sábado, 16 de marzo de 2013

PRIMERAS REACCIÓNES ANTE EL PAPA JESUITA

         La noticia del nuevo Papa Francisco ha conmocionado a todo el mundo. Es notable la reacción que ha provocado en todos los ambientes, tanto creyentes como -sorprendentemente- incluso entre los no creyentes. Diré algo también sobre tres principales reacciones que me ha provocado la noticia.
          1. Sorpresa. La impresión causada por esta noticia no es menor entre los jesuitas que entre el resto de la población, diría incluso que es mayor. Los jesuitas tradicionalmente han excluido casi por completo la posibilidad de ser Obispo y, más aún, de ser Papa. Al hacer la Profesión Religiosa, el jesuita promete "que nunca buscaré cargo alguno de gobierno o dignidad fuera de la Compañía", y esto excluye no sólo la apetencia sino que merma incluso hasta el extremo la posibilidad de ser Obispo o Papa. Las excepciones a esta regla existen, pero son normalmente en países de misión o en situaciones muy raras en las que el Papa ha querido distinguir con el cardenalato a jesuitas en casos muy excepcionales. Sobre todo en el Primer Mundo, consecuentemente, la posibilidad de dignidades eclesiales casi ni se contempla. Por esto, la sorpresa ha sido mayúscula al conocer la noticia del nombramiento como Papa del conocido en la Compañía de Jesús como "P. Bergoglio".
           2. Acatamiento y comprensión. La sorpresa no es contradictoria con el acatamiento y hasta la comprensión con que se ha recibido esta noticia. Los Profesos de la Compañía de Jesús hacen un cuarto voto de "especial obediencia al Sumo Pontífice para cualquier misión a que se me envíe". Este voto característico de la Compañía exige una disponibilidad especial para recibir cualquier "misión" que el Papa o la Iglesia puedan demandar, y no hay misión más perentoria que la formalmente demandada por el Cónclave de todo los Cardenales. Por esto resulta del todo explicable que el "P. Berdoglio" haya tenido que aceptar el mandato conferido por el voto mayoritario de los Cardenales de la Iglesia católica.
          3. Expectativas e ilusiones. Una vez "encajada" la noticia, se abre la espita para formular todas las expectativas e ilusiones que cada cual es capaz de concebir. Existen rasgos en el elegido que permiten soñar buenas consecuencias para el gobierno de la Iglesia: son "las letras y otros dones naturales y humanos" que, según las Constituciones jesuíticas, son menos eficaces que "los medios que unen al instrumento con Dios", pero que tanto ayudan también "para cooperar a la divina gracia". El perfil del nuevo Papa, en uno y en otro sentido, alimenta esperanzas y permite augurar un periodo fecundo para la Iglesia de Dios. Además, continuando con la cita de las Constituciones, lo fundamental ahora es esperar que Dios "haya de conservar y llevar adelante lo que se dignó comenzar".
           Tres sencillas reacciones ante el hecho que tanto ha sorprendido a toda la Iglesia.

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