domingo, 21 de febrero de 2016

Ha muerto Fernando Cardenal


         
Fernando Cardenal es un personaje que ha trascendido sobradamente las fronteras de Nicaragua, de la que fue Ministro de Educación durante su periodo revolucionario, y también de la Compañía de Jesús, a la que perteneció desde siempre, de la que tuvo que salir un tiempo porque no quiso abandonar su colaboración con el gobierno revolucionario y a la que volvió en cuanto se deshizo la revolución, porque en su interior nunca la había abandonado.

        Ha muerto ahora Fernando Cardenal, el sábado 20 de Febrero. Después de su reingreso en la Compañía de Jesús, Fernando Cardenal  había ininterrumpidamente ocupado el cargo de Director de la gran obra educativa Fe y Alegría, en Nicaragua. Me voy a permitir trasmitir sin más la emocionada comunicación que ha dirigido en España Daniel Villanueva, Director de Entreculturas, la ONG impulsada por la Compañía de Jesús, miembro y representante en España de la obra educativa Fe y Alegría. Lo hago así porque porque esta comunicación describe bien la trascendencia de la figura de Fernando Cardenal, el heroísmo que protagonizó algún momento de su vida y el alcance que tiene ahora su muerte. La Comunicación de Dani Villanueva es la siguiente: 


          Tras días recibiendo información sobre su estado de salud, hace dos horas (escribe el sábado 20, a las 7 de la tarde españolas) nos notificaban que esta madrugada, a las 5.00 a.m. de Managua, fallecía nuestro querido Fernando Cardenal. Sabed que acabo de escribir a Fe y Alegría Nicaragua y a todos los directores de la Federación dándoles el pésame en nombre de todo nuestro equipo.

         Fernando es alguien bien cercano a nuestra historia y a nuestra gente. Conocido por su compromiso con los más vulnerables, se embarcó en en la lucha por la educación en Nicaragua llegando a liderar campañas de alfabetización nacionales y ser Ministro de Educación. Algo después, en 1999, Fernando comenzó su trabajo como director de Fe y Alegría Nicaragua hasta la actualidad. Su vida es un ejemplo precioso de cómo es posible el compromiso y la transformación social a base de presencia, entrega, coherencia y una fuerte intuición - muy nuestra - de que la educación y la juventud eran las llaves para cambiar la historia. 

          Cuenta en sus memorias que hace 45 años, al terminar su experiencia de formación como jesuita en Colombia, en uno de los barrios más marginales de Bogotá, se despidió diciendo: "Me voy, pero les dejo un juramento: Ante Dios prometo que dondequiera que esté en el futuro voy a trabajar por la justicia, por la construcción de una sociedad nueva, por la liberación de los pobres de América Latina, de todos los marginados y excluidos del continente. Esto lo haré en cualquier país donde me toque vivir, en cualquier tarea que me ordenen trabajar mis superiores.” Creo que este compromiso describe preciosamente lo que ha sido la vida de Fernando, y él mismo nos decía que cumplía con este juramento a través de su trabajo en Fe y Alegría.

          Gracias por tu vida, Fernando, por ser profeta, testigo, compañero y amigo. Tu ejemplo, liderazgo y empuje han sido motor de coherencia y entrega para Fe y Alegría durante años. Hoy, desde Entreculturas - Fe y Alegría España, nos unimos a la acción de gracias por tu excepcional vida, que continúa vibrando y transformando en la misión que compartimos. Unidos en el Señor de la Vida, descansa en Paz. 

         Esta semblanza retrata adecuadamente su personalidad. Recuerdo bien una comida con él en el Parador de Tejeda, en la isla de Gran Canaria, hace ya muchos años. El trato con él, como con las personas de gran personalidad, no se olvida con el paso del tiempo. Su convencimiento de que en la educación popular estaba su modo personal de seguimiento de Jesucristo era muy firme y le ha durado hasta su muerte. Su ejemplo nos durará a todos para siempre


domingo, 14 de febrero de 2016

¿Se entera la gente de lo que está pasando?

