sábado, 29 de marzo de 2014

FRANCISCO Y OBAMA, UNA PARADOJA

          La visita de Obama al Papa Francisco no sólo ha inundado las primeras páginas de los periódicos, sino que ha provocado también múltiples admiraciones e interrogantes en los que la hemos seguido desde lejos. Me fijo en algunos detalles:
- El encuentro es presentado como el de "dos enormes poderes sentados frente a frente" (EL PAÍS), "dos iconos en San Pedro" (ABC).
- El hombre tal vez más poderoso del mundo, Obama, le dice como saludo: "Muchísimas gracias por recibirme. Es maravilloso y es un gran honor conocerle. Soy un gran admirador suyo".
- El que va a casa del Papa a hacerle la visita es Obama, no al revés. Y al comentar esa tarde el encuentro, Obama dice estar "muy conmovido... profundamente emocionado".
- Un parangón realizado por Obama resulta enormemente elogioso para el Papa: "Nosotros los políticos tenemos el deber de encontrar soluciones a los problemas. Su Santidad tiene la capacidad de abrir los ojos a la gente para que vean el problema", saliendo así al paso a la "indiferencia y al cinismo, cuando se trata de ayudar al menos afortunado".
- Las alabanzas de Obama para Francisco son aún más explícitas: "La suya es una voz que el mundo debe escuchar... Él nos desafía. El Papa nos pone ante los ojos el peligro de acostumbrarnos a la desigualdad. Y su autoridad moral hace que sus palabras cuenten. Con una sola frase, el puede focalizar la atención del planeta".
- La frase más repetida de Francisco ha sido, en el intercambio de regalos, al anticiparse al intérprete con el "I hope", "Así lo espero", cuando Obama le dijo que leería el documento "Evangelii Gaudium" cuando "esté en el Despacho Oval y me sienta moralmente frustrado" .
- Hasta sospecha de intereses, por parte del Presidente americano, formula algún medio: "Obama siente una enorme curiosidad por Francisco, pero la visita no es del todo desinteresada", pues "al fondo están los hispanos, la raza que decidirá el siguiente presidente americano".
- En esta ocasión se invierten las tornas y, al despedirse, es Obama el que le pide a Francisco: Le ruego que rece por mi y por mi familia, están conmigo en este camino".
          Los católicos se han sentido seguramente muy complacidos por el encadenamiento de elogios a Francisco del presidente del país más importante del mundo. Pero me atrevo a sospechar que al propio Francisco, el que tan clara y tan vehementemente ha hablado contra el peligro de boato y arribismo en el mismo Vaticano, le habrá dejado no sé si perplejo o intranquilo semejante apoteosis de honores y de encumbramiento para el Papa. La popularidad de Francisco llega sin duda a su cenit con los informes de esta visita. Pero lo que me sorprende más de la misma no es la equiparación entre ambos personajes hecha por los medios, sino precisamente los contario,  la distancia existente entre  los dos. Mientras Obama posee efectivamente poder real inmenso, Francisco comparece ante él como jefe de un estado minúsculo, probablemente el más insignificante de la tierra. Lo que queda resaltado de Francisco es que obtenga esta cota inimaginable de poder precisamente desde su pretendida sencillez y modestia, desde su huida incluso de los pequeños signos de poder de los pontífices anteriores a él.
          El encuentro de Francisco y de Obama pone ante nuestra consideración la inmensa paradoja de que al poder ha llegado Francisco por la humildad, el que pierda su vida por mi la ganará.

 

viernes, 21 de marzo de 2014

"ENTRADA" 100, ¿QUÉ PRETENDE UN "BLOG"?

