jueves, 12 de diciembre de 2013

ABUSOS CONTRA MANDELA

               Sorprende el aluvión de personas que se ha subido al carro de Mandela para defender sus propias opiniones. Resulta, no sabe uno si inmoral o cómico, observar las posturas e ideas que se han querido colgar del personaje de Mandela.
          Esta impresión me la despertó el conocer que un dirigente de Sortu decía que, como Mandela después de sus 27 años de cárcel, Otegui podría llegar a ocupar un día el puesto de lendakari del País Vasco. Después he visto algún escrito diciendo que el mismo Otegui se había parangonado alguna vez con la historia y trayectoria de Mandela. Desde luego, la historia puede dar muchas vueltas, pero el paralelismo mimético entre ambos personajes resulta por ahora, al menos, abusivo.
           Después he oído un día, al vuelo en alguna radio, que no sé quién había dicho que vergüenza le debería dar a Rajoy ir a Sudáfrica a derramar lágrimas de cocodrilo por Mandela, cuando él no permite que se juzguen en España los delitos cometidos por Franco. ¡Difícil resultaría pensar una mezcla tan abusiva del rábano con las hojas!
          Pero también en sentido contrario se adoptan posturas abusivas. He oído convencidas alabanzas de una Tercera de ABC, en la que se defendía que todo el enorme dinamismo de Mandela provenía, no de una ideología, sino de su sentido religioso. No conozco suficientemente la vida y los comportamientos de Mandela, pero probablemente este parecer resulta también un tanto abusivo. No conviene reivindicar de esta forma el sentido religioso, cuando habrá mucha gente que no piensa sobre el tema de la misma manera.
         Mucha razón, en cambio, estimo que ha tenido una afirmación de Obama en su discurso necrológico, aludiendo a que mucha gente defiende ahora a Mandela sin participar de su aceptación de las ideas contraria; o su sentido de la libertad, como he visto en otra referencia. Nadie debería alabar sobre lo que uno mismo no participa.
          Ciertamente, si todas las alabanzas que estos días se han hecho de Mandela se pudieran contrastar con la coherencia existente en la vida y el pensamiento de los que las han formulado, pocas tal vez obtendrían este hipotético e imposible control de calidad. La misma asistencia triunfal a los funerales de personas de trayectorias tan totalmente antitéticas, ya denota que muchos personajes actuales se han querido posesionar del pensamiento y del talante personal de la figura humana del fallecido. Prefiero pensar que algunos de estos personajes actuales han abusado de la figura histórica de Mandela a deducir que la propia identidad de Mandela es abiertamente contradictoria.
          El personaje fallecido no merece los abusos que se han hecho de su recuerdo. Lo que se pueda decir del difunto Mandela debe formularse con inmenso respeto a su trayectoria histórica y sin pretender arrimar a los propios molinos los cauces de su personalidad rica y compleja. Modestísimamente, me atrevo a solicitar  un poco de más respeto para con el difunto Mandela.
         

1 comentario:

  1. es que hay mucho estalentao suelto. Pero sí, coincido en que ha sido un poco vergonzoso cómo se han apuntado algunos, bastantes.

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