         
       
          ¿Se entera la gente de lo que está pasando? Intriga la pregunta sobre lo que la gente capta de la situación actual, en todos los campos. El momento político es muy crítico, pero ¿hasta qué punto capta la gente los detalles de la situación actual y se preocupa por ella? La percepción de la gente de la situación política, social, económica o incluso religiosa, no está claro que sea detallada y completa.

          La situación política actual en España plantea con fuerza, desde luego, este interrogante. Ha habido unas elecciones que no han dejado nada claro. Los intentos por formar gobierno no han conducido a nada hasta ahora. La posibilidad de unas nuevas elecciones tampoco clarifica demasiado el futuro. La situación está estancada y bloqueada, sin que nadie tenga luz potente y definitoria sobre lo que va a ocurrir en un inmediato futuro. Hay fundamento para una preocupación razonable sobre el tema, pero los síntomas de esta preocupación no aparecen tan claros en la sociedad. La gente sigue llenando los estadios de fútbol, las terrazas de los bares se ven ocupadas cada noche, los viajes se multiplican en los días festivos. La cuestión que todo esto plantea es si la gente se entera de verdad de lo que está ocurriendo, de si se preocupa por conocer los detalles o de si pasa sobre todo esto como gato sobre brasas.

          Las cifras sobre el consumo de los medios de comunicación son muy repetidas. En los países más desarrollados llega a consumir un periódico diario casi la mitad de la población, 430 por mil en Finlandia, Pero en las naciones más pobres el número de periódicos por mil habitantes no llega a a 25, en los países africanos  son 20 por mil.  El consumo del papel prensa también se diversifica desde 40 kilos por habitante y año en los Estados Ynidos hasta el 0,3 kilos anuales por habitante. Pero las estadísticas no iluminan del todo la situación, pues es muy conocido el dicho de que puede la mitad de la población consumir mucho y la otra mitad no consumir nada, resultando por ello necesitadas de ponderación siempre las estadísticas. La prensa escrita es cada vez menos leída, y la información en la red o en la radio y televisión no siempre centra del todo la atención, y puede ser compatible con una información muy defectuosa. Todo esto sin tener en cuenta la demonización del contrario -la derecha no puede ni oír hablar de Podemos y la izquierda tiene también domonizado a Rajoy y a su Partido-, que rebota la información e impide la distinción de matices  en los que demuestran incluso un cierto interés por los medios de comunicación. 

          El interés por este tema me lo han despertado esta vez dos artículos recientes de la prensa escrita.

          Luis del Val, en una muy bien escrita tercera de ABC, reflexionaba sobre el recurso cómodo a los refranes, cuando el analfabetismo era mucho más fuerte que ahora en nuestro país, y sobre el uso actual de frases que eluden en realidad una respuesta -Ya ves, Es lo que hay, Ya te digo-, que ponen de manifiesto la pragmática comodidad de no plantearse demasiados problemas intelectuales en la existencia diaria. Es lo que en países desarrollados puede estar detrás de la desinformación actual, el no querer meterse en líos, en concentrar la mirada sólo en los problemas y satisfacciones inmediatas sin que se extienda la preocupación a los grandes temas de interés general.

          El otro artículo ha sido una detenida entrevista, en los periódicos de la cadena andaluza Joly, con el conocido periodista Manuel Campo Vidal, informando con detalle sobre la Sociedad Civil por el Debate, una asociación por él creada para intentar preocupar a la sociedad y buscar respuestas comunes para los grandes temas de interés general. A pesar de las cifras optimistas dadas por el veterano periodista sobre la supuesta extensión de su asociación, el intento choca con el interés y la apatía de la población más numerosa por todo lo que queda más allá de sus preocupaciones más inmediatas.

          La valoración negativa sobre la información real obtenida por la población mayoritaria no se extiende sólo a los temas políticos. Los problemas económicos, a pesar de los esfuerzos de la prensa naranja, muy difícilmente son adecuadamente interpretados por el ciudadano medio y, en los temas religiosos, está por hacer un buen estudio sociológico de la retención y comprensión real de los contenidos de las homilías dominicales que tiene la población que acude semanalmente a las iglesias, que ya es una reducida minoría de la población total española.

