta tarea fácil conmover a estos amplios colectivos, porque la tortícolis se ha convertido casi en una segunda naturaleza, porque estamos demasiado acostumbrados a no querer mirar a lo que nos resulta desagradable. Hay demasiada gente que cambia de canal o se levanta del sillón, cuando el telediario está dando noticias que le fastidian. Interesarse por las cosas malas que le ocurren a los demás supone una actitud muy generosa, tan altruista como la que tuvo hace meses el propio Papa Francisco cuando se desplazó hasta la isla italiana de Lampedusa para intentar preocuparnos a todos por el fenómeno sangrante de la emigración, de los diarios muertos inmigrantes que inundan cada día el cementerio en que ya se ha convertido el Mediterráneo, usando otra expresión también de Francisco, esta vez en el Parlamento Europeo.
Francisco quiere utilizar el reactivo, que aún puede ser la Cuaresma para los creyentes, para intentar la formación del corazón, la transformación de lo intereses y la canalización de la afectividad hacia las situaciones dolorosas que tanto se repiten hoy en el mundo. Modestísimamente he pretendido servir de altavoz a la preocupación de Francisco, pero con conciencia de que harían falta muchos tambores atronando los espacios para que estas voces resonaran en nuestros oídos y afectasen a nuestros corazones y a nuestros comportamientos.

lunes, 16 de febrero de 2015

Radio ECCA, 50 años de identificación con el pueblo que sirve educativamente

50 años. No es poco llegar a esta celebración, en un institución claramente carismática. Radio ECCA ha conmemorado solemnemente los 50 años de la emisión de su primera clase, emitida por su antena de Las Palmas de Gran Canaria, el ya lejano15 de febrero de 1965.

