miércoles, 26 de diciembre de 2012

UNA FALTA DE EDUCACIÓN

               Recuerdo la anécdota de una señora, más rica que bien educada, que, con ocasión de una cacería ofrecida por su marido en una finca andaluza, tuvo el honor de invitar a una comida al Rey y a otros asistentes a la cacería. No habiendo muchos temas de conversación, el Rey quiso ser amable con la señora e hizo una alabanza de la bajilla en la se estaba sirviendo la comida. Saltó entonces la señora, muy decidida:
              - Pues tengo una bajilla todavía mucho mejor.
              Intervención a la que el Rey, muy finitamente, le comentó:
              - Guárdela, guárdela, señora, para mejor ocasión.
              Me ha venido a la memoria esta anécdota al escuchar al Presidente de la Generalitat Catalana que, por estar muy ocupado, no había podido escuchar en la Nochebuena el discurso del Rey. La falta de educación es semejante a la de la señora del cortijo. Habría que hacer también una advertencia algo jocosa:
              - Emplee bien su tiempo, Señor Presidente: no lo pierda escuchando al Rey.
              Aunque una eventualidad inmediata no le hubiese permitido al Señor Mas escuchar en directo el discurso del Rey, habría resultado de mucho mejor estilo habérselo callado y no cometer la falta de educación de declarar públicamente que había anticipado otras ocupaciones a oír el discurso del Rey.
              Lo peor es que, en este caso, la falta de educación se ha incrementado al establecer un diálogo con el contenido del discurso, dejando mal el sentido en el que el Rey había usado el concepto de nación, vanagloriándose que él “sumaba con Europa” y no en el ámbito anticuado de la nación española.
              No pretendo en este caso hacer un comentario político, ni siquiera realizar una elucubración sobre los nacionalismos y las exigencias de la pertenencia a una nación histórica. Sobre estos temas habría mucho que hablar, aunque siempre con respeto a las opiniones contrarias.
              Lo que quería ahora destacar es sólo la falta de educación cometida por el Señor Presidente de la Generalitat Catalana. Por defender sus propias ideas no resulta legítimo cometer la falta de educación de minusvalorar respecto a otras ocupaciones los nueve minutos necesarios para escuchar el discurso real, con el agravante además de establecer pública discusión con alguno de los contenidos del discurso, dejando en mal lugar lo afirmado por el Rey.
              “Un respetito es muy bonito”, dice la sencilla afirmación popular. No quiero decir que haya que someter las propias conductas a una idolatría del Rey, ni siquiera que haya que estar de acuerdo con todo lo que el Rey afirme. Pero sí me parece que merece más respeto la máxima Autoridad de la sociedad española y que no hay por qué exponer en público que no se ha podido escuchar su discurso o que no se está de acuerdo con algo del dicho en la intervención real. Un poco de más educación favorecería nuestra convivencia.

lunes, 24 de diciembre de 2012

¡FELIZ NAVIDAD!

            Sorprende mucho la curiosa gradación existente en las felicitaciones y en todo el tratamiento dado a los temas navideños.
            Está el punto extremo de aquel Concejal singular existente hace pocos años en el Ayuntamiento de Sevilla que decía que las calles de la ciudad se iluminaban (hay que reconocer que escasamente, en aquel entonces) con el motivo del "solsticio de invierno", pues ni mentar quería la palabra cristiana "Navidad". 
             Casi en la misma línea, me sorprenden cada año los números extraordinarios de los periódicos "EL PAÍS" se singulariza todos los años, en este sentido), que, para comercializar los productos que más se pretenden vender en estos días, guardan un extremado cuidado en que no salgan ni las figuras consabidas de Belén, ni ningún motivo directamente cristiano, sino las bolitas, las estrellas, las guirnaldas y los demás adornos característicos de una navidad laica. ¡Es notable el esfuerzo que hay que realizar para rellenar tal vez hasta cien páginas de temas "navideños" sin reproducir ningún motivo de la Navidad cristiana!
             En las frases usadas para la felicitación de estos días, se da también la formulación aséptica e indefinida de "Felicidades" o "Felices Fiestas", con el prurito también de evitar la palabra Navidad, sin llegar por tanto a usar la frase implícitamente cristiana del "Feliz Navidad".
             Esta misma diferenciación se da tam bién en los motivos utilizados para la iluminación pública de las calles. Por lo pronto, ya existe un dispar tratamiento del tema, pues unos Ayuntamientos como que se avergüenzan de adornar las calles en estos días mientras que otros lo hacen sin ningún tipo de tapujos, descaradamente. Pero casi todos renuncian también al uso de la palabra "Navidad", sustituyéndola por "Fiestas", y abusan en cambio de las estrellas y aun de los renos invernales, por evitar los motivos directamente cristianos.
          El punto álgido de todas estas diferenciaciones probablemente esté en la contraposición entre el Nacimiento, acompañado después con la fiesta de los Reyes, y el Arbol, al que se une -santa Claus vestido de rojo. El Nacimiento, con todo el lujo barroco de los múltiples motivos que rodean el Portal, el que siempre aparecen María, José y el NIÑO, con el aditamiento tradicional (en el presente año, en solfa) de la mula y el buey. En el árbol, en cambio, sólo aparecen pelotitas y velitas enteramente asépticas.
                En lengua inglesa, la gradación tiene aún un punto final muy curioso, diferenciándose entre el "Feliz Navidad" ("Merry Christmas" o "Happy Christmas") y el "Santas Navidades" ("Holy Christmas"), teniendo esta última expresion un descarado sabor religioso y cristiano.
              Esta curiosa y sintomática gradación en el uso de los temas navideños es expresión de la clara tendencia laicizante existente actualmente en la sociedad, consistente en recluir lo religioso y cristiano a los templos o al seno más estricto de la intimidad personal, sin concederle credenciales para comparecer oficialmente en la vida pública. Esto en el mejor de los casos, pues existe también en algunas personas y sectores sociales una directa inquina contra lo religioso, considerándolo como algo pernicioso para la persona y para la sociedad.
          Lo que ocurre es que, en el tema navideño, este contraste se exhacerva, pues sin referencia a la explicitación religiosa la Navidad se queda sin sentido. Con razón he leído estos días en alguna parte que en la actualidad hay mucha gente que participa en las manifestaciones externas de estos días, sin  saber por qué se celebran estas fiestas, sin conocer el motivo de las celebraciones. Una triste pero cierta realidad de las Navidades actuales.

domingo, 16 de diciembre de 2012

VILLANCICOS

          Anoche asistí a un concierto de villancicos. El Coro del Ilustre Colegio de Abogados de Málaga y la Coral San Felipe Neri interpretaron una decena de villancicos cada una, con la apoteosis final de dos villancicos cantados simultáneamente por la masa de las dos corales. La Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, con su perfecta visibilidad y su sonoridad envidiable, sirvió de escenario para el concierto.
          Sorprende, ante todo, la acogida. El recinto totalmente abarrotado, con muchas personas de pie, con un total no inferior al medio millar de oyentes, indica ya el interés que provoca una actuación de este tipo. Es cierto que las actuaciones de corales locales numerosas arrastra siempre la audiencia de los familiares y conocidos de los intervinientes. Pero en el concierto de anoche se advertía un público, además de numeroso, totalmente entregado a las canciones que se estaban interpretando.
           Una interpretación musical de este tipo, con una cuarentena de participantes en cada una de las corales y con mucho público asistente, dignifica ya a una ciudad. Recuerdo que me llamó mucho la atención una vez, en un país extranjero, el que en un pequeño pueblo existiese una gran coral. La voluntad de participar en un coro, con muchas horas de ensayo y sin otra gratificación que la satisfacción personal de cantar conjuntamente con otras personas, pone de manifiesto un refinamiento de gustos e inclinaciones que dicen mucho de las personas que tienen estas aficiones. Ante una manifestación numerosa y cualificada como ésta me sorprende el desinterés de los medios de comunicación social, que prestan atención y espacios a acontecimientos de mucho menos calibre y no se hacen apenas eco de estas manifestaciones culturales. 
          Lo que más merece la atención, con todo, es el género musical de los villancicos, con su dosis de elementos populares y su inclusión también de exquisitez musical. No soy nada experto en musicología y no sé explicar cuáles son los elementos que hacen tan diferente la música de los villancicos, pero resulta evidente que existe algo común en la interpretación de los villancicos que los hace totalmente diferentes y atractivos. La mezcla ofrecida ayer de músicas refinadas de siglos pretéritos -un Anónimo del Cancionero de Upsala del siglo XVI, "Les Bergerettes" del siglo XVIII francés- con melodías populares que aún se siguen cantando -"Peces en el río" o "Noche de paz"-, con la interpretación conjunta final de "Oh luz de Dios" y del "Adeste fideles", constituyen un conjunto que satisface amalgamadamente a todos los gustos.
          Los villancicos, finalmente, transmiten sensibilidad religiosa honda al variopinto conjunto heterogéneo que son las fiestas navideñas actuales. A través de los siglos, y también ahora, el hecho trascendente del Nacimiento del Niño Dios ha inspirado a los compositores musicales. Su inspiración nos sigue comunicando ternura popular, belleza musical y religiosidad profunda. Una hermosa manera de celebrar la Navidad.

