jueves, 16 de agosto de 2012

¿INEVITABLE LA ETIQUETA DE "IZQUIERDAS" Y DE "DERECHAS"?

          Vuelvo  al  tema  de  la  "libertad"  y  "autonomía"  en  las  propias  decisiones,   con  la 
-¿inevitable?- consecuencia de que nos clasifiquen de determinadas maneras, como "progresistas" o "tradicionales", como de "izquierdas" o de "derechas".
          En la práctica, más allá de cualquier razonamiento teórico, el que dice que no es, ni quiere ser, de "izquierdas" ni de "derechas, se sitúa en el campo operativo de la derecha, pues el de izquierdas tiene muy claro que no es, ni quiere ser, de derechas. El afirmar esto así fastidia mucho a los de derechas, pero suele resultar evidente para los de izquierdas.
         Soy consciente de que, con las afirmaciones anteriores, caigo además inevitablemente en la discusión de "qué es ser de derechas" y "qué es ser de izquierdas", pues sobre todo los de la derecha no aceptan que les clasifiquen de esta forma y están convencidos de que los otros lo hacen así por partir de preconceptos totalmente arbitrarios e ingenuamente politizados.
          Avanzo estas -¿discutibles?- constataciones por seguir reflexionando sobre el tema, consciente de entrar con ello en terrenos enormemente polémicos.
         Comentando mi "entrada" anterior, un amigo me escribía que "ni somos absolutamente libres, ni neutrales, ni independientes", pues somos calificados de izquierdas o de derechas desde fuera, en contra de nuestra propia voluntad. Pero otro amigo, con largo recorrido político por la izquierda y con arraigada militancia en el PSOE, formulaba un largo comentario en sentido contrario, que no sé si todos asumirán como acertado: "La redacción de la Constitución de 1978 se hizo para que pudieran gobernar España mayorías políticas de uno u otro signo, primando la generación de mayorías y haciendo que se respetasen las minorías. En nuestro país las sanas alternancias en el poder han sido posibles entre otras razones porque muchos ciudadanos modifican su voto en función de una serie de factores que inclinan el voto a las "derechas" o a las "izquierdas". Todos los partidos en España saben que "las elecciones se ganan en el centro". Ahora bien, ¿se es de "derechas" o de "izquierdas" a lo largo de toda la vida? Esa adscripción, ¿nos obliga a votar de una misma manera siempre? ¿No será que votamos de acuerdo con nuestros principios por aquel partido político que lleva en su programa electoral un contenido más de acuerdo con nuestros valores? Digamos que los valores individuales son bastante inmutables y el voto es cambiante.  En "Tras tu vidriera" se plantea si se puede "ser políticamente libre", y modestamente entiendo que sí y, aunque el legislador sabiamente propicie mayorías, esto es, personas que comparten intereses, proyectos y valores parecidos, esas personas no son "etiquetables". Se puede tener un talante en el que predominen rasgos conservadores, y votar al PSOE; o siendo mas bien progresista, votar al PP.  Y se es libre para hacerlo. Y si viviéramos en un país con una democracia mas consolidada y menos pasional, estas conductas serían la práctica habitual, porque hablamos de ciudadanía y no de militancia. Soy y voto lo que mis valores, principios e intereses me permiten en cada momento porque el voto es mudable y las circunstancias y lo que una sociedad necesite en cada momento también"
          El tema es arduo, propicio para seguir pensando y hablando sobre él. Aunque no sé si es el más indicado para el mes de agosto... El tiempo de vacaciones puede ser el que más invite a una sosegada reflexión.





1 comentario:

  1. Mi querido Luis, espero que el verano esté siendo época de descanso además de tiempo para pensar. En cuanto al tema; te habla un militante activo de "izquierdas" desde el 8 de septiembre de 1990 (me acuerdo como si fuese hoy) que se acaba de dar del baja (hace menos de un mes) de "su" partido político. ¿Me he vuelto de "derechas"? Pues no, me he dado cuenta de que para mí la ideología es algo fundamental y para los partidos de hoy (y sus miembros más beligerantes) lo fundamental es mantener la poltrona. Decía uno de los hombres cuyas palabras me animaron a militar en política (en aquel País Vasco tan convulso del que provengo), que era Juan María Bandrés, que dentro del "arte de lo posible" que es la política, el de "izquierdas" tenía claro que la igualdad social no era una cuestión de "caridad", sino de "justicia". Sigo estando de acuerdo desde mi ideología y desde mi fe cristiana. Y tal como está el mundo no creo que me vaya a animar a ser de "derechas" cuando lo que veo hacer a quienes gobiernan es salvar a los banqueros y retirar la asistencia social a los "sin papeles". No creo que me haga de "derechas" cuando veo a un católico como yo, el señor Paul Ryan que acaba de ser elegido candidato a la Vicepresidencia de los EE.UU. que su objetivo es retirar los servicios de salud y las prestaciones a los pobres, al mismo tiempo que planea rebajar o quitar cualquier tipo de impuestos a los ricos... Y además, planea levantar un muro a lo largo de la frontera con Mexico... ¡Lo que no me puedo creer es que ese hombre sea católico!
    ¿Izquierdas? Pues sí. Si promover la dignidad de cualquier ser humano, sea o no "de los nuestros" es ser de "izquierdas"; soy y seguiré siendo de izquierdas, aunque no militante de un partido que se dice de izquierdas...
    Por cierto, nada que ver el ser de "izquierdas" con los más que peligrosos comportamientos de algunos iluminados trasnochados que se dedican a asaltar supermercados en plan Robin Hood. Puedes leer una entrada al respecto en mi blog "El alegre opinador". Un abrazo.
    P.D. Por cierto, por si no se me ve bien en la foto, soy Javier Terán.

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