La conmemoración ha consistido en dos actos muy diferenciados, uno por la tarde y otro por la mañana. El de la tarde un acto institucional, en el majestuoso Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas, con la participación de autoridades, instituciones, personal actual y el ya jubilado de esta emisora educativa y, sobre todo, alumnado orgulloso de haber participado activamente en la historia de esta peculiar institución educativa. La otra conmemoración, al final de la mañana, la celebración de una misa en la basílica de Teror, presidida por el Obispo de la Diócesis ante la la Patrona de Canarias, la Virgen del Pino.
Es peculiar y es carismática Radio ECCA, porque es una emisora de radio privada -una antena de Onda Media y una pequeña cadena ya de emisoras de Frecuencia Modulada, en todo el archipiélago canario-, pero sin publicidad comercial. Y es, al mismo tiempo, uncentro educativo, porque estas emisoras de radio dedican su mejor tiempo a la docencia, a la emisión de clases, sin admitir publicidad ni siquiera en su horario no docente -días festivos, sobre todo-, en los que su programación convencional compite gallardamente con el resto de las emisoras del archipiélago canario. El milagro de subsistir como emisora de radio sin publicidad, lo consigue Radio ECCA porque su estructura interna y sus contactos externos son los de un centro docente. Un centro docente muy peculiar, porque tiene que hacer posibles y conjugar los tres elementos de su tecnología educativa: 1) la producción e impresión del material impreso, los esquemas, que sirven de soporte a todas sus intervenciones educativas y que tiene que ser hecho llegar a cada uno de sus alumnos antes de la emisión de las clases; 2) el montaje y las instalaciones de unaemisora de radioM 3) el elemento más complicado, la red de profesores presenciales, para la distribución del material impreso y para la semanal atención educativa personal o colectiva de los alumnos, distribuidos por toda la difícil y aislada geografía de la región. Con este peculiar y revoluconario sistema docente, se ha recordado ahora que se han realizado en algunos de sus cursos hasta dos millones y medio de matriculaciones personales, en estos Ciencuenta Años de actividad educativa. La tecnología además no se ha ido anquilisando con los años, pues se ha actualizado y potenciado con las progresivas aportaciones de la informática y del uso "radiofónico" del ordenador.
El acto institucional del Auditorio Alfredo Kraus, además de brillar por las actuaciones musicales de la Coral de Radio ECCA y de la Banda de la ciudad de Las Palmas, ha puesto de manifiesto la peculiar alianza de fuerzas e instituciones presentes, que respaldan a esta emisora educativa: varios Consejeros del Gobierno canario y la Delegada del Gobierno de la nación -de distinto color político-, además de un breve video especial, colmado de alabanzas a la Institución, del Presidente de la Junta de Canarias; alcaldes y representantes de los 21 municipios de la isla de Gran Canaria; representaciones de Cabildos, Cajas y empresas privadas canarias; el Obispo de Canarias, más los representantes de la Compañía de Jesús, la institución que puso en marcha esta institución en 1965, a través del jesuita Francisco Villén, y que mantiene su presencia en la dirección y en el respaldo de su actividad; la representación masiva de los dos centenares de personas que trabajan actualmente en la emisora, mas los ya no escasos que se han jubilado en estos 50 años; y, lo más importante, la presencia numerosa del alumnado actual y pasado, que prácticamente llenaba el amplísimo Auditorio y que ofrecían la mejor prueba de la estrechísima identificación que esta institución ha logrado con la población canaria. Todas estas representaciones estuvieron presentes en el acto, como están además representadas en la Fundación civil que desde 1985 respalda jurídicamente a esta Institución. La continuidad ininterrumpida y pujante de Radio ECCA durante estos 50 Años no se explicaría sin el respaldo tan variado y múltiple que ha impulsado siempre toda su trayectoria. Su futuro se presenta además bastante firme, contando con un respaldo institucional tan fuerte.
En la misa de la mañana ante la Virgen del Pino, el Obispo de la Diócesis, Antonio Cases, destacó acertadamente que, como Jesús había hecho el doble milagro de curar a un apestado leproso e insertarlo luego en la sociedad, según recordaba el evangelio del día, Radio ECCA había conseguido también sanar de la incultura más de dos millones de personas en sus 50 años de actuación y conseguir así la mejor inserción en la sociedad de sus beneficiados, pues la mejora cultural de una persona es la mejor forma de su liberación e integración social.
Este 50 Aniversario, Radio ECCA lo conmemoró primero en Sevilla, recordando su dilatada aunque no tan numerosa actuación en algunas provincias peninsulares (pude estar allí presente y recordarlo también en este blog); luego en la isla de Tenerife, convocando al alumnado y a las instituciones de la otra provincia canaria; y finalmente en Las Palmas de Gran Canaria, coincidiendo con la jornada de la primera clase de la Emisora, el 15 de febrero de 1965. Una conmemoración significativa del pasado y llena de esperanzas para el futuro.

domingo, 8 de febrero de 2015

Ética de la profesión periodística

         El beneficio nos hace libres”, Bieito Rubido Ramonde, director ...   Hablar de la ética de la profesión periodística no resulta nada fácil en el momento actual. Siempre ha sido difícil acercarse con frialdad al cuarto poder, por el entrecruce de intereses que en él inevitablemente se debaten, pero ahora la reflexión sobre lo que hace y lo que debe hacer la prensa reviste más dificultad, porque la revolución informática ha transformado del todo a los medios y porque la proliferación de canales informativos y el sobreañadido actual de la crisis económica tiene planteado un interrogante muy serio sobre su próximo futuro. En este contexto, hablar de la ética de la profesión puede resultar valiente y hasta arriesgado.

          Es de agradecer, por ello, que el Foro de la Nueva Comunicación -una iniciativa de la empresa de comunicación Vodafone- haya organizado estos días una conferencia del que es actualmente decimoctavo director del periódico centenario ABC, Bietio Rubido. Con el lujo de su presentación en los salones del Hotel Ritz, el acto ha cosechado el éxito de reunir a cuatrocientas personalidades de "las más altas instituciones del Estado y de la sociedad civil, por personalidades de la vida política, económica, académica y cultural", según informa el propio ABC, dominando obviamente las procedentes de la línea ideológica de este periódico. 