viernes, 14 de diciembre de 2012

LLENAR DE SENTIDO LA NAVIDAD

          La Navidad se nos está ya echando encima. Ya están las calles iluminadas, los escaparates se han inundado de motivos navideños, comienzan a llegar las primeras felicitaciones, la cena familiar de la Nochebuena se está ya preparando, las fechas para acordar las comidas y los encuentros se vuelven cada día más difíciles por estar todas ocupadas, los "chismes" de los Nacimientos se desentierran de sus cajones... La Navidad es una noria, que arrastra cansinamente todos los años los mismos cangilones.
         Y con la cercanía de la Navidad, viene la discusión de todos los años. 
         Unos destacan la alegría y el bullicio que trae la Navidad, la felicidad que empapa todos estos días, con una calificación claramente positiva. La familia se reúne. Las personas se vuelven más buenas. Los deseos de felicidad se prodigan en todos los labios. La paz se convierte en un deseo imperioso. Algunos -¡no todos en el presente año!- recibirán la Paga Extra. La Navidad es algo bueno, desencadena bienes para todos.
        Pero hay otros a los que la Navidad les entristece. No quieren ni siquiera hablar del tema, porque les resulta repetitivo, falso y anodino. Las parafernalias externas de la Navidad las toman casi como agresiones, como unos mandatos inexplicables para estar a la fuerza alegres. Los que viven solos, sobre todo y no tiene con quien celebrar nada, viven estos días con particular tristeza. Si además no le ven hondura posible a estos días, todavía se destaca más el sin-sentido de tantas apariencias. 
        La discusión se repite, sin posibilidad de llegar a acuerdo. La experiencia de cada uno determina impresiones muy diferenciadas. Cada cual habla de la feria según le haya ido en ella. El recuerdo de otros años, positivo o negativo, desencadena puntos de vista encontrados y hasta contradictorios.
           Por todo esto importa mucho descubrir el SENTIDO que cada uno le da a la Navidad. Puede ser sólo familiar, de encuentro y exteriorización de los afectos que unen a los miembros de una familia. Pero puede también la Navidad desentrañar todo un hondo sentido religioso, de aparición del  Niño que nace en Belén, de acercamiento y manifestación del Amor de Padre Dios al decidir la encarnación de su Hijo. Sólo este hondo sentido religioso explica más cabalmente la alegría externa de la Navidad, los deseos de paz y de felicidad, las vacaciones y los festejos que estos días se desencadenan.
          Sería una lástima que, por FALTA DE SENTIDO, quedaron huecos de contenido los días que se nos están ya echando encima. La explicación sólo comercial de estas fiestas no es suficiente para llenar de sentido a la Navidad. Antes de que lleguen, conviene dar el máximo de sentido a la Navidad.
           

jueves, 13 de diciembre de 2012

¡INCOMPRENSIBLE EUROPA!

          Me está pasando con Europa lo que no es infrecuente que me ocurra con otros campos de información, que comienzo a no entender las noticias relacionadas con ella. El intrincado mundo de Siria, los levantamientos populares en Egipto, los vaivenes árabes en general... Ocurre con todo esto lo que recuerdo me pasó hace muchos años con las secuelas de la guerra del Vietnam,  que se  complicó  tanto el tema que terminé  desentendiéndome prácticamente de la tragedia. 
          Europa está mucho más cerca, formamos parte de ella, y sorprende más el fenómeno. Pero las noticias provenientes de Europa, sobre todo las económicas, cada vez resultan más difíciles de ser entendidas.
          Ahora, después de no sé cuanto tiempo, han terminado de enviar a España el dinero, los casi 40.000 millones, necesarios para la reconversión de la Banca. Hace ya muchos meses que se divulgó en España la noticia de que "se había logrado" esta decisión sobre la recuperación de la Banca, con una cantidad de dinero mucho mayor. Vino luego la discusión sobre si esto era o no un "rescate". Se hibernó luego el tema durante muchos meses. Se comenzó a hablar después de una cantidad mucho menor. Lo que parecía al comienzo que no incrementaba la deuda española, porque "se había conseguido" la transmisión directa a los Bancos, empezó a verse claramente como una nueva subida de la deuda española. Muchos más dimes y diretes ha habido sobre el mismo tema. Y ahora, después de muchos meses, ya aburridos sobre la materia, ha llegado la noticia del envío final del dinero.
         No digamos nada sobre todo el torrente de "noticias" que se han producido sobre si va a haber o no "rescate" para la economía española: si se parece a la griega o a la portuguesa, si es indispensable para la resurrección de la economía española, si se está retrasando por las elecciones gallegas-vascas y luego por las catalanas, si tiene que hacerse de forma inminente, si es o no buena para el futuro económico de España... Cada día los periódicos hablan algo sobre esto, y en cada ocasión de forma más confusa.
          El resultado de todo este confusionismo es que comienza uno a no entender, a no captar las claves de lo que está pasando, y de ahí al desinterés por el tema y a la desconexión con el mismo no hay más que un paso muy corto. Y esto no es bueno.
          Para colmo sobre la "prima de riesgo", ese fenómeno ignoto cuyos mecanismos de subida son tan temibles como difíciles de entender, viene a decir el fatídico bufón en que se ha convertido Berlusconi que no es más que un invento de la Merkel y que no hay que echarle cuenta... Una "boutade", una estupidez, que resulta simultáneamente cómica y trágica, por lo absurdo y por referirse a un potro que no hay por lo visto quien consiga domar.
          Europa se está convirtiendo en incomprensible. Y llamo la atención, me llamo la atención sobre el tema, porque este hecho no resulta bueno para los que vivimos en Europa. 

            

viernes, 28 de septiembre de 2012

HA MUERTO MI ABOGADO

          Una ausencia prolongada de mi domicilio me ha impedido comentar a su debido tiempo un hecho que, para mí, tiene particular importancia: la muerte de Gregorio Peces-Barba, ocurrida en pleno verano.
          Aparte de sus méritos personales, de su trayectoria personal y política, que ya habrá sido comentada debidamente en los obituarios y en la información general de la prensa de aquellos días,  con los matices que cada medio estoy seguro daría según su propia perspectiva, Gregorio Peces-Barba es para mí el abogado que me sacó -gratuitamente, además- de un grave aprieto. Merece la pena contarlo ahora brevemente, aunque sólo sea en memoria suya. 
          El verano de 1966 lo pasé en Londres, trabajando y estudiando inglés, como un estudiante más de los muchos que ya lo hacían en aquellos lejanos años. Coincidió aquel verano con el 30 aniversario del 18 de Julio franquista, motivo por el que Fraga Iribarne, como Ministro de Información y Turismo de entonces, montó una inmensa campaña en todos los medios por los "XXV Años de Paz". Por esta circunstancia, la prensa europea envió redactores especiales a España -Franco, todavía vivo, provocaba curiosidad- y aparecieron en muchos medios europeos una serie de artículos sobre el presente y el futuro de España. Esto último fue precisamente el título de un reportaje, "El futuro de España según la prensa extrajera", que ya -como periodista en ciernes- publiqué en el ahora desaparecido semanario de la Acción Católica SIGNO, recogiendo recortes literales de lo que entonces se publicó sobre España. Era ya evidente que lo que más interesaba entonces del futuro de España era el post-franquismo, aún muy incierto. 
          Aquella colaboración mía provocó el secuestro administrativo del semanario SIGNO, creo recordar que el segundo realizado tras la reciente nueva Ley de Prensa de Fraga. El revuelo en los medios fue por ello grande, hasta el punto de que yo me enteré del hecho -todavía en Inglaterra- por verlo referido en la primera página del diario inglés "The Times". Volví inmediatamente a España y, en Madrid, el Director entonces de SIGNO, Rafael González, me comunicó que Gregorio Peces-Barba, ya buen abogado y destacado dirigente de la muy afín revista "CUADERNOS PARA EL DIÁLOGO" de Ruiz Jiménez. Tomamos café los tres juntos, en un bar cercano a los Juzgados de Madrid, y este fue mi primer y único contacto directo con el ahora fallecido Gregorio Peces-Barba. El final de aquella historia fue breve y feliz, pues el Juzgado que se encargó del tema desestimó la denuncia del Ministerio de Información, sobreseyó el caso y levantó el secuestro de la revista. Hoy resulta impensable que un secuestro periodístico de este tipo pudiese ocurrir por un artículo tan banal, pero en aquella época el hecho era nada extraordinario y rigurosamente temible.
          Lo cuento en memoria de Gregorio Peces-Barba, hombre importante de aquella época y de la posterior, que entonces actuó como abogado mío y al que aún le debo consideración y reconocimiento.

lunes, 24 de septiembre de 2012

AÑADIDO DE JOSÉ I. GONZÁLEZ FAUS


Después de insertar mi última entrada sobre el tema, he visto la reflexión sobre el el mismo asunto publicada en su "blog" personal  por el conocido teólogo y jesuita José Ignacio González Faus (reproducida también en "Religión Digital"),  que considero de interés darla también a conocer en "Tras mi vidriera".  A continuación, la reproducción literal de J.I: González Faus: 

