jueves, 26 de diciembre de 2013

HA MUERTO EL P. JORGE LORING

         El P. Jorge Loring estimo que era el jesuita español más conocido fuera de la Compañía de Jesús. Y digo "español", porque ahora la competencia del también jesuita Papa Francisco resulta insuperable... Una palabra sobre él, cuando está aún de cuerpo presente en Málaga.
          A Málaga, la ciudad de toda su familia, sólo ha venido a morir: llegó el 20 de Diciembre, y ha muerto el día de Navidad. Los años activos de sus 94 años de vida han discurrido casi todos en Cádiz, que ahora ha decretado tres días de luto oficial por su muerte. Allí le conocían hasta las piedras.
          El ser tan conocido en el exterior de la Compañía de Jesús se lo debe el P. Loring a su tenaz y dilatada actividad, en todos los medios, en el campo de la apologética. Se podría decir que era un apologeta moderno, si es que estas dos palabras se pueden vincular pacíficamente.
         Era moderno porque, a pesar de sus 94 años, trabajaba fundamentalmente a través del internet, contando con un asesor personal para la solución de todas las interminables dudas técnicas en el uso del ordenador que apuntaba meticulosamente para que se las pudiese resolver y con una afluencia diaria de más de cien correos electrónicos provenientes de todos los países del mundo, de las más variopintas temáticas religiosas y para-religiosas, que respondía una a una con la claridad y rotundidad que siempre le caracterizaban.
        Pero era sobre todo apologeta, porque concebía su actividad apostólica como una defensa constante de la verdad para él patente e irrefutable del Evangelio y de la Iglesia católica. La obra de toda su vida, la que recogió sus mejores esfuerzos, es el libro Para Salvarte, que empezó siendo un folleto en sus lejanos años de estudiante de teología y que, tras 58 ediciones y más de millón y medio de ejemplares vendidos, pasó a convertirse en lo que indicaba el subtítulo actual, una auténtica enciclopedia de la vida cristiana, un personal catecismo de todos los temas relacionados con la fe cristiana. En el Para Salvarte, como en toda su obra, resaltaba su fe inquebrantable en la Verdad, sin miedos para enfrentarla con todas las corrientes de la ciencia o de la vida moderna y con rotundidad pétrea a la hora de exponerla y defenderla.
          Su tema preferido en el campo de la apologética era el de la autenticidad de la Sábana Santa, en el que se hizo un gran experto mundial y que expuso en obra escrita y en infinidad de conferencias. De sus interminables consultas en internet sacó además varios volúmenes escritos, respondiendo con valentía a todas las consultas imaginables.
         Su faceta más admirable, con todo, quizás sea la de conferenciante y gran comunicador personal. Empezó dando conferencias a los obreros de las grandes fábricas gaditanas de la construcción de barcos y cuajó como conferenciante acreditado en todos los países de habla hispana -Méjico, Colombia, Venezuela y la Norteamérica hispana, sobre todo- y polemista omnipresente en los debates televisivos sobre temas relacionados con la religión.
         Después de muerto, de una persona queda sobre todo su bondad. Era muy conocido, son decenas de miles las respuestas que saltaban inmediatamente en internet sobre su vida y su obra, contaba con popularidad en determinados sectores de medio mundo, pero al final -más allá de sus respetables y no por todas participadas ideas concretas- queda su acogida a todo el mundo, su entusiasmo por sus verdades sin enfrentamientos personales por defenderlas con pasión, su bondad por encima de todo, fruto sin duda de su cercanía al buen Dios que ya lo habrá acogido junto a Él definitivamente. 

