domingo, 20 de noviembre de 2016

Se acabó la reunión oficial jesuita

Los acontecimientos relacionados con los jesuitas suelen tener un carácter algo misterioso. El "jesuitismo" es definido por el Casares como "conducta cautelosa, como la que algunos refieren a los jesuitas". En ocasiones, llega incluso a igualarse lo "jesuítico" con lo "falso" o lo "taimado".
Por esto merece un comentario la reunión oficial de los jesuitas que acaba de concluir en Roma, la que en el argot jesuítico se denomina Congregación General. Señalaré algunos rasgos definitorios de esta bastante atípica reunión:

1. Variedad. La composición de los participantes en esta reunión, ya constituye un primer rasgo diferenciador. De los 210 miembros participantes, alrededor de un centenar son Provinciales", esto es, Superiores de los diversos territorios nombrados a dedo por los órganos de gobierno de la Compañía de Jesús; pero esto quiere decir también que los restantes, algo más de la mitad, habían sido elegidos desde abajo para asistir a esta reunión: por lo que en el argot se denominan las Congregaciones Provinciales, reuniones territoriales cuya composición muy mayoritaria es también la de jesuitas no por razón de su cargo, directamente elegidos para la misma por la totalidad de los jesuitas del territorio. Sin pretensiones de un democratismo que no tiene lugar en las instituciones eclesiales, la representación en la Congregación General se puede decir que es bastante representativa de lo que es en realidad la Compañía de Jesús.
El carácter representativo es aún más claro por la procedencia, en esta ocasión inclinado mayoritariamente hacia los Países del Sur (59%), menos desarrollados que los del Norte. La representación, en su detalle, es muy característica de la universalidad real y creciente de la Compañía de Jesús actual: Asia y Oceanía, 33 %; África, 10%; América Latina, 16%; América del Norte, 15%; Europa, sólo 26%, bastante ya menos que el conjunto asiático y africano.

2. Esfuerzo informativo. Para evitar el carácter misterioso, esta Congregación General ha hecho un esfuerzo destacable por ofrecer información concreta y detallada, por cumplir el consejo periodístico de: "se tu quien cuente tu historia", no quejándose después inútilmente de que otros la cuenten mal. De hecho, se ha introducido en la red un boletín diario con información al minuto de lo más principal y con seleccionados apuntes -como posts de un blog- sobre lo que en cada momento se estaba trabajando. El boletín diario tenía 10.000 usuarios y en la web accedían al mismo 175.000 usuarios. La cifra total de visita a la web, llega a 1,25 millones de persona provenientes de 200 países. El boletín diario cesó el 14 de noviembre, pero todavía se puede acceder a él en cg36.org/es/, con la inclusión el último día de la referencia de una cincuentena de lugares informativos de las diversas actividades de conjunto de la Compañía de Jesús.

3. Consenso abrumador. En contraste con la realidad eclesial y jesuítica de otros momentos no tan lejanos, todos los participantes han destacado el consenso unánime, como característica más fundamental de la Congregación General. Siendo de procedencias geográficas tan diversas, lo posesión del mismo espíritu -el de los Ejercicios Espirituales ignacianos- hacía posible usar el mismo lenguaje (en las cuatro lenguas oficiales usadas)y conseguir llegar a acuerdos comunes. El caso más claro de este sentir unánime, el nombramiento del venezolano Arturo Sosa, como nuevo P. General de los jesuitas de todo el mundo.

4. Originalidad. Para llegar al nombramiento del nuevo General, los jesuitas tienen un procedimiento del todo singular. Durante cuatro días completos, practican lo que en palabra latina se llama murmuratio, un término que en castellano implica casi siempre hablar mal de alguien, pero que en este caso se refiere a hablar bajo, en vez queda y de uno en uno. No se permiten las campañas, el que las personas o los grupos propongan y defiendan a unos candidatos, y los cuatro días se consumen en diálogos interpersonales para requerir impresiones sobre posibles representantes de contextos menos conocidos o sobre personas conocidas que uno quiere valorar más a fondo. En este caso, para el nombramiento de Arturo Sosa, los participantes comentan unánimemente que el procedimiento ha funcionado a la perfección.

5. Papa Francisco. El primer Papa jesuita de toda la historia, ha querido hacerse particularmente presente en esta Congregación General. Como jesuita argentino, había asistido personalmente a dos de las anteriores Congregaciones Generales. Esta vez, no se ha contentado con el tradicional discurso a los Congregados en la sede vaticana, sino que ha querido desplazarse a la casa de los jesuitas, al Borgo Sancto Spirito 4 aledaño inmediato de la plaza de San Pedro, para estar toda una mañana completa con los congregados, participando en la media hora de oración que abría las sesiones diarias, teniendo un detenido discurso, sometiéndose después a un interrogatorio abierto con los presentes y saludando incluso al final a todos los participantes. Lo que más se ha valorado del discurso del Papa, que se ha hecho después público, es que no le ha dicho a los jesuitas lo que tienen que hacer, no ha señalado campos concretos de actuación, sino se ha limitado a decirles sean buenos jesuitas, remitiéndoles a las fuentes originarias del pensamiento ignaciano y de la Compañía de Jesús.

6. Gobierno y Decretos. La Congregación General ha durado casi mes y medio porque, además de elegir al General y a sus colaboradores más importantes, se ha ocupado prolongadamente de elaborar directrices para el gobierno interno de la Compañía de Jesús. Los documentos en los que se vierten estas directrices se suelen llamar Decretos, siendo así que no suelen ser normativos sino iluminadores para los comportamientos que las instituciones y los jesuitas deberán después llevar a la práctica.
Todavía no se han hecho públicos estos Documentos, pero ya se ha indicado que se refieren a lo que en el momento actual es más importante para el desarrollo de la vida y de la misión de los jesuitas.

Sin secretismo, a cara descubierta, los jesuitas han cerrado ya la Congregación General llamada a dar la pauta para lo que la Compañía de Jesús va a ser en un próximo futuro. Los 210 reunidos han marcado un ritmo de esperanza y optimismo, sometidos al dinamismo del Espíritu, frente a todas las visiones catastrofistas sobre el futuro más inmediato. Un paso adelante, para la Compañía de Jesús y para la Iglesia.


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