Izquierdo, derecho, izquierdo…

Las teorías son como grandes manchas de color: ayudan a ver y distinguir aunque luego, en realidad, las cosas tienen muchos más matices. Puede ser útil, por ejemplo, hacer una caracterización completa de lo femenino y lo masculino, aunque luego nunca nos encontraremos ejemplos puros de esa teoría porque todos tenemos pinceladas de ambos sexos. Y esto quizás sirva para otra de las divisiones más clásicas de nuestra vida no personal sino social: lo que solemos llamar derechas e izquierdas.
A grandes rasgos comenzaría diciendo: la gran tentación de la izquierda es la falta de responsabilidad, mientras que a la derecha la pierde su avaricia. Tanto la irresponsabilidad de unos como la codicia de los otros no son reconocidas por ellos.
La derecha justifica su avaricia con la religión, falsificando a ésta por completo: a veces hasta da gracias a Dios por el éxito de sus ambiciones. La izquierda justifica su irresponsabilidad amparándose en el progreso, hasta llegar a pervertirlo: da por sentado que sólo podrá criticarla quien sea un retrógrado.
Y así, mientras una dice creer en Dios, la otra afirma creer en el progreso, y las dos utilizan ese objeto de su fe como opio para apaciguar a sus víctimas. Una vive esperando que sus ideales sociales justifiquen su pereza. La otra espera que su afán de responsabilidad justifique su avaricia.
La izquierda desconoce el pecado original; la derecha lo utiliza en provecho propio. La derecha se cree con derecho a vivir muy bien expoliando a los demás. La izquierda cree que el derecho a vivir bien consiste en que se lo den todo hecho.
Por eso la izquierda quiere un Estado que pague las consecuencias de todas sus imprevisiones (aborto gratuito, cáncer de pulmón, sida…) aun a costa de arruinar al erario público; mientras que la derecha se siente llamada a castigar, ejemplar e inmisericordemente, a todos los que la molestan. Aquella cree que todo vendrá dado mecánicamente con un cambio de estructuras. Esta se ampara en que lo importante es cambiar las personas, para negarse a todo cambio estructural.
Ambas esperan ser justificadas meramente por su militancia (“soy progre y de izquierdas”, o “soy hombre de bien”) pero ninguna de las dos toma esa militancia como una exigencia de cambio de vida. La izquierda espera un mañana que nunca vendrá; la derecha se escuda con esa falsa esperanza de la izquierda para negarse a construir ningún mañana mejor.
La izquierda es en teoría universalista, pero su universalismo se reduce muchas veces a proclamar para los demás lo mismo que busca para sí. La derecha suele ser individualista y agita sonoros gritos patrióticos: pero su patriotismo se reduce a que la patria soy o, a lo más, yo y los míos.
Las izquierdas quieren cambiar el mundo pero creen tener ya la receta para ello y piensan que Marx y Nietzsche ya estudiaron bastante por todos ellos. Las derechas estudian más pero sólo para buscar y justificar el máximo beneficio propio…
Cuando se enfrentan entre sí, la derecha se siente amenazada y suele volverse increíblemente agresiva. Las izquierdas se sienten superiores y suelen volverse despectivas. Ambas son intolerantes una con la otra; pero la derecha suele ser mucho más intolerante. En ambas existen personas particulares, que son modelos de responsabilidad y de solidaridad. Pero, por desgracia, son excepciones que no dan color a su facción.
En una palabra, la izquierda tiende a caer en la ley del mínimo esfuerzo, la derecha obedece a la ley del máximo interés. Si de aquí se deduce una necesidad de superar la antítesis derechas-izquierdas, muchos utilizan esa necesidad para proclamarse “de centro”. Pero, por lo general, el centro suele tener bastantes de los vicios de las otras dos ramas y pocas de sus virtudes. O se queda en esa tibieza a la que el libro del Apocalipsis califica de vomitiva.
En la historia de la primitiva iglesia, las derechas convertidas del fariseísmo estuvieron a punto de matar a san Pablo; y éste se cansó de reprender a los corintios por la irresponsabilidad con que acogían la libertad. En teología, al hablar de Jesucristo, dicen algunos que la derecha se ampara en la divinidad de Cristo para negar o escamotear su humanidad, mientras que la izquierda se aferra a la humanidad de Jesús para negar o alejar su divinidad.
Y allí es donde se muestra de manera espectacular que los centros suelen tener los errores tanto de la derecha como de la izquierda: la reflexión sobre Jesucristo muestra que el verdadero camino tampoco reside en ese centro que no es ni carne ni pescado, sino en la totalidad: Dios y hombre a la vez, Dios en su mismo ser hombre y hombre desde su ser Dios. Responsable y trabajador en la lucha por la justicia y la igualdad; solidario desde la responsabilidad y el esfuerzo.
No iría mal que todo eso nos sirviera de modelo.

viernes, 21 de septiembre de 2012

ESTEREOTIPOS DE IZQUIERDAS Y DE DERECHAS


      Recojo todavía algún hilo suelto de mis dos últimas "entregas" sobre las calificaciones de "izquierdas" o de "derechas" que nuestros comportamientos provocan casi inevitablemente: "nos clasifican", solemos afirmar. Los calores y las ausencias veraniegas han dejado el tema un poco en remojo, y ahora lo contemplo con un poco más de distancia...
           He ido recogiendo algún recorte de prensa y  algunos testimonios sobre el particular de algún amigo.. 
          "La moda, ¿es de izquierdas o de derechas?", titulaba estos días sensacionalísticamente uno de los semanarios dominicales. Apenas profundizaba el artículo en tema, bajo la simpleza de que "la moda es de izquierdas y el shopping de derechas", y sólo se detenía en si los trajes de las primeras damas de la política manifiestan "progresismo o conservadurismo". 
       Sobre la intervención del conocido actor Clint Eastwood en favor del voto al derechista Romney, informaba el cronista de ABC en Washington que "no es ninguna sorpresa la deriva más o menos izquierdistas de muchos talentos de Hollywood", como tampoco lo es "la orientación republicana de otros quizás más escasos, pero no menos grandes nombres del cine norteamericano". Clint Eastwood se define a sí mismo "como un libertario" y, dentro del más puro estilo de la derecha, dice no estar ni con unos ni con los otros, "porque soy demasiado individualista para ser de izquierdas o de derechas", pero, a pesar de esta declaración, pide el voto para el político de la más rigurosa derecha.
           A pocos les gusta aparecer como de derechas, mientras que casi todos los de la izquierda se ufanan de serlo. Un amigo insertó un "comentario" en mi "entrada" anterior y recordaba cómo hace años había roto su carnet de un partido oficialmente de izquierdas, pero cómo mantenía claramente su tendencia hacia esta actitud vital, porque opinaba -de acuerdo con el ya desaparecido Juan María Bandrés- que "la igualdad social no es una cuestión de "caridad" sino de "justicia". Muchos cercanos a la izquierda están del todo convencidos que esta ideología defiende mejor a los desfavorecidos por la sociedad, pero la mayoría de los de la derecha no aceptan de ninguna manera esta afirmación.
         La cuestión está más en la visceralidad que en la razón. Por esto otro amigo me aseguraba que el secreto está en mantenerse entre las opciones de "centro izquierda" o de "centro derecha", porque sólo superando o dominando los extremismos resulta posible atenerse el juicio propio y ejercer cuando proceda la difícil alternancia.
         La visceralidad y la pasión suelen ganar la partida a la capacidad de enjuiciar personalmente y de elegir con libertad sobre los temas en liza. En el campo futbolístico, aún resulta más contundente la victoria de la pasión. Pero en  temas más serios y trascendentes resulta muy necesario, superando los determinismos históricos y psicológicos que en tantas ocasiones condicionan nuestra libertad, mantener la capacidad de enjuiciar con criterios propios y, superando lo pasional y visceral, elegir lo que en cada caso se estima más procedente. Esto no es nada fácil, pero es deseable. Ojalá que así sea. 

jueves, 16 de agosto de 2012

¿INEVITABLE LA ETIQUETA DE "IZQUIERDAS" Y DE "DERECHAS"?

          Vuelvo  al  tema  de  la  "libertad"  y  "autonomía"  en  las  propias  decisiones,   con  la 
-¿inevitable?- consecuencia de que nos clasifiquen de determinadas maneras, como "progresistas" o "tradicionales", como de "izquierdas" o de "derechas".
          En la práctica, más allá de cualquier razonamiento teórico, el que dice que no es, ni quiere ser, de "izquierdas" ni de "derechas, se sitúa en el campo operativo de la derecha, pues el de izquierdas tiene muy claro que no es, ni quiere ser, de derechas. El afirmar esto así fastidia mucho a los de derechas, pero suele resultar evidente para los de izquierdas.
         Soy consciente de que, con las afirmaciones anteriores, caigo además inevitablemente en la discusión de "qué es ser de derechas" y "qué es ser de izquierdas", pues sobre todo los de la derecha no aceptan que les clasifiquen de esta forma y están convencidos de que los otros lo hacen así por partir de preconceptos totalmente arbitrarios e ingenuamente politizados.
          Avanzo estas -¿discutibles?- constataciones por seguir reflexionando sobre el tema, consciente de entrar con ello en terrenos enormemente polémicos.
         Comentando mi "entrada" anterior, un amigo me escribía que "ni somos absolutamente libres, ni neutrales, ni independientes", pues somos calificados de izquierdas o de derechas desde fuera, en contra de nuestra propia voluntad. Pero otro amigo, con largo recorrido político por la izquierda y con arraigada militancia en el PSOE, formulaba un largo comentario en sentido contrario, que no sé si todos asumirán como acertado: "La redacción de la Constitución de 1978 se hizo para que pudieran gobernar España mayorías políticas de uno u otro signo, primando la generación de mayorías y haciendo que se respetasen las minorías. En nuestro país las sanas alternancias en el poder han sido posibles entre otras razones porque muchos ciudadanos modifican su voto en función de una serie de factores que inclinan el voto a las "derechas" o a las "izquierdas". Todos los partidos en España saben que "las elecciones se ganan en el centro". Ahora bien, ¿se es de "derechas" o de "izquierdas" a lo largo de toda la vida? Esa adscripción, ¿nos obliga a votar de una misma manera siempre? ¿No será que votamos de acuerdo con nuestros principios por aquel partido político que lleva en su programa electoral un contenido más de acuerdo con nuestros valores? Digamos que los valores individuales son bastante inmutables y el voto es cambiante.  En "Tras tu vidriera" se plantea si se puede "ser políticamente libre", y modestamente entiendo que sí y, aunque el legislador sabiamente propicie mayorías, esto es, personas que comparten intereses, proyectos y valores parecidos, esas personas no son "etiquetables". Se puede tener un talante en el que predominen rasgos conservadores, y votar al PSOE; o siendo mas bien progresista, votar al PP.  Y se es libre para hacerlo. Y si viviéramos en un país con una democracia mas consolidada y menos pasional, estas conductas serían la práctica habitual, porque hablamos de ciudadanía y no de militancia. Soy y voto lo que mis valores, principios e intereses me permiten en cada momento porque el voto es mudable y las circunstancias y lo que una sociedad necesite en cada momento también"
          El tema es arduo, propicio para seguir pensando y hablando sobre él. Aunque no sé si es el más indicado para el mes de agosto... El tiempo de vacaciones puede ser el que más invite a una sosegada reflexión.