           ¿Se entera la gente de lo que está pasando? Que cada cual formule su respuesta a este interrogante, reflexionando sobre los datos de lo que observa a su alrededor. Mi visión no es, según lo dicho, muy optimista.

       


domingo, 7 de febrero de 2016

Sociología de los Premios Goya

         
Las intervenciones de los que reciben los Premios Goya, al subir al escenario para recoger la estatuilla, merecen una mirada y un poco de sencillo análisis. Es un comentario al margen, pues se sale del ámbito del mundo del cine, que es el que convoca y centra obviamente la atención en la gala.

         Las intervenciones son de lo más variopintas, pocas bien dichas e impecables pero las más torpes y atropelladas. No se puede fiar uno mucho de que sean improvisadas, pues algunos aluden a la enorme sorpresa que les ha causado el premio y luego sacan del bolsillo un papel con las notas tomadas precisamente par esta discursito improvisado. Con razón, el hábil presentador de este año ironizó sobre estas intervenciones, presentándolas como 30 segundos vacíos con el sólo contenido de las gracias.

         Sobrenadan, sin embargo, a estas heterogéneas intervenciones una serie de valores fundamentales, que son los que merecen un instante de atención. En general, no son valores negativos, pues, con independencia de alguna simple patochada, apuntan repetidamente a comportamientos y actitudes que merecen alabanza. Lo más reincidente y destacable es el recurso al agradecimiento, y esto resulta muy positivo, pues el premiado suele dejar muy claro que igual o más que él merecen el premio sus compañeros en la elaboración de la película. Llama también positivamente la atención la importancia que se da a la familia en estos momentos emotivos, pues es muy repetida la alusión al padre y a la madre, a los consortes estables o de hecho, a los distintos miembros del entorno familiar; en este sentido, esta año ha sido muy notable el protagonismo conseguido por la abuela de un director premiado. De la tarea específica de hacer películas. se destacan aspectos y valores relativos al sacrificio, la dificultad, la constancia, la habilidad, todo lo que contribuyen para que esta tarea de autentico equipo salga adelante.  Los valores referidos en estas improvisadas intervenciones no suelen ser negativos, lo cual resulta más destacable en el ambiente de glamour, trajes de gala y encendidas candilejas que rodean a este espectáculo.

          Llama la atención una ausencia, en las referencias realizadas. La alusión al mundo religioso no existe. No se dan incidencias ni tangencias con el universo religioso. Este año, el premiado con un corto o documental habló encendidamente de Cáritas, una entidad dependiente de la Iglesia católica aunque más directamente relacionada con el aspecto social de la institución eclesial. Desconozco si en la prototípica distribución de los Oscar introducirá el dinamismo norteamericano    -en el que a lo religioso se alude con menos complejos que en España- algún elemento relacionado con Dios o con el mundo religioso, pero en la gala española todo este universo brilló por la más rotunda ausencia. Sólo una destacada actriz dijo gracias a Dios al ser entrevistada, pero esta alusión tiene una connotación más meramente sociológica que directamente religiosa. Esta ausencia se nota más porque en el mundo del cine lo religioso no ha estado tradicionalmente ausente, hasta el punto de que lleva muchos años convocándose en Valladolid el Festival del Cine Religioso y de los Valores Humanos.

         El mundo político, en cambio, sí estuvo muy presente. Tres de los cuatro más directamente aspirantes a formar gobierno en estos días estuvieron personalmente presentes en el acto, pudiendo cada cual pensar si por afición al cine, por rebañar pedazos de popularidad o por mera cortesía con una actividad social de relevancia. En el discurso del Presidente de la Academia hubo además muchas alusiones a la política, de cuya actuaciones depende en buena parte la actividad cinematográfica. El tema político tuvo, pues, destacada presencia en la gala, sin las derivaciones de tirantez y enconamiento que en otros años se pudo registrar en este acto.

          Un acto social importante, cuyo desarrollo merece ser analizado, para conocer mejor el momento actual de nuestra sociedad española.