          Al ser ésta la "entrada" número cien de las publicadas en este sencillo blog "Tras mi vidriera", me siento invitado a hacer un elemental comentario sobre este tipo de escritos.
          El académico Javier Marías, que tiene una columna semanal fija en EL PAÍS, al cumplir 19 años de estar publicándola -alrededor de 1.000 entregas, por lo tanto-, se preguntaba al reiniciar este nuevo año qué es lo que pretende una persona al elaborar estos escritos periódicos: "¿Que pretendemos, entonces, los escritores y columnistas? ¿Distraer, acompañar en la indignación, consolar, halagar, desahogarnos, amargar el desayuno a algunos políticos, financieros, empresarios, jueces?".
         Cuando la publicación se hace mucho más modestamente, sólo a través de un blog, todavía se hace mucho más acuciante la pregunta sobre lo que pretende el autor subiendo periódicamente algunas "entradas" a su bitácora. Por lo pronto, me intriga mucho la amplísima proliferación de esta afición bloguera. Con la presente "entrada", este blog "Tras mi vidriera" ha quedado incluido en Religión Digital, un "sitio" donde hay ya albergados más de 150 blogs sólo de temas religiosos y sociales, pues en Periodista Digital son muchos cientos los blog incluidos. El periódico sólo provincial La Opinión de Málaga, en el que este blog se encuentra también albergado, publica una treintena. El remate del tema se percibe asomándose a los más de 6.000 que forman la "blogosfera" del diario EL PAÍS, en el que hay publicaciones de todos los temas imaginables, premios anuales para los mejores blogs, consideraciones sobre los que es y lo que pretende un blog, etc, etc. "¿Quién puede formar parte de 'La Comunidad'? Todas aquellas personas que lo deseen: individuos particulares, asociaciones, ONGs, grupos de amigos, familias, equipos deportivos, grupos de música, divulgadores, aficionados a cualquier tema con ganas de compartir información, ... El único límite está en escribir con educación y respeto y no usurpar la identidad de otras personas", se escribe en un suelto dirigido a los propios miembros de la "comunidad" de blogueros del periódico.
          Todo esto muestra que el afán de comunicación es muy alto en el mundo actual. Las personas particulares necesitan dar conocer a los demás lo que piensan y lo que sienten sobre los más variados temas. La revolución informática, por otra parte, ha posibilitado y sobredimensionado la participación en la red, elevando a muchas potencias la capacidad mutua de intercomunicación. El resultado es que el que se encuentra con posibilidad de expresar sus opiniones por escrito pone negro sobre blanco todo lo que se le ocurre.
          Dirigir escritos a la red es, un poco, lanzarlos al vacío. La retroalimentación está abierta, a través de los "Me gusta" y de las libres "Contestaciones" individuales que se pueden siempre enviar, pero no existe un indicativo tan fehaciente y tan colectivo como el que se da en el medio impreso. La red es un medio de masas, mass media, pero tiene que conquistar uno a uno a los que pretenda enzarzar en la araña de la red. La puerta queda abierta para el que se le antoje entrar. Soluciones nuevas para el afán eterno de comunicación humana.