jueves, 19 de julio de 2012

POLÍTICA: ¿SOMOS LIBRES?, ¿NOS CLASIFICAN?

          Me pregunta un amigo "si las personas podemos ser independientes, neutrales, justos, sin ser catalogados como `progresistas´ o `conservadores´, ni nada por el estilo". La pregunta tiene miga, y no es tan fácil de contestar. Sólo, algunas consideraciones.
          La pregunta se reduce, me parece, a si podemos en la práctica ser LIBRES, cuestión nada baladí ni de respuesta obvia. 
          Del tiempo lejano de mis estudios de Filosofía, recuerdo un largo artículo sobre "Cuarenta -la cifra, creo recordar, era ésta de cuarenta- maneras de determinar la libertad". El artículo no estaba escrito por un filósofo especulativo, sino por un psicólogo experimental, Alejandro Roldán, ya por supuesto fallecido. Exponía el artículo cuarenta factores, que influyen de tal manera en la propia libertad que "determinan" de hecho el sentido del comportamiento. El hecho de haber nacido en España y en Andalucía "influye" mucho en lo que uno piense, por ejemplo, sobre los ingleses o sobre los catalanes: no es que a la fuerza se tenga que pensar de una determinada manera, pero en la práctica el pensamiento de los españoles sobre los ingleses, o de los andaluces sobre los catalanes, coincide enormemente, hasta un práctico "pensamiento único". No es que una persona gorda o flaca tenga que pensar siempre de la misma forma, pero de hecho el "agapetónico" y el "cerebrotónico" -por usar las categorías psicológicas, creadas entonces por autor de aquel artículo- configuran formas de pensar de hecho muy similares. Muchos elementos y factores influyen de hecho en nuestra libertad, hasta determinar de hecho nuestros comportamientos.
          ¿Podemos, por tanto, ser libres, sin ser tachados de "progresistas" o "conservadores", sin ser clasificados como de "izquierdas" o de "derechas"?
           Usando todavía otro concepto filosófico, recuerdo también que había dos diferentes maneras de concebir la libertad: el más cercano a Aristóteles, que la entendía como la posibilidad de elegir una opción o su contraria, comer un helado o renunciar a la satisfacción de este alimento refrescante, elegir ser hincha del Madrid o del BarÇa, resaltando el aspecto de que tengo real "independencia" para elegir una opción o su contraria; el otro concepto, más cercano a San Agustín, consideraba más libre el que más quería lo que elegía, el que escogía algo porque entendía que era lo mejor para él, aunque este camino excluía de hecho la opción a escoger el camino contrario. Estos filósofos antiguos formulaban sus reflexiones pensando en lo trascendente: Dios, de esta forma, elige siempre "lo bueno", imposibilitando de hecho la opción por "lo malo".
          Me he subido a la parra, pero quizás no tanto. Cada uno puede elegir una opción, en el campo de la política o en terrenos aún más efímeros e instrascendentes, pero dentro de las coordenadas geográficas/temperamentales/ideológicas/de formación recibida, que "determinan" tanto de hecho la propia elección y, en la práctica, eligiendo siempre lo que cada cual estima como mejor, teniendo en cuenta aquellos determinantes que tanto influyen sobre la propia vida.
          En resumen, somos libres e independientes, pero los demás -¿también nosotros?- pueden aplicarnos las etiquetas de "progresistas/conservadores" o "izquierdas/derechas", según el concepto que de estas adscripciones tiene cada cual en su mente, de acuerdo con lo que en la práctica están hoy configuradas estas categorías. 
          Hay mucho más que hablar sobre esta materia. Pero lo dejo para otro día, posbilitando así además a que otros se posicionen y participen en el diálogo.
          

domingo, 15 de julio de 2012

ENFRENTAMIENTOS POLÍTICOS SUPERABLES

         Otra vez se están polarizando las opiniones y, más allá del análisis de los temas, se están exacerbando los pareceres "a favor" y "en contra" de lo que en sí es enormemente discutible.
      La palabra "recortes" está sirviendo de banderín de enganche para oponerse radical e impulsivamente a lo que se considera injusto y catastrófico, o para refugiarse numantinamente en lo que se considera del todo inevitable, sin necesidad siquiera de someterlo al diálogo. Lo que prima no es la consideración tranquila de los problemas económicos existentes, sino el exacerbado ataque a los que se oponen frontalmente a los "recortes", o a los que los estiman como forzosos y obligados. El diálogo no resulta casi ni imaginable, porque lo que domina la situación es una desvaloración de las opiniones contrarias y -¡lo que aún resulta mucho peor!- una incomprensión y hasta desprecio de las personas que defienden las opiniones diferentes.
          A esta polarización de las opiniones ya hemos estados acostumbrados en nuestro entorno, sobre todo en los últimos tiempos del gobierno anterior: unos consideraban inevitable o menos malo lo que estaba haciendo el gobierno socialista, y otros ponían en los socialistas y en su Presidente la causa de todos los males por los que estaba pasando España. Las opiniones, sobre todo en el último tramo de la anterior legislatura, estaban radical, profunda y visceralmente enfrentadas.
      En el momento actual, con todo, quizá la situación sea peor. No sólo existe la consabida desvaloración de las opiniones contrarias. A esto se añade una problemática, una materia de discusión, enormemente complicada, sobre la que resulta muy difícil tener una opinión propia. La economía, en los niveles en los que ahora está atrapando a España, nos resulta a muchos una ciencia ignota, un hueso muy difícil de meterle mano y de roerle algún resultado inteligible.
        Oigo que España necesita ahorrar 64.000 millones de Euros en tres años, y no acierto a responder por qué el ahorro necesario no será de cincuenta, de cuarenta o de veinte mil millones: no llega a estas cifras la imaginación, o no se domina la aplicación de los parámetros de medida. Igual incapacidad de juicio asalta cuando se trata de calibrar si resulta o no indispensable subir el IVA, o cuantos puntos del  IVA es necesario elevar. La "prima de riesgo" ha entrado en el lenguaje de todos, pero muy pocos saben explicar por qué sube o baja, cuáles son los motivos por lo que sube o baja. Salvo las brutales e inmediatas consecuencias del paro, o las consecuencias de los "recortes" que inciden directamente sobre las economías propias y familiares (una disminución del sueldo, la eliminación de una paga extra, una reducción de horas o un despido....), los que mantienen su trabajo y su sueldo no siempre saben conectar el esperpento de la situación económica del país con la disponibilidad de recursos en la propia economía.
          Enjuiciar la situación económica, tener criterios propios para discernir si las medidas que ahora se están adoptando son indispensables o se convertirán en perniciosas, calibrar con detalle y con rigor lo que ahora está saliendo a diario en las portadas de los medios de comunicación, muy pocos expertos pueden hacerlo con solvencia. 
          El resultado de todo esto es que el enfrentamiento político aún se está haciendo más visceral, más dependiente de valoraciones personales previas: a favor o en contra de Rajoy (o de Rubalcaba), no por lo que hacen ni aún por lo que dicen, sino por la valoración que de su persona y de su Partido se tenía antes de tomar la medida discutible o de expresar sus opiniones delante de un micrófono.
          Es lamentable que las opiniones se estén de nuevo encrespando, sin entrar en los contenidos o en las consecuencias de lo que se está discutiendo; a golpes de aprioris y no del análisis de las medidas que requerirían una discusión motivada y ponderada. No sabe uno si las consecuencia de todo eso son aún peores que las de la gravísima situación económica que estamos padeciendo. Y esto sí podría tener alguna solución, podría al menos no enconarse más, con buena voluntad y con espíritu de diálogo.   

