jueves, 23 de febrero de 2012

ATACAR O DEFENDER, NO INFORMAR

          Estamos volviendo de nuevo a los enfrentamientos políticos y sociales, que dificultan mucho conocer la verdad de lo que está ocurriendo en España.
          La actualidad de domingo, 19 de febrero, ofrece un caso práctico de esta dificultad creciente. En la misma mañana del domingo, tiene Mariano Rajoy el discurso de clausura en el Congreso en el que ha sido elegido Secretario General del PP. A las mismas horas de la mañana, se celebran movilizaciones en las calles, organizadas por los Sindicatos UGT Y CC OO -con el apoyo del PSOE- contra los ajustes salariales y económicos planteados por el Gobierno.
          Conocer en la mañana del lunes 20 de febrero lo que de verdad había ocurrido el día anterior en las manifestaciones de los Sindicatos contra el PP, no resultaba tarea fácil. En los diarios "informativos" de la mañana, las emisoras comentaban lo bien o lo mal que que habían salido las manifestaciones, explicaban las razones que había habido para convocarlas o lo improcedente que habían resultado estas convocatorias. Conocer el número exacto de ciudades en las que había habido manifestación -¿47?¿50?¿57?- o hacerse una idea cabal de los resultados obtenidos en cada una de ellas, resultaba prácticamente imposible. Cada medio iba a "defender a los suyos", no a informar de personalizadamente sobre lo ocurrido. RNE, en estos momentos con dificultad para definirse, prefirió hablar de los Goyas entregados la noche anterior, y en ello estuvo todos los primeros minutos del Informativo matinal.
          La prensa escrita aún ofrecía más contrastes. Por fijarme sólo en dos de los medios, en EL PAÍS, las manifestaciones ocupaban una fotografía a cinco columnas y la mitad del espacio de la primera página del periódico, más tres páginas interiores completas (de la 8 a la 10), con su gran formato y sin publicidad, más un extenso comentario editorial, La calle habla. En el ABC, no había alusión alguna a las manifestaciones en la primera página, y toda la información de los hechos estaba recluida en las páginas de Economía (tres páginas también, de la 59 a la 61), con un comentario firmado, Carnaval Sindical, y un breve suelto editorial, Hipocresía Sindical. Los contenidos de las informaciones, obviamente, estaban en consonancia con tan descarada desigualdad en el tratamiento informativo.
          Pocos días después, con la represión a las manifestaciones juveniles que se han producido en Valencia, ha habido otro caso similar de alejamientos conscientes de la verdad. La "información" se sustituía por las argumentaciones a favor o en contra de los policías y de los estudiantes.
          Es lamentable que esta situación se produzca en el panorama informativo y, sobre todo, en el momento actual de la vida española. El enfrentamiento frente a "los otros" se está exacerbando de nuevo y, cada vez más lejos de dar a conocer la verdad, se está produciendo un alejamiento progresivo de la objetividad, un ocultamiento de la verdad que al propio grupo no le conviene, y un enfrentamiento sólo pasional con los temas. Más serenidad, más información, más respeto a la verdad, están resultando de nuevo cada vez más deseables.

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