domingo, 16 de marzo de 2014

UN AÑO DELPAPA FRANCISCO

          Lo que más me sorprende de Francisco, al cumplir su primer año como Papa, es lo mucho que ha recorrido en tan corto espacio de tiempo. Como se dice de los santos muy jóvenes -Estanislao de Kostka, Juan Berchman, Luis Gonzaga, entre los jesuitas-, "en poco tiempo hizo muchas cosas". Tanto ha hecho que, a la inicial curiosidad por todos sus gestos e intervenciones, ha sucedido un como hartazgo o imposibilidad de seguir todo lo que dice o escribe, pues ya me resulta imposible recoger -como hacía al principio- todo lo que se publicaba sobre su figura.
          En la crónica sobre el aniversario publicada en EL PAÍS por Pablo Ordaz, se decía que este Papa "ha derribado el blindaje de incomprensión mutua que separa a la Iglesia oficial de los católicos de a pie", fenómeno dimanante del hecho de que antes los católicos pretendían averiguar qué pensaba el Papa y ahora es el Papa el que intenta conocer lo que piensa y opina el Pueblo de Dios sobre los temas más importantes. Efectivamente, resulta insólito el comportamiento papal de lanzar a toda la Iglesia un bien pensado conjunto de 38 preguntas, para recoger la opinión ambiente sobre los temas más espinosos de la familia: relaciones prematrimoniales, divorcios y segundo matrimonio de los divorciados, acercamiento a los sacramentos de los que se encuentran en situaciones irregulares, etc. Sorprende que el Papa no vaya, de entrada, a dar doctrina, a sentar cátedra, sino a escuchar y conocer lo que toda la Iglesia piensa sobre  estos delicados temas.
          También sorprende mucho constatar que el Papa anteponga el carácter misionero de la Iglesia, su obligación prioritaria de transmitir los contenidos positivos del evangelio tanto dentro como fuera de la Iglesia, en lugar de estar en una constante ofensiva contra los aspectos más críticos del comportamiento humano y católico. "No podemos seguir insistiendo -ha dicho literalmente el Papa- solo en cuestiones referentes al aborto, el matrimonio homosexual o el uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar". Como certeramente ha dicho el arzobispo de Tarragona, la ortodoxia no es suficiente. 
          Me maravilla mucho del Papa que, sin ocultar su apoyo a las doctrinas más severas de la Iglesia, haya conseguido el grado increíble de popularidad que le han concedido los periódicos y revistas de todo el mundo y el apoyo prácticamente unánime incluso de los no católicos. No recuerdo haber visto ataques directos ni contra su persona ni contra sus actuaciones. De ciertos ambientes o movimientos se sospecha que pueden estar a disgusto, pero no he llegado a ver críticas directas provenientes de estos sectores. Lo más que he llegado a oír es que opiniones "verbales y espontáneas" del Papa -¿quién soy yo para juzgar a un homosexual?- hay que situarlas en su contexto, acercándolas a las opiniones más tradicionales y separándolas de pareceres más novedosos. Pero la defensa formal del Papa se mantiene incluso entre los medios y personas más tradicionales.
          ¿Qué pasará en el segundo año del Papa Francisco? En el primer año ha conseguido mucho más de lo que nadie podría haber esperado.  El Espíritu seguirá aleteando para que los tiempos futuros sean aún mejores.

domingo, 9 de marzo de 2014

SEDUCCIÓN DE LA CENIZA

          Me sorprende mucho cada año la seducción que ejerce la ceniza sobre la población que acude a las Iglesias el miércoles inicial del tiempo de la Cuaresma. ¿Por qué será esto?
          El hecho es que las iglesias se abarrotan este día, que no es festivo ni en el orden religioso ni en el orden civil, con una población que no es sólo la normal que acude a cada iglesia. Gente diversa, más o menos acostumbrada a visitar un templo, que se encuentran atraídas por la ceremonia muy simple de la imposición de la ceniza. La gente se acerca al altar, en filas y en silencio, a que el sacerdote le ponga con los dedos un poco de ceniza, dejándoles un más que mediano manchón sobre la frente, al mismo tiempo que le dice ahora a cada uno: "Conviértete y cree en el Evangelio".
          Puesto a buscarle alguna explicación a este fenómeno, a encontrarle alguna razón que lo justifique, acudo a la motivación que me ha dado un amigo: la gente es muy sensible al tema de la muerte. La tradición española -y particularmente andaluza- del tema de la muerte punza mucho la sensibilidad popular. Las bases estoicas y senequistas siguen estando presentes. El barroco destacó mucho el tema de la muerte, siendo los cuadros sobre las Postrimerías de Valdés Leal en el Hospital de la Caridad de Sevilla un ejemplo altamente elocuente. La ceniza alude también a las postrimerías. Tal vez la fórmula que anteriormente usaba la Iglesia para la imposición de la ceniza -"Acuérdate, hombre, que eres ceniza y que en cenizas te convertirás", aún más impresionante en el latín fácil de entender que en los tiempos antiguos utilizaba la liturgia, "Memento, homo, quia pulvis es et in pulverem reverteris"- estaría tal vez más en consonancia con esta sintonía con la muerte de la población sencilla española. Esta línea de justificación explicaría también el atractivo popular por el Día de los Difuntos, otra jornada que tampoco es festividad ni religiosa ni civil y que inunda también los cementerios y los templos. La muerte es un tema muy serio, que obviamente impresiona mucho a la población, no sólo desde el punto de vista religioso.
          Otra justificación es algo más sutil, pero puede que también apunte a algo cierto. Existe una tendencia a poner le religioso, naturalmente abstracto e imperceptible, en motivos concretos y bien palpables. De aquí el culto a las imágenes y a toda la amplia parafernalia de la Semana Santa. Frecuentemente la población sencilla rinde más culto a una imagen que a un sagrario impersonalizado. Sorprende mucho la auténtica emoción que a las personas les produce su Virgen o su Cristo, mientras cuesta mucho más vivir intensamente una Eucaristía o un rato de oración callada. Siguiendo esta misma línea, el rezar resulta para la gente mucho más asequible que el orar. La oración verbal, la imagen bien sensible, los santos y santas claramente reconocibles, todo lo concreto palpable resulta mucho cercano para el pueblo que lo abstracto e irrepresentable. La ceniza, por todo esto, es más asequible para el sentimiento popular que el arrepentimiento o la vivencia pascual, también subyacentes en toda la celebración cuaresmal.
          Tal vez alguna otra persona pueda ofrecer una interpretación más certera del por qué de la seducción de la ceniza. El tema lo dejo abierto. 
          La religiosidad popular es algo muy difícil de penetrar y de interpretar. La gente sencilla siente más el atractivo elemental de la ceniza -como de los ayunos y las abstinencias.- que las personas religiosas más cultivadas. Hay que acercarse con respeto y con voluntad de comprensión a lo que las personas más populares sienten y experimentan.