domingo, 8 de julio de 2012

SORPRESA EN MÁLAGA

           No todas las sorpresas tienen que ser negativas. Las hay también gratificantes y positivas, que le llenan a uno de consuelo por haberlas vivido.
          Después de casi dos años viviendo en Málaga, todavía ni había experimentado esta "sorpresa" natural, ni había siquiera oído hablar detenidamente de ella. Por ello quiero comunicar ahora la sensación tan placentera que me esta comunicando la experiencia.
          Me estoy refiriendo a los "Montes de Málaga", ese pulmón privilegiado del que la ciudad de Málaga dispone, al que hasta ahora no me había acercado, ni menos aún lo había "pateado" despaciosamente. Ya lo he hecho en varias ocasiones, y por esto quiero dar cuenta de ello.
           Se trata del amplio espacio existente a la izquierda de la "carretera de los montes", el camino antes obligado para ir a Granada-Sevilla-Córdoba, la que todavía conduce empinadamente hasta la "Fuente de la Reina". El espacio es nada menos que de 4.996 hectáreas -cinco mil, mal contadas-, una superficie muy considerable que por supuesto no se puede recorrer andando en un sólo día y que ofrece por ello paseo para muchos días, para una larga temporada de senderismo y caminatas.
          Lo que sorprende más gratamente de este inmenso terreno es, primero, que está cubierto de tupida vegetación; y, segundo, que se encuentra atravesado de una amplia red de caminos, que convierte en muy fácil el adentrarse por sus entrañas.
        La vegetación dominante es la del pino -sobre todo, pino carrasco, técnicamente "pinus alepensis"; aunque también pino resinero y pino piñonero-, pero abundan también otras especies, que consiguen que la impresión que uno percibe al pasear no es la de estar caminando sólo por un pinar. La enumeración de las especies que he visto es larga y no es en todos los casos conocida por lo no expertos:  encinas, alcornoques, quejigos, castaños, nogales, chopos, fresnos, madroños, mirtos, algarrobos, jaras de distintas especies, brezos, labiadas, palmitos, retamas, tomillos, romeros, aulagas, esparragueras, coscojas, torviscos, enebros, brezo blanco, etc. Una variedad tan grande reconforta la vista y el olfato, extendida además sobre una superficie de terreno muy irregular, con montes y abundantes quebradas.
          La red de caminos sorprende por su proliferación y por el entramado de unos con otros. Sólo unos kilómetros escasos con asfalto, todos con un firme bien cuidado de arena y piedras, pocos abiertos al tráfico rodado, la mayoría cerrados en su comienzos por cadenas para evitar la entrada de coches, todo esta red permite la organización de hasta 19 rutas diferentes, perfectamente organizadas y descritas en la muy completa página web de los "Montes de Málaga".
          Esta página web, abierta en 2010 por la Federación de Asociaciones CIVILIS, con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga, dice aspirar a convertirse en breve en interactiva. Vendría bien para recoger las impresiones y las "sorpresas positivas" que causa entre los que se acercan a este paraje privilegiado. 

martes, 3 de julio de 2012

EL FÚTBOL ME DESBORDA ROTUNDAMENTE

          Por muy poca capacidad de reflexión que tenga una persona, lo vivido en estos días en torno al  fútbol da casi inevitablemente mucho que pensar.
      Que la audiencia de la final España-Italia superase todas las marcas televisivas se podía considerar hasta normal, porque atrae sin duda la atención que el propio país logre driblar a todos los restantes países del entorno hasta quedarse solo ante la portería.
          Una sensación inefable de bienestar inundó desde luego también a toda la extensísiva población española cuando fue viendo que el equipo español iba superando al italiano, hasta incluso superarlo. No resulta tan fácil de explicar por qué se producen estos fenómenos, pero es cierto que la sensación agradable irrumpe imparable, la alegría luego se contagia y un estado innegable de bienestar se adueña al final de los televidentes españoles; por no hablar de los asistentes en directo al partido, los que había superados miles de kilómetros y de euros para estar presentes en el espectáculo, exultantes y exageradamente desenfrenados en sus manifestaciones de júbilo. 
          Todo esto se podría considerar hasta normal, concediéndole al fútbol una capacidad de intervención sobre las personas, superior en España a la de cualquier otro deporte e incluso más potente que cualquier otra causa motivadora de estados de ánimo personales y colectivos. Un certamen futbolístico de esta índole es "un oasis, una tregua, un paliativo, una evasión de la realidad, un mundo falso y paralelo, un bienvenido opio", había escrito con anterioridad en El PAÍS Javier Marías, que añadía: "los ciudadanos saben que durante los noventa minutos que dura un partido podrán instalarse en esa ficción (el fútbol pertenece a esa dimensión casi tanto como las novelas y las películas), y fingir, en consecuencia, que lo único que importa es el triunfo de su equipo, y que al lado de esto su desempleo, sus apuros económicos, su preocupación por el futuro de sus hijos, incluso su afectada salud, palidecen y pasan  a segundo plano". La capacidad del fútbol para influir sobre las personas es innegable y muy generalizada, casi universal.
          El tratamiento mediático dado a este fenómeno hay que reconocer que se ha diferenciado entre nosotros, pues a algunos se les sigue llenando la boca para gritar "España", con todos los ondeos más ostensosos de la bandera rojigüalda, mientras que otros hablan, aunque con hervor casi parecido, sólo de "la Roja". El cambio de denominación no es un matiz imperceptible y diferencia en la práctica a las personas y a los medios que hablan de estos temas.
         Pero lo que realmente desborda la capacidad de imaginación más poderosa es el comportamiento de las poblaciones después del mismo espectáculo futbolístico. Las imágenes de la masa de población congregada en la Cibeles madrileña para recibir a los "héroes de Kiev" supera lo que el más osado imaginario se hubiese atrevido a pensar. No recuerdo ningún momento español que haya congregado a tanta gente, ni a tanta gente con tal entusiasmo, con los brazos unánimes alzados ante los divos tan universalmente aclamados.
          ¿Por qué se producen estos comportamientos? ¿Que nos trae el fútbol, o qué nos atrae del fútbol? ¿Qué mágico dinamismo posee sobre las masas? ¿Perdurará algún efecto tras todas estas movidas? ¿Influirá algo el paroxismo futbolístico sobre la realidad más estable de la población? Todo esto, ¿es sólo humo y espuma, o hay también sustancia y perdurabilidad? Reconozco no tener respuestas para todas estas preguntas. El fenómeno del fútbol me desborda rotundamente.  

domingo, 24 de junio de 2012

PRESENTACIÓN DEL ESPAÑA-FRANCIA, ¡UNA PASADA!

          Comprendo que al fútbol no hay que tomárselo del todo en serio, que no es un tema trascendente, pero me parece que en esta ocasión la información sobre el partido con Francia se ha pasado un pelín, ha caído un poco en el ridículo, ha cometido una pasada.
      Todos los periódicos destacan la noticia en primera página, por supuesto, ... con la que está cayendo en temas económicos, políticos y sociales. 
     Casi sonrojo causa el reproducir que "España toma la Bastilla" (ABC), por las pretendidas resonancias políticas y revolucionarias. 
         La contundencia no falta: "España liquida a Francia" (La Gaceta), o "España baila a Francia" (El Periódico), o "Inapelable victoria" (El Mundo). Un poco de humildad, sí que falta.
      Muchos titulares desbordan autosuficiencia: "Se desató la fiebre roja" (Diario de Sevilla), "A semifinales sin despeinarse" (SUR de Málaga), "La roja da un paso más hacia la gloria" (EL PAÍS). Y el periódico de más tirada de España sentencia: "Ni la olieron" (MARCA). 
          Algunos miran al futuro, personalizando el tema: "Semifinal contra Cristiano", con su toque además triunfalista: "España bate a Francia" (LA VANGUARDIA), "Cristiano nos espera el miércoles en semifinales... Y OLÉ" (AS). 
          No renuncio a reproducir dos subtítulos, uno breve: "España desafía a la historia en busca de la triple corona" (EL CORREO DE ANDALUCÍA); y el otro delirante: "Una memorable exhibición de de tiki taka de la Roja condena a los franceses a correr detrás de la pelota como gallos sin cabeza" (MARCA).
          Se queda uno sin resuello, tras esta carrera de manifestaciones, no sé si de humor, de despropósito, o de ambas cosas a la vez...
          Dos consideraciones, muy simples. La primera es que no me imagino a la prensa alemana, o a la inglesa, ni siquiera a la francesa, con semejante galería de titulares, si la victoria deportiva les resultase propicia: la altanería demostrada en esta ocasión por la prensa española puede ser manifestación de que estamos en baja; quiero pensar que sea así, para consolarme. Y la segunda es que no hay que darle excesiva importancia a este fenómeno deportivo-mediático. Todo el mundo necesita "desaguaderos" (la expresión es nada menos que de Santa Teresa), y en este momento tal vez le venga bien a España una expansión de este tipo, un "chute" según la expresión que creo usó Rajoy antes del comienzo del campeonato.
          ¡Preparémonos para la que nos puede caer encima, si consigue España -¡ojalá!- ganar la Copa Europea!

domingo, 17 de junio de 2012

NO USAR EL NOMBRE DE DIOS EN VANO

          "Dios no puede equivocarse", era el sensacionalista titular de un amplio reportaje aparecido en un periódico hace pocos días.