lunes, 23 de diciembre de 2013

LA NAVIDAD, UNA LUCHA

          En lo religioso, la Navidad trae paz y felicidad. Pero desde el punto de vista sociológico, la Navidad encubre una enconada lucha. Explicaré por qué.
          La Navidad produce un enfrentamiento de dos mentalidades, de dos formas de entenderlas y de vivirlas. Por una parte, el Feliz NAVIDAD, el montaje del Nacimiento, el tapiz del Niño Jesús a la puerta de las casas, los motivos religiosos imperantes. A estos rasgos se contraponen el Felices FIESTAS, el árbol con sus lucecitas y sus regalos, las figurillas de Papá Noel trepando a los balcones de las casas, motivos todos abiertamente paganos. Son detalles sin gran importancia, muchas veces imperceptibles para muchos, pero que manifiestan dos mentalidades diversas sobre la Navidad.
          Tal vez donde más claro es el contraste es en la iluminación de las calles. Primero, la discusión sobre si se debe o no acometer este despliegue luminario, este dispendio de energía; discusión casi unánimemente resuelta en la actualidad, no por motivaciones religiosas, sino por la presión de los comerciantes, que demandan y hasta exigen este gasto como plenamente rentable. Además, sobre todo, por el motivo usado en las iluminaciones: antes figuritas de ángeles, de estrellas, de alusiones diversas a los temas del portal de Belén; mientras que ahora casi todos estos motivos han sido sustituidos por figuras geométricas de todo tipo, de carácter neutro y sin ninguna alusión a lo religioso o a lo que haga recordar la historia originaria de  Belén.
          En el fondo de todo esto está la concepción y la vivencia de la Navidad como un hecho religioso, directamente enfrentadas ambas visiones con un acercamiento a la Navidad como una fiesta sin cualificación histórica o religiosa, época sólo vacacional, con una clara consideración comercial y económica, todo lo más dimensionada también por la corriente de lo familiar. Sin contar con los que no quieren ni oír hablar de la Navidad, porque por diversos motivos estas celebraciones les entristecen y no quieren participar en ellas.
          Desde el punto de vista ideológico, subyace también la problemática de si lo religioso tiene que hacerse presente en la vida pública, debe inundar también la calle; o, por en contrario, debe refugiarse sólo en lo interior, sin extensionarse a los campos comunes de las personas que no son religiosas o que se oponen incluso a la vivencia de lo religioso.
          Decía que la Navidad es una lucha porque los que reivindican ardientemente el derecho de lo religioso a expresarse públicamente, sufren mucho que se lo silencie y se lo sustituya por lo pagano y neutro. Tal vez no tenga mucho sentido obligar o imponer el participar en las expresiones religiosas a los que ni tienen ni quieren tener vivencia religiosa alguna. Pero sí cabe demandar siempre el respeto a los que estiman que lo religioso -la alusión al nacimiento de Jesús- es lo que le da el sentido más profundo a estas fiestas y el derecho de los que así piensan para inundar sus fiestas navideñas de este original sentido religioso.
          En unas fiestas que son de paz hay que evitar por supuesto las guerras ideológicas, pero siempre con respeto máximo a todos los pareceres.  
         
 
 