domingo, 2 de marzo de 2014

SECTARISMO vs ACEPTACIÓN

          La constatación del diálogo de besugos que ha constituido el debate sobre el estado de la nación nos plantea, una vez más, el tema del sectarismo.
          El debate parlamentario debería mejor llamarse monólogos sobre el estado de la nación, pues no hay confrontación y diálogo sobre las diferentes intervenciones, sino soliloquios en tono subido de las ideas que cada uno quiere exponer. No hay escucha, sino insistencia en las ideas propias. Este año he visto el comentario de que cada uno le gustó mucho a los de su propia bancada, sin que resulte útil siquiera la comparación de unas intervenciones con las otras.
          Es lo propio del sectarismo. El "conjunto de seguidores de una parcialidad religiosa o ideológica", que según el DRAE es la "secta", produce como fruto natural el "sectario", que es el "secuaz, fanático o intransigente de un partido o de una secta", usando también la precisa definición del DRAE. El del grupo contrario no cuenta, es un enemigo al que hay que derrotar. Lo único que importa es la defensa a ultranza de lo propio.
          El sectarismo no se da sólo en el orden de la política, sino que sorprendentemente se extiende a otros muchos campos. El origen está en la defensa, como hemos visto, de la "parcialidad", del grupo que forma parte de un conjunto más amplio.  Tal vez incluso se pueda decir que el enconamiento es mayor cuando la diatriba es entre los del propio grupo, hasta el extremos cainita de la lucha a muerte entre hermanos. No hay peor cuña que la de la propia madera, sentencia muy intuitivamente el refrán popular. Los enfrentamientos intraeclesiales, o entre políticos o miembros de un mismo club o alternativa, son más encarnizados que cuando son entre representantes de sectores más alejados. Esto es lo característico de la secta, el enfrentamiento entre "parcialidades" de un mismo conjunto.
          Refresca enormemente, por todo esto, la andanada contra el sectarismo que se encuentra en un conocido pasaje evangélico. Los discípulos le cuentan ufanos un día a su líder y maestro que, porque "no es de los nuestros", le hemos impedido a uno hacer lo que ellos pretendían apropiarse sólo para los de su propio grupo, echar demonios. Jesús, que no tiene nada de sectario, les corta en seco y les dice: "No se lo impidáis,  porque uno que hace milagros en mi nombre no puede luego hablar mal de mi" (Mc 9,39). Lo bueno hay que admitirlo, acogerlo y alabarlo venga de donde venga, sin rechazarlo y criticarlo porque venga de la "secta" contraria, del grupo que tenemos en frente.
         La escucha de las opiniones ajenas, la aceptación del diálogo, la valoración positiva del que se encuentra enfrente, resulta siempre tarea muy difícil. El sectarismo va siempre en contra de la aceptación del contrario. Sectarismo y aceptación tienen a enfrentarse y excluirse.