         Provocar alerta sobre la información espectáculo, ha sido una justificada alarma del conferenciante, realizada además desde  un pretendido periodismo de siempre. Deslumbrar, pretender conseguir seguidores, sobre la débil base de  hechos sin probar o falsos, podrá ser incluso injustamente premiado, pero no es el periodismo serio al que están llamados los grandes periódicos. El periodismo bueno no tiene premio, y el malo no se castiga, denunció el conferenciante. 

          Desde su ya no corta experiencia, Bieitio precisó cuatro crisis en la profesión periodística actual: 1) la económica, aunque su urgencia no excusa al periodismo del mandato moral de ser rentables porque la independencia económica nos hace libres; 2) la derivada del tamaño del sector, puesto que sobran la mitad de los diarios, radios y televisiones aunque no lo queramos asumir; 3) la del modelo del propio medio, pendiente de definir en muchas ocasiones; 4) la crisis emocional, porque tenemos un problema serio de valores y autoestima, a la vez que constató el exceso de vanidad de ciertos periodistas, cuyo personalismo condena sus proyectos al fracaso". Esta enumeración de las cuatro crisis resulta luminosa y oportuna. 

         No asistí a la conferencia, pero en la información que he visto sobre ella echo en falta una crítica del constante parcialismo de los medios. Es frecuente encontrar titulares contradictorios sobre el mismo hecho. Sobre una determinado tema -un hecho sobresaliente, un personaje que se convierte en noticia-, ya sabe uno lo que va a decir cada medio antes incluso de conocer lo que de hecho saca a la luz pública sobre el asunto en cuestión. En las secciones en las que se destaca lo positivo y lo negativo, en informes o en fotografías, nunca para un medio es bueno lo que se aleja de su propia línea, ni es malo lo que proviene de personajes o partidos afines. La objetividad se vuelve un sueño inasequible. 

          Es bueno y hasta es recomendable que cada medio tenga su propia linea ideológica, y que sea coherente con ella a la hora de presentar o enjuiciar la realidad. Pero la existencia de una ideología y la coherencia con ella no debe permitir desconocer o desfigurar lo que sucede, presentarlo de forma sesgada y hasta enganchosa, afirmar lo que se sabe que no es verdad o presentar como hecho verdadero lo que es sólo deseo o fruto de maledicencia. La normalmente afirmada distinción entre información y opinión, entre noticia y comentario, no es práctica habitual ni siquiera en los que la prensa sajona llama medios serios. En casi todos los temas -¿incluso en los deportes?-, en España resulta muy difícil encontrar un medio que defienda la verdad, con independencia de los partidos.

         Entrar en el campo de la ética de la profesión periodística, aventurarse en el fuego cruzado de las opiniones tan encontradas, resulta hasta peligroso. Las opiniones vertidas pueden caer sobre el propio tejado. Por esto es de agradecer, aunque resulte siempre muy incompleto, la intromisión en este tema, el sacar esta discusión a la palestra. 

          

         

domingo, 1 de febrero de 2015

Adela Cortina, un referente

         Adela Cortina  Nunca he conocido personalmente a Adela Cortina, pero su figura y sus opiniones siempre me han interesado. Esta semana he leído una extensa entrevista que le han hecho en EL PAÍS (29 enero 2015), y me han llamado tanto la atención algunas de sus opiniones que me merecen un sencillo comentario. 

          Por lo pronto destaco que este periódico le haga una entrevista de dos páginas incluida en una serie sobre figuras claves de la cultura, pues sus preocupaciones -interés por la idea de Dios, en su tesis doctoral- y sus propias opiniones intuyo que no son siempre coincidentes con la tónica de este periódico. Este hecho aporta un valor adicional importante a su forma de pensar.

