domingo, 16 de diciembre de 2012

VILLANCICOS

          Anoche asistí a un concierto de villancicos. El Coro del Ilustre Colegio de Abogados de Málaga y la Coral San Felipe Neri interpretaron una decena de villancicos cada una, con la apoteosis final de dos villancicos cantados simultáneamente por la masa de las dos corales. La Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, con su perfecta visibilidad y su sonoridad envidiable, sirvió de escenario para el concierto.
          Sorprende, ante todo, la acogida. El recinto totalmente abarrotado, con muchas personas de pie, con un total no inferior al medio millar de oyentes, indica ya el interés que provoca una actuación de este tipo. Es cierto que las actuaciones de corales locales numerosas arrastra siempre la audiencia de los familiares y conocidos de los intervinientes. Pero en el concierto de anoche se advertía un público, además de numeroso, totalmente entregado a las canciones que se estaban interpretando.
           Una interpretación musical de este tipo, con una cuarentena de participantes en cada una de las corales y con mucho público asistente, dignifica ya a una ciudad. Recuerdo que me llamó mucho la atención una vez, en un país extranjero, el que en un pequeño pueblo existiese una gran coral. La voluntad de participar en un coro, con muchas horas de ensayo y sin otra gratificación que la satisfacción personal de cantar conjuntamente con otras personas, pone de manifiesto un refinamiento de gustos e inclinaciones que dicen mucho de las personas que tienen estas aficiones. Ante una manifestación numerosa y cualificada como ésta me sorprende el desinterés de los medios de comunicación social, que prestan atención y espacios a acontecimientos de mucho menos calibre y no se hacen apenas eco de estas manifestaciones culturales. 
          Lo que más merece la atención, con todo, es el género musical de los villancicos, con su dosis de elementos populares y su inclusión también de exquisitez musical. No soy nada experto en musicología y no sé explicar cuáles son los elementos que hacen tan diferente la música de los villancicos, pero resulta evidente que existe algo común en la interpretación de los villancicos que los hace totalmente diferentes y atractivos. La mezcla ofrecida ayer de músicas refinadas de siglos pretéritos -un Anónimo del Cancionero de Upsala del siglo XVI, "Les Bergerettes" del siglo XVIII francés- con melodías populares que aún se siguen cantando -"Peces en el río" o "Noche de paz"-, con la interpretación conjunta final de "Oh luz de Dios" y del "Adeste fideles", constituyen un conjunto que satisface amalgamadamente a todos los gustos.
          Los villancicos, finalmente, transmiten sensibilidad religiosa honda al variopinto conjunto heterogéneo que son las fiestas navideñas actuales. A través de los siglos, y también ahora, el hecho trascendente del Nacimiento del Niño Dios ha inspirado a los compositores musicales. Su inspiración nos sigue comunicando ternura popular, belleza musical y religiosidad profunda. Una hermosa manera de celebrar la Navidad.

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