          ¿De qué se trataba? De una información estrictamente técnica en torno a la velocidad de la luz. Un físico italiano, Dario Autiero, desde el Instituto Nacional de Física italiano y en colaboración con el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN), había hecho públicos los resultados de un experimento, que intentaba demostrar que "la velocidad de vuelo de los neutrinos era superior a la de la luz". El titular sensacionalista del periódico, asociando a Einstein con Dios, insistía en que la velocidad de la luz resulta del todo insuperable: "Eistein tenía razón: el experimento del CERN ha muerto y la teoría de Einstein sigue viva". El nombre de Dios era ligeramente utilizado, banalizando la esencia divina en apoyo de la ciertamente respetable teoría física de Einstein. Un caso típico de uso del nombre de Dios en vano.

          Pero el caso es que, en el mismo ejemplar de este mismo diario, páginas más adelante, se encontraba otra información con el siguiente título: "La 'Hija de Dios' sube al escenario".

          ¿De qué se trataba, en este otro caso? Una historia aún más superficial. Una hija del futbolista Diego Armando Maradona y de Claudia Villafañe ha estrenado en Buenos Aires una pieza teatral con el osado título de "Hija de Dios". Los comentarios se ceban en la pretendida divinización del futbolista: "la pieza es una reflexión en primera persona sobre las vicisitudes y las responsabilidades que conlleva la condición de heredera del todopoderoso futbolista". Con la típica ambición argentina de presentarse como "tesis, ensayo reflexión y catarsis", dice la primeriza actriz que la pieza "Hija de Dios" me da la posibilidad de expresarme, de compartir mi mirada sobre papá y sobre el fenómeno que representa". Sorprende mucho que tan "en vano" se pueda usar el nombre sagrado de Dios.

          No he querido citar al comienzo el nombre de diario que publicaba en la misma edición estas dos alusiones, porque quería ante todo resaltar el hecho paradigmático del uso insustancial del nombre de Dios. Pero no me parece ocioso añadir ahora que el diario en el que se publicaban estas dos alusiones era EL PAÍS. Los titulares de las informaciones y reportajes los elige siempre el periódico, según sus preferencias y de acuerdo con su ideología. Lamento mucho que un periódico que pretende ser serio y riguroso lleve su tan particular concepción de lo religioso hasta banalizar y usar en vano el nombre de Dios. ¡Los creyentes que se mantienen como lectores de este periódico merecen un poco más de respeto!.


sábado, 9 de junio de 2012

PROBLEMAS SIN ROSTRO

          No termino de acostumbrarme a que los problemas no tengan rostro humano, a que detrás de cada situación no pueda encontrarse la cara del que la ha provocado, la ha echado a rodar, o la mantiene actuando.
          Me estoy refiriendo al verdadero aluvión de información económica que en los últimos tiempos se viene produciendo, sin rostro, sin contornos humanos detrás. Bajo la genérica alusión a "los mercados", se esconden las fuentes originales de donde dimanan todas estas noticias casi siempre apabullantes. Me gustaría llegar a conocer la persona o las personas concretas que adoptan las decisiones que hacen subir o bajar la "bolsa", que provocan la subida o la bajada de la "prima de riesgo". El que se aluda a "los mercados" de forma anónima, sin precisar ni las instituciones, ni mucho menos las personas, que hay detrás de este impreciso genérico del "mercado" o los "mercados", es algo a lo que no puedo acostumbrarme y que continuamente me subleva.
          Evidentemente influye el saber más o menos economía, el dominar o no la jerga y la teoría de esta ciencia tan escurridiza. Pero otras ramas del saber no resultan tan impenetrables. Puede uno no saber de electrónica o de física cuántica, pero estas ciencias no poseen una máscara para encubrir el rostro de los que en ellas actúan. Una bomba atómica cae sobre un territorio, y siempre se sabrá el país del que ha partido el avión que la ha lanzado y hasta el nombre de la persona que lo pilotaba. En el terreno económico, en cambio, ni la persona, ni la institución, ni el país, de donde han salido las ordenes que producen los auténticos psunamis financieros que revolucionan la situación de nuestro bienestar, llegan a ser conocidas. El anonimato más estricto cubre perfectamente la identidad de los que han tomado las  decisiones que desencadenan tales cataclismos.
          Si hasta en los estadios de fútbol, se pretende ahora descubrir la identidad de las personas que inician o mantienen una pitada dolosa contra la bandera o el rey, mucho más debería poder averiguarse quien adopta la decisión que provoca el enriquecimiento o la ruina de una entidad, de una empresa y de un país. Toda persona interesada debería poder tener acceso al "rostro", a la identidad, de la persona o las personas que han decidido actuaciones económicas que influyen fuertemente en el propio bienestar, en la "subida" o en la "bajada" de las acciones de las que dependen la economía personal o nacional de cada uno. Los Gobiernos, y hasta la misma justicia, deberían poder llegar a conocer los nombres de los que provocan estas revoluciones económicas, para poder defenderse o actuar en contra.
          Sé que todo esto no es más que un grito en el vacío. Pero conviene lazar estas demandas airadas para soñar con que las condiciones cambien, para intentar que el problema se reblandezca y estos problemas lleguen algún día a tener también un rostro, con el que poder enfrentarse cuando se sufren las consecuencias de estas actuaciones. Sólo demando que estas actuaciones problemáticas tengan también detrás un rostro.
          

lunes, 28 de mayo de 2012

VENGO DE PASAR TRES DÍAS EN EL ROCÍO

          Acabo de venir de El Rocío. Como antaño, he pasado los tres días grandes en la aldea, viviendo a fondo El Rocío. El domingo de Pentecostés, con el sábado anterior y el domingo posterior, revisten cada día un significado especial. La "entrada", o presentación ante la Virgen de las 110 Hermandades ahora existentes, el sábado. El Pontifical, por la mañanam y y la magna concentración nocturna para el Rosario, el domingo. Y el lunes, la "procesión" única e irrepetible, desde la madrugada. Cada jornada, con sus horarios dilatados y sus grandes espacios para la conservación, la copa, el baile de sevillanas tal vez y, siempre, la amistad y la relación como no se dan ya por otros pagos.

          En  esta  ocasión,  me  ha  llamado especialmente la atención un acto, clasificado por no pocos como "pesado". En la misa pontifical -este año, presidiéndola un cardenal y tres obispos, un centenar de sacerdotes concelebrando, con el retablo impresionante de los 110 "Simpecados" rodeando el amplio altar instalado en el "Real"-, tras la homilía del Cardenal de Barcelona y el rezo unánime del Credo, tiene lugar el acto "pesado". Durante diez minutos muy largos, varios representantes de cada una de las Hermandades suben al estrado, desfilan ante los que presiden la Eucaristía, jurando fidelidad a las grandes verdades cristianas. El acto, ciertamente,aparenta                   monótono. Pero me ha impresionado mucho este desfile de hombres y mujeres  -de corto y de flamenca, rigurosos-, confesando la fe cristiana. No es una representación de la tradicional "gente de Iglesia". La indulgencia más magnánima de la Virgen del Rocío a coge personajes más variopintos, varios centenares de personas muy diversas, nada clericales, constituyendo un muestrario realmente impresionante de fe cristiana, fundamentalmente andaluza pero también de las restantes zonas españolas y aun extrajeras de las que proceden el amplio centenar de Hermandades rocieras. No creo se dé otra representación mas singular, masiva y heterogénea de fe popular en la Iglesia española. Pocas instituciones civiles, incluso, contarán con una expresión tan rica y diversificada de sus esencias más íntimas.

          El Rocío tiene otros muchos momentos álgidos, más conocidos, mucho más masivos, probablemente más espectaculares. Pero este año me ha impresionado y destaco el acto de fe -como humano, por supuesto perfectible- de los Hermanos Mayores y directivos de las Hermandades Rocieras.

          La religiosidad popular es siempre compleja, al mismo tiempo muy honda y también decepcionantemente superficial, exponente de toda la amplia gama de sentimientos y valores que constituyen la fe religiosa de un pueblo. Como expresión de polifacética religiosidad popular y como manifestación más completa de toda la variedad de componentes del carácter popular y andaluz, no conozco otro fenómeno como el ofrecido por el Rocío, por la Romería que hoy he acabado en tierras de Almonte. Vuelvo ahora de pasar los tres días de la fiesta en El Rocío, y puedo dar fe de ello.

lunes, 7 de mayo de 2012

¿DÓNDE ESTÁ LA FELICIDAD?

          He oído, en estos días finales de la Liga de fútbol, creo que a un jugador canterano y joven del Madrid, Castellón, responder a la pregunta: "¿Qué sentiste con el triunfo del partido y de la Liga?", una respuesta que me impresionó: "¡La gloria!".
          ¿Qué es "la gloria" para este muchacho del fútbol? Supongo que una metáfora, que quiere expresar lo mejor que a él le puede ocurrir, una felicidad máxima y casi insuperable. La imagen usada tiene una connotación claramente transcendente, pero estoy convencido que, al emplear esta expresión, no estaba pensando en ella este jugador del fútbol.
          Me ha hecho pensar esta respuesta porque expresa dónde se pone por muchos la felicidad, en el momento actual. La felicidad está indisolublemente unida al triunfo, al éxito, sin que se atisbe siquiera que se puede también ser feliz en momentos duros y sacrificados. La "gloria" está en el mayor de los éxitos para un jugador de fútbol, en ganar la Liga española. No se deja resquicio de felicidad, de momentos pacíficos, cuando las cosas no salen perfectamente, cuando el resultado de lo que se está haciendo no llega al éxito.
          Sin llegar a distorsionar la frase del respetable jugador de fútbol, dando por supuesto que puede perfectamente usar la palabra "gloria" para expresar su gran satisfacción por el brillante éxito deportivo conseguido, me parece oportuno destacar que los caminos de la felicidad y de la gloria pueden también pasar por terrenos más espinosos, por circunstancias más adversas. Cuando las cosas salen mal se puede también ser feliz. La "gloria" no está sólo en el éxito, sino también en luchar por lo que se cree justo y bueno, aunque sea con sufrimiento. La imagen metafórica de la "gloria", y la felicidad a la que en el fondo se alude, son realidades complejas y varias, que no se realizan sólo en una de sus posibilidades. Los caminos para la felicidad son múltiples y mucho más diversos. No se puede reducir simplista y unitariamente una realidad tan compleja.

martes, 1 de mayo de 2012

¡HECHOS QUE NO LOGRO ENTENDER!