          Destaco y comento sin más algunas de sus opiniones:

       - Coherencia humilde. Le sugiere el periodista (Javier Rodríguez Marcos, para mí desconocido) que la entrevista resultará muy fácil, porque una persona dedicada a la ética no debe mentir. Contesta Adela que, por su profesión de catedrática de ética, las gentes suelen opinar que somos intachables. Separa su  trabajo académico -su docencia- de su vida individual, y sobre este campo estrictamente personal afirma que intento ser consecuente, pero no hay nadie incorruptible. La modestia, un primer valor de su persona.

          - Relativismo histórico. Es también modesta cuando interpreta las variaciones históricas de las ideas. No usa el término "relativismo", pero dice que hay que juzgar las épocas por su contexto, y logra entender de esta forma el hecho de que la esclavitud fuese aceptada en épocas históricas pasadas. Apunta además algo muy útil en el momento actual: cuando la prensa se irrita ante un hecho -la pedofilia o la corrupción, aunque éstos son ejemplos no concretados por ella-, aplica una clave de interpretación: cuando aparece en los periódicos una noticia sobre estos temas es porque ya no los toleramos. 

       - Los insatisfechos. Cuando la insatisfacción o el descontento se ha convertido casi en una moda, ofrece al respecto una valoración clarificadora: El progreso moral viene de la insatisfacción ante el funcionamiento del mundo. Pero encadenado con lo anterior añade algo que aporta una semilla de humildad al posible radicalismo o impaciencia de los descontentos: La gente dice que ahora hay una crisis ética porque ha existido este progreso.

        - Ética de los negocios.  Adela Cortina dirige la Fundación Etnor, que pretende aportar valores éticos a los negocios y las organizaciones. Entiende que debe haber un espacio para la ética incluso en el caso de los negocios, que están sometidos a la obligación implacable del beneficio, porque ninguna actividad humana puede quedar más allá del bien y del mal. Pero deja claro que los problemas se presentan cuando el beneficio, que legítimamente puede ser el motor de la actividad empresarial, se convierte en meta, desplazando como meta a las legítimas expectativas, que siempre hay que atender, de todos los afectados: no sólo los accionistas, sino también los trabajadores, los clientes, el medio ambiente...

          - Auditoria ética. En plena coherencia con lo anterior, la Fundación Etnor que ella dirige ha realizado una auditoría ética de una gran empresa (Mercadona, pero, al ser preguntada expresamente por esta empresa, dice: no hagamos propaganda), y aporta la siguiente concreta justificación a este hecho: La responsabilidad social debería ser un instrumento de gestión, una medida de prudencia y una exigencia de justicia. Después de esta afirmación solemne, añade con humor: Esta frase me salió una vez de corrido, y ha tenido la mar de éxito.  

       - No a la partidización. Extraordinario sentido común tiene que, al constatar que no son frecuentemente escuchadas muchas propuestas que buscan la justicia social en una sociedad civil en ebullición, considera que la causa está en que tendemos a dividirlo todo de antemano entre carcas y progres, y eso hace imposible el diálogo. No habla de derechas e izquierdas, pero el sentido es idéntico. Es lo que llama la partidización de la vida pública, la descalificación radical de la opinión diversa con la excusa política: Eso lo dice el PP o lo mismo dice el PSOE. Antes estas descalificaciones tan en boga, la respuesta de Adela Cortina es tajante: No, perdona, esto lo digo yo. Que nos nos partidicen. Mayor sentido común, imposible. 

         La previamente indiscutible talla moral de Adela Cortina, queda reafirmada en esta entrevista. Dos obras suyas han merecido importantes distinciones: Ética de la Razón, Premio Internacional de Ensayo Jovellanos, en 2007; ¿Para qué sirve realmente la ética?, Premio Nacional de Ensayo, en 2014. Toda su extensa biografía merece la atención, pero estas dos obras constituyen dos invitaciones apremiantes a la lectura.