jueves, 12 de diciembre de 2013

ABUSOS CONTRA MANDELA

               Sorprende el aluvión de personas que se ha subido al carro de Mandela para defender sus propias opiniones. Resulta, no sabe uno si inmoral o cómico, observar las posturas e ideas que se han querido colgar del personaje de Mandela.
          Esta impresión me la despertó el conocer que un dirigente de Sortu decía que, como Mandela después de sus 27 años de cárcel, Otegui podría llegar a ocupar un día el puesto de lendakari del País Vasco. Después he visto algún escrito diciendo que el mismo Otegui se había parangonado alguna vez con la historia y trayectoria de Mandela. Desde luego, la historia puede dar muchas vueltas, pero el paralelismo mimético entre ambos personajes resulta por ahora, al menos, abusivo.
           Después he oído un día, al vuelo en alguna radio, que no sé quién había dicho que vergüenza le debería dar a Rajoy ir a Sudáfrica a derramar lágrimas de cocodrilo por Mandela, cuando él no permite que se juzguen en España los delitos cometidos por Franco. ¡Difícil resultaría pensar una mezcla tan abusiva del rábano con las hojas!
          Pero también en sentido contrario se adoptan posturas abusivas. He oído convencidas alabanzas de una Tercera de ABC, en la que se defendía que todo el enorme dinamismo de Mandela provenía, no de una ideología, sino de su sentido religioso. No conozco suficientemente la vida y los comportamientos de Mandela, pero probablemente este parecer resulta también un tanto abusivo. No conviene reivindicar de esta forma el sentido religioso, cuando habrá mucha gente que no piensa sobre el tema de la misma manera.
         Mucha razón, en cambio, estimo que ha tenido una afirmación de Obama en su discurso necrológico, aludiendo a que mucha gente defiende ahora a Mandela sin participar de su aceptación de las ideas contraria; o su sentido de la libertad, como he visto en otra referencia. Nadie debería alabar sobre lo que uno mismo no participa.
          Ciertamente, si todas las alabanzas que estos días se han hecho de Mandela se pudieran contrastar con la coherencia existente en la vida y el pensamiento de los que las han formulado, pocas tal vez obtendrían este hipotético e imposible control de calidad. La misma asistencia triunfal a los funerales de personas de trayectorias tan totalmente antitéticas, ya denota que muchos personajes actuales se han querido posesionar del pensamiento y del talante personal de la figura humana del fallecido. Prefiero pensar que algunos de estos personajes actuales han abusado de la figura histórica de Mandela a deducir que la propia identidad de Mandela es abiertamente contradictoria.
          El personaje fallecido no merece los abusos que se han hecho de su recuerdo. Lo que se pueda decir del difunto Mandela debe formularse con inmenso respeto a su trayectoria histórica y sin pretender arrimar a los propios molinos los cauces de su personalidad rica y compleja. Modestísimamente, me atrevo a solicitar  un poco de más respeto para con el difunto Mandela.
         

domingo, 8 de diciembre de 2013

HACER LOS ÚLTIMOS VOTOS

           Qué es "hacer los últimos votos" es tan difícil de explicar como qué es "cumplir 100 años", lo que hice la semana pasada en este blog. Ayer asistí a los últimos votos de David, y ahora quiero decir algo sobre ello.
         David Fagundo es el jesuita más joven residente en Málaga, sin que sea por ello un imberbe pues ha sobrepasado ya los cuarenta años. Su actividad está ahora centrada en la pastoral de los Colegios regentados por la Compañía de Jesús en Málaga: San José, San Estanislao y SAFA-ICET.
            Lo primero que resulta difícil de explicar es que David haga AHORA los últimos votos, con más de 40 años, contando ya con 14 años de vida jesuítica y con 5 años ya superados también como sacerdote. ¿Por qué ahora, tan tarde? La formación jesuítica es tradicionalmente larga, y éste es un ejemplo patente de ello, pues antes de ser jesuita ya había terminado la Licenciatura en Derecho y había desarrollado una vida también dilatada en su Canarias natal. San Ignacio de Loyola quiso que los jesuitas, antes que muchos y rápidamente formados, fuesen buenos y estuviesen bien formados. Actualmente, cuando las vocaciones en Espala y en Europa son muchas menos que hace 40 ó 50 años (no así, en los países de África o Asia), no se ha dulcificado esta medida. Esto explica que una celebración como ésta sea tan tardía.
          Lo que tampoco resulta fácil de explicar es qué son y qué significado tienen los "últimos votos". No es tan fácil de explicar cuando se sabe que los jesuitas, al finalizar sus dos primeros años en la Compañía, al terminar el Noviciado, hacen ya unos votos perpetuos, prometiendo de por vida la práctica de la pobreza, la castidad y la obediencia. ¿Qué sentido tiene repetir lo entonces ya prometido a perpetuidad? Hay un detalle muy jesuítico: al hacer sus primeros votos, el nuevo jesuita promete "entrar en la Compañía de Jesús", pero la Orden no lo acepta formal y jurídicamente, pues retrasa su decisión hasta contar con los resultados de sus estudios y sus primeras  tareas apostólicas: esto explica que si la vocación se frustra, por iniciativa del sujeto o de la institución, la Compañía le pueda levantar sus votos y despedirlo sin necesidad de ningún tipo de autorización superior.  En cambio, en los últimos votos y tras los preceptivos informes previos, la Compañía recibe y configura ya oficialmente al aspirante como jesuita, hasta el punto de que si lo tiene que despedir con posterioridad tiene ya que recabar autorización de la Santa Sede.
          Tal vez por su trascendencia jurídica, fue tan emotiva y entrañable la realización de los últimos votos de ayer. La Iglesia del Sagrado Corazón estuvo repleta de público, con representación de todos los estamentos directamente relacionados con David: familiares canarios, jesuitas de todas las edades (muchos jóvenes, procedentes de otros lugares), representantes de todas las actividades apostólicas en las que está metido el votante, amigos y conocidos... El conjunto tan numeroso era clara muestra de las relaciones amplias e intensas establecidas por David, en los dos cortos años que lleva trabajando en Málaga. Más allá del rito, en la misa en la que se pronunciaron los votos (los recibió el Provincial jesuita, con la forma consagrada en las manos, después de comulgar él y antes de hacerlo el votante), hubo emoción y hubo calor. El silencio fue total, intenso, expectante, durante la formulación de los votos. El aplauso largo que cerró las palabras finales de agradecimiento dichas por David fue expresión de lo mucho que los asistentes habían sentido y experimentado durante la ceremonia. ¡Enhorabuena al votante y enhorabuena a la Compañía de Jesús!

         

lunes, 2 de diciembre de 2013

Cumplir 100 años

         Ayer asistí a un almuerzo para celebrar el cumplimiento de100 años de una persona.
         Una celebración de este tipo no es nada corriente. No es frecuente llegar a los 100 años, y menos con la inteligencia suficientemente  abierta para conocer a los demás y con la capacidad manual necesaria para comer por sí solo.
         Nos reunimos unas cien personas, casi todos parientes de una muy amplia saga familiar. Algunos entre los asistentes no se conocían entre sí, sólo interrelacionados por la común vinculación con el homenajeado.
         El hecho es suficientemente público como para poder decir el nombre del homenajeado, Aurelio Baca, miembro de una larga dinastía de personas con el mismo apellido, miembros además de un extenso colectivo de dentistas. Tanto el homenajeado, como su padre, su hermano y algún miembro más joven de la saga, han sido Presidentes del Colegio de Odontólogos de Málaga, existiendo además otra rama de miembros de la familia también dentistas en la ciudad de Granada.
          La participación en un acto tan entrañable conmueve sinceramente, en lo personal. Pero plantea también una serie de inevitables interrogantes, de carácter más general. ¿Merece la pena vivir tanto tiempo? En este caso, en la invitación se hacía constar:  1/12/1913  -  1/12/2013. La primera fecha da vértigo, ¡es anterior al comienzo de la primera Guerra Mundial! Parece imposible mantener memoria histórica personal de tantos años. Y la pregunta sobre si merece o no vivir una serie tan prolongada de años, surge espontánea en la conversación de los comensales.
         A uno le oí comentar, viendo al homenajeado comer por sí solo y saludar a unos y a otros:
         - Llegando en estas condiciones, ¡desde luego, yo lo firmo ahora mismo!
          Es el deseo insaciable de vivir, de prolongar hasta máximo la estancia en este mundo, de diferir lo más posible el momento final.
         Pero a otro comensal, le oí el comentario contrario:
         - ¡Yo no quisiera vivir tanto tiempo! ¡Qué pesadez!
         El fenómeno de la vida aparece en toda su integridad, ante una manifestación de vida tan dilatada. Es algo que agradecer, algo para disfrutar, un don de Dios para los creyentes. Pero es también un bien que se desgasta, un objeto que se deteriora, algo de lo que uno puede llegar a cansarse. La discusión teórica puede resultar interminable, con pareceres para todos los gustos.
          Pero, cuando el milagro se produce, no cabe más que la admiración. "Ante el hecho, sobran los argumentos", afirma el antiguo adagio latino. Al convivir con una hombres que ha llegado a cumplir 100 años, la alegría se desborda y el sentimiento más imperioso es la felicitación al que ha llegado a disfrutar de este privilegio. ¡Enhorabuena al homenajeado!.