          ¡Cada vez hay más aspectos de la vida que no logro entender! Es como si se bloqueasen ciertos temas, impidiendo el acceso para el comentario y la opinión sobre ellos.
          1. La macroeconomía es es una selva enormemente espesa, en la que resulta muy difícil penetrar. ¿Qué significa que no hay dinero en un país? ¿Qué normas, o qué ojos vigilantes, impiden imprimir más dinero a los responsables de ordenar las tiradas de los impresos de dinero, prolongar el trabajo de las máquinas que las televisiones nos presentan en funcionamiento cada vez que tocan estos temas? Además, ¿cómo y porqué suben o bajan la bolsa Bolsa o la Prima de Riesgo? En el fondo, ¿qué capacidades reales de intervención tienen los grandes Organismos Internacionales de la Economía, o los gobernantes inmediatos de un país, en todas estas movidas
          2. Más en concreto, como una nueva manifestación de la ignorancia de la economía, ¿qué personas concretas, qué rostros individuales, deciden de verdad las actuaciones de lo que llamamos genéricamente el Mercado o los Mercados. Dónde están, desde dónde actúan y cómo se llaman estos sujetos?
           3. Todo el mundo árabe me resulta muy impenetrable. El convencimiento de que puede una persona llegar a sacrificarse, lanzarse a la muerte para matar a otras personas y llamar así máximamente la atención sobre una situación, descabala mi capacidad de comprensión y crea un sistema de valores muy difícil de encajar. Las noticias de todo el mundo árabe resultan tan opacas a la comprensión como los signos enigmáticos de sus alfabetos impenetrables.
          4. Más cercanamente, ciertos aspectos de la vida inmediata resultan también intragables. En una situación de crisis económica tan aguda como la que estamos pasando, no alcanza uno a explicarse cómo no se entienden TODOS para buscar las soluciones más propicias para reorientar las causas que producen la alarmante situación actual. Que sigan los enfrentamientos, cada vez con mutuas descalificaciones más agudas de los demás, resulta muy difícil de comprender para los que intentamos un acercamiento ecuánime a los problemas. ¿No será posible posible aceptar la buena voluntad de los otros y buscar, juntos, las soluciones más posibles a los problemas?
          5. Para distender el calibre de estos interrogantes, ¿cómo ha resultado posible que los dos equipos del fútbol "mejores del mundo" caigan simultáneamente en las actuales competiciones europeas? Las ampulosas calificaciones sobre lo propio se desmoronan, como azucarillos en el agua, al ponerse en contacto con realidades no adecuadamente ponderadas previamente. El desprecio a lo ajeno, nunca resulta conveniente.  
          La enumeración se podría alargar con otros muchos ejemplos, que habrá que dejar para otra ocasión. La opacidad de estos temas puede estar producida por la edad, por la actitud distante del que observa, o  por las condiciones realmente impenetrables de los temas referidos. La etiología no es lo más importante, en este caso. Lo realmente grave es que nazca, se desarrolle y crezca, la incomprensión entre los humanos. 

viernes, 20 de abril de 2012

"PRESUPUESTO", HOY MUY NECESARIO

           Pensar mal de los otros es una costumbre, un hábito, incrementado tal vez en los momentos más críticos. Cuando se siente uno acosado por otras personas, por las apreturas económicas, por las circunstancias políticas, por la presión familiar, una descarga frecuente es el pensar mal de aquellos de donde se sospecha que viene viene la amenaza. 
          Por desgracia, los ejemplos son frecuentes y no difíciles de recabar. Del Rey, se ha pensado en estos días pasados todo lo peor, sin dejar apenas resquicio para una respuesta honorable por su parte. Cualquier medida dura que adopta el Gobierno para buscar fondos y poder hacer frente a la crisis, es atacada rápida e inmisericordiamente por la Oposición, desde una falta de comprensión realmente apabullante. En Andalucía, los intentos por formar nuevo Gobierno -como contrapunto a un Gobierno de la nación, que sin esto resultaría tal vez peligrosamente omnímodo- son tachados como "pinza", antes incluso de de que se hayan cerrado los acuerdos. La postura intransigente, pensando radicalmente mal de los otros,  es la más frecuente -y la más dañina-, en el actual contexto.
            Resulta casi iluso, en las presentes circunstancias, un Presupuesto ignaciano que figura al comienzo de su libro de los Ejercicios, como una ayuda decididamente favorable tanto al que da los Ejercicios Espirituales como al que los recibe. El Presupuesto recomienda directamente ser más pronto a salvar la proposición del prójimo que a condenarla; esto es, pensar bien sobre lo que dice o propone el otro, antes que incomprender y condenar lo que los demás afirman o ejecutan. Cuando la opinión o la conducta ajena resulta difícil de comprender, aún recomienda San Ignacio un camino de aproximación: si no la puede salvar (la opinión o la conducta del otro), inquiera cómo la entiende, esto es, averigüe cómo y porqué adopta el otro esta postura, antes de fulminar una condena tajante de la actitud ajena.
           Este Presupuesto puede parecer ingenuo y hasta iluso, en medio de las luchas sociales y políticas que nos circundan, para los profesionales del mal pensamiento. En los contextos más cercanos y familiares, también será despreciado los convencidos del piensa mal y acertarás. Pero me resulta útil y provechoso, en este momento, resaltar su oportunidad y plantear que, actualmente, resulta necesario.   

viernes, 13 de abril de 2012

MASONES E IGLESIA, REACCIONES A UNA CONFERENCIA

          Relaciones entre la Iglesia católica y la masonería ha sido el título de la conferencia impartida  ayer por José A. Ferrer Benimelli, dentro del ciclo del presente año en el Aula P. Arrupe de Málaga. Me ha sorprendido mucho tanto el contenido de la conferencia como las reacciones manifestadas por buena parte del público.
          El conferenciante -jesuita y catedrático de la Universidad de Zaragoza- confesó llevar ya cincuenta años dedicado al estudio de la masonería y demostró tener un conocimiento realmente apabullante, casi exhaustivo, del tema. Ha publicado decenas de libros sobre la masonería, ha dirigido más de diez congresos internacionales sobre este específico tema y es una autoridad mundialmente reconocida sobre la materia. Resulta imposible resumir todo el contenido de su conferencia, dedicada a exponer la historia, el desarrollo y las relaciones con la Iglesia católica que ha tenido en la historia la masonería. Ya en el coloquio, precisó que no se puede hablar de la masonería, porque sólo en España hay dieciséis modalidades diferentes de masonería, y las enumeró una a una sin apenas esfuerzo. Detalló también el cambio que se ha producido en la última edición del Código de Derecho Canónico de la Iglesia católica, que ha suprimido la directa excomunión de los que se adhieran a la masonería, dejando sólo una genérica condena de los que luchen contra la Iglesia sin mención expresa de ningún grupo. El tono general de la conferencia no fue de condena encarnizada de la masonería, sino de exposición de hechos, mirando más bien con simpatía este tan peculiar grupo social.
          La reacción del público ante el contenido de la conferencia fue tal vez lo más sorprendente del acto. Por lo pronto, al iniciarse el diálogo, en contra de lo que es normal en este tipo de actos, casi nadie se fue  de la sala, demostrando un interés general atípico por el tema expuesto. Hubo algunas preguntas más circunstanciales, preguntando matices o detalles. Pero hubo también un par de exposiciones abiertamente contrarias a lo expuesto, con manifestaciones de malestar porque las condenas de la masonería no hubiesen sido más explícitas. Un catedrático de la Universidad de Málaga intentó la "contra-conferencia", con documentación condenatoria de la masonería preparada y traída de antemano, culpando al conferenciante de haber ocultado opiniones oficiales también actuales contrarias a la masonería (el principal testimonio en contra, sin embargo, ya había sido mencionado por el conferenciante) y exponiendo sus actitudes abiertamente enfrentadas con la masonería. El silencio general era expectante, cuando, pasada hora y media del comienzo, ya hubo que cerrar el acto. A la salida, uno comentaba: "No me ha gustado la conferencia, porque no he oído las condenas que yo esperaba escuchar".
          El acto demostró que el tema de la masonería sigue interesando, incluso de forma apasionada y todavía parcial. Los muchos años que en España se han vertido desde arriba condenas furibundas contra las conspiraciones masónicas, contra los comportamientos -reales o supuestos- de los masones,  siguen aún pesando en la opinión pública. No resulta todavía posible un acercamiento tranquilo al estado de la cuestión, a los datos del problema. Resulta lamentable que este tema -¡uno más!- divida aún a los españoles.

           

domingo, 1 de abril de 2012

ECLIPSE DE LO RELIGIOSO

           En un viaje, he podido ver el fascículo/revista On Madrid, que el diario El País distribuyó el sábado anterior a la Semana Santa a su lectores madrileños. En él me ha sorprendido un pequeño reportaje, Siete días, Siete Planes para toda la Familia, en el que se ofrece  una alternativa de entretenimiento para cada uno de los días de la Semana Santa: El Lunes, la leyenda del Magaterio, en el Museo Natural de Ciencias Naturales; el Martes, decoramos “cupcakes”, en el Taller de las Tartas; el Miércoles, Misterios en el papiro, en la Biblioteca Nacional; el Jueves Santo, “Paintball” sin bolazos, en “Action Live” de Miraflores de la Sierra; el Viernes Santo, En bici por Madrid Río; el Sábado, Yo improviso, en el Pequeño Teatro Gran Vía; el Domingo de Resurrección, Un huerto en mi balcón, en el Parque Juan Carlos I.
          Entre tan exótica propuesta de actividades, no hay ninguna de índole religiosa. Ni directamente religiosa, que también podría hacerse; ni tan siquiera cultural-religiosa, por ejemplo, visitando estos días “santos” alguna Iglesia-monumento o contemplando las maravillas de tema religiosa del Museo del Prado. Lo religioso se ha eclipsado del todo, no existe. Hay, por el contrario, una intención manifiesta de ocultar cualquier referencia a lo religioso en las propuestas que se hagan para las vacaciones coincidentes con celebraciones religiosas. Igualmente, recuerdo los auténticos y casi divertidos  esfuerzos realizados en un número extraordinario de Navidad, también El País, por no sacar ningún motivo religioso en las numerosas páginas dedicadas a los temas navideños .
          Es bien cierto que los valores religiosos, ni se han de de imponer a nadie, ni se deben poner exclusivamente en estas manifestaciones públicas, en contextos no directamente religiosos. Pero tampoco tiene sentido el ocultar y aun disimular las prácticas o los motivos religiosos, como si se tratase de vicios nefandos o de temas vergonzantes. También en estos días, he visto en la prensa un anuncio de viajes, presentando la Semana Santa como “un verano en miniatura”.
         El péndulo bien puede recobrar el equilibrio, después de los esfuerzos denodadamente laicistas de estos últimos tiempos. Ni imponer, ni escamotear. Un mejor equilibrio, sería recomendable.

sábado, 17 de marzo de 2012

LAS ELECCIONES Y LOS OBISPOS

          Hace ya días, leí la  indignación de algunos porque los Obispos andaluces habían publicado una Nota que estaba claramente a favor de una de las opciones mayoritarias en las elecciones andaluzas. Ahora he leído yo esta Nota, y puedo hacer un breve comentario sobre ella.
          La Nota no distingue por su nombre a ninguno de los Partidos. Lo que pretende destacar la Nota, ante todo, es la obligación de votar: la importancia de participar responsablemente, el ejercicio del voto es un derecho y un deber de cada ciudadano en una sociedad democrática. Importante es señalar que la Nota destaca el deber de votar, pero con libertad: pedimos a todos la participación responsable, eligiendo los candidatos que, a su juicio, puedan afrontar y resolver los problemas actuales de nuestra sociedad. Aventura incluso la Nota que, en este caso, la elección responsable es más difícil -¡no está imperiosamente clara, por tanto!- que en otras ocasiones: deber moral en la búsqueda y afianzamiento del bien común de la sociedad en todo momento, pero particularmente en las situaciones de especial dificultad como ahora sucede.
         Lo que ocupa más espacio en la Nota es el ofrecer elementos morales de juicio a la hora de decidir el voto. De entrada ya hay que decir que, al no nombrar en concreto a ningún Partido, la adscripción rotunda de lo dicho a alguno en particular, el sentirse claramente criticado o alabado, ya supone cierta susceptibilidad: el que se pica, ajos come. Pero es que, además, conviene resaltar que los criterio morales expuestos no son de una sola tendencia y pueden afectar, en unos o en otros casos, a todos los Partidos en liza. Así, se habla del derecho inviolable a la vida humana, pero no sólo se refiere al aborto y a la eutanasia, sino también al abandono de los ancianos. Se demanda protección legal y económica de la familia y del matrimonio, cierto que fundado en la unión estable de un varón y una mujer, pero con derivaciones concretas a la promoción del trabajo y de la vivienda y a la puesta en práctica de un programa de inserción laboral de los jóvenes. La Nota reclama la libertad de enseñanza y el derecho a la educación religiosa, pero también el aprendizaje y la formación humana mediante el esfuerzo y la disciplina, que promueva la búsqueda y el conocimiento de la verdad...,   una vida honrada y la convivencia pacífica. Muy directamente, la Nota pide la defensa y la ayuda a los sectores más débiles de nuestra sociedad, entre los que se encuentran quienes carecen de trabajo, los jóvenes y los emigrantes. Por último, un párrafo amplio sobre construir una vida social más justa y pacífica, me parece que contiene también aplicaciones a todas las tendencias.
          La elección entre criterios morales tan varios, a veces incluso tan contradictorios, es la decisión responsable que recomiendan los Obispos andaluces a cada ciudadano, dejando la libertad de elección de Partido en manos de cada uno, no determinando el nombre del Partido concreto que hay que votar. Se demanda de los elegidos competencia, alto sentido del deber y responsabilidad ética; a los electores se les pide actuar con inteligencia, libertad y responsabilidad. No parece que estos valores resulten discutibles. Leyendo despacio la Nota, no parece tampoco que a los Obispos andaluces, a la Iglesia católica, en este caso, se le deba tachar de partidismo. 

jueves, 8 de marzo de 2012

DESPOTISMO ÉTICO

            La expresión "despotismo ético" la ha usado el lingüista Ignacio Bosque, en el reciente informe publicado en EL PAÍS del pasado 4 de marzo, Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, citando el libro El lenguaje de género y el género lingüístico, de José A. Martínez (Universidad de Oviedo, 2008). La expresión, me parece que merece un comentario.
          En el sentido lingüístico, la frase alude a la discutible autoridad con la que los nuevos árbitros del lenguaje -los autores de las "guías del lenguaje no sexista"- imponen sus criterios, sin tener en cuenta "la autoridad profesional, científica, social, política o administrativa" de otras posibles instancias y contraviniendo además los criterios de la Real Academia Española, que parece debería ser máximamente respetada en este campo. El informe fue publicado -¿porque Juan Luis Cebrián es unos de los académicos firmantes del escrito?- al final del suplemento "Domingo" de EL PAÍS, sin llamadas ni en la portada del periódico ni siquiera en la primera página de este suplemento (tratamiento que sí han merecido  las posteriores discusiones que sobre este tema ha venido publicando el mismo periódico), como claro exponente de la falta de sintonía con las opiniones de Ignacio Bosque y de los 26 académicos -"todos los que asistieron al pleno del 1 de marzo de 2012"- que suscriben el referido informe. Con gran maestría, apabullante conocimiento del tema e incluso con soterrado humor, Ignacio Bosque, en cuatro densas y muy completas páginas, desenmascara el intento de imponer las opiniones contrarias al "uso marcado (o uso genérico) del masculino para designar los dos sexos", restando así según ellos "visibilidad" a la mujer, arrancando para ello de unas opiniones que humillan sin más a las contrarias en aras de una  autoridad realmente despótica para imponer unos criterios éticos de grupo y de ninguna forma generalizados.
          El "despotismo ético" no sólo se viene usando en el terreno lingüístico. Es ya también de uso frecuente la frase "políticamente correcta", para calificar los temas y las opiniones que se pueden tocar o adoptar, descalificando al mismo tiempo y de forma tajante las opiniones contrarias, las "políticamente incorrectas". Frente al pasado y el presente de España, frente a lo que -ya con sectarismo- se denomina "política de género", sobre ciertos temas morales, religiosos y aún folclóricos, no todo se puede decir, sin exponerse a la jauría de los que a la fuerza y de forma realmente violenta imponen sus propias opiniones. Ya hablé aquí, hace pocos días, de los intentos de imponerle ciertos moldes ahora a lo que ha sido desde siglos la clara esencia de Andalucía.
          Pero es que incluso sobre modas, decoración, compras de complementos, arquitectura, adornos domésticos, vinos, cocina, regalos que se pueden hacer, estilos de vida, etc, etc, las páginas de ciertos periódicos imponen de hecho sus propios criterios, desde un subyacente "despotismo ético", que no siempre se manifiesta a las claras y descaradamente. Estas páginas, aparentemente "inofensivas” de la prensa, se convierten con alguna frecuencia en artilugios solapados para imponer criterios muy discutibles bajo la capa, en ocasiones disimulada pero casi siempre penetrantes, de "despotismo ético".
          Muchos deseamos que nos dejen tranquilos pensar lo que consideramos más conveniente. Cualquier forma de despotismo, de imposición prácticamente a la fuerza, resulta ya recusable. Pero mucho más en el campo de la ética, en temas muy relacionados con la conciencia de cada cual, en los que la intromisión debe ser más escasa y el respeto mucho más omnipresente. Sobre estos temas, se puede por supuesto opinar y es lícito defender las propias concepciones; pero no debería ser al modo del "despotismo ético", dando por supuesto que sólo la opinión propia es la válida  y posibilitando opciones de desavenencia a las opiniones contrarias. ¡Que nos dejan en paz los practicantes